James Cameron,
tan de moda por su última película, “Avatar”
(con la que ha batido un nuevo récord histórico en taquilla) dirigió en 1994 un
remake de la comedia francesa “Dos espías en mi cama” (Claude Zidi,
1992) con el título de Mentiras arriesgadas, film que
mezcla en la coctelera dosis estomagantes del cine de acción, aventura y comedia romántica, y que sólo puede ser
entendida como un vehículo para el lucimiento de sus protagonistas, Arnold Schwarzenegger y Jamie Lee Curtis. La película nos narra
la doble vida del agente secreto Harry Tasker (Schwarzenegger) que al mismo
tiempo que realiza misiones peligrosas, desarrolla una tranquila vida hogareña
al lado de su mujer, Helen (Curtis) y de su hija. Realmente, Helen no sabe a
qué se dedica su marido y piensa que es un vendedor de material informático,
considerándole así un hombre rutinario y aburrido, todo lo contrario de lo que
ella añora para dar sentido a su vulgar existencia: acción, aventura, peligro.
Un
día Harry idea la fórmula para darle a su esposa lo que quiere, y como parte de
una operación de espionaje Helen se presenta en un lujoso hotel haciéndose
pasar por prostituta para animar a un contrabandista (que en realidad es Harry
oculto entre las sombras de la habitación), y para quien Helen hace un sinuoso y divertido streptease. Una escena maravillosa y el único
momento salvable del film: la espigada y asexuada Helen despojándose de su
trasnochado ropaje para lucir una exquisita lencería negra de auténtico
infarto. Una mutación camaleónica que nos abre los ojos como platos, admirando
el potencial sexual y la exuberancia escondida bajo atuendos tan amorfos. Una
secuencia que me ayudó a comprender, sin fisuras, “La Metamorfosis” de Kafka. ¡Una bomba!
Si Sr. qué tipazo
ResponderEliminarClaro, Oli. De cara no es gran cosa, pero tenía un tipazo la Jamie Lee.
ResponderEliminarUn abrazo.