miércoles, 24 de octubre de 2012

LAS FOTOS HIPNÓTICAS: JODIE FOSTER

      Jodie Foster (Los Ángeles, California, 1962), una buena ciudad para nacer si no tienes la desgracia, como le ocurrió a Jodie, de que tu padre abandone a la familia después de tu nacimiento. A partir de entonces, sería su madre la encargada de cuidar de ella y de sus otros tres hermanos mayores. Fruto de la precariedad y de la necesidad de seguir adelante, su madre no cejó en el empeño de introducirla desde muy pequeña en el mundo de la publicidad y el espectáculo, acudiendo a todos los castings que se convocaban en la ciudad de Los Ángeles. Tras su participación en varios spots televisivos, entre ellos aquel famoso de la loción Coppertone, la pequeña actriz es elegida para formar parte del reparto de la serie de televisión “Mayberry RFD”, en cuya emisión aparecía también su hermano Buddy.
     
      Su debut cinematográfico se produjo en 1972 junto a Michael Douglas en Napoleón y Samantha (Bernard McEveety). Pero fue en 1976 cuando alcanzó una gran popularidad de la mano de Martin Scorsese (que ya había contado con su concurso ofreciéndole un pequeño papel en su film de 1974 Alicia ya no vive aquí) con un interpretación que sería clave en su carrera, el de prostituta adolescente en el mítico film Taxi Driver (1976), una cinta protagonizada por Robert De Niro que además de ganar La Palma de Oro en Cannes obtuvo la nominación para la actriz californiana como Mejor Actriz de Reparto. John Hinckley, un perturbado obsesionado con Jodie desde que la viera en esa magistral película de Scorsese, intentó llamar su atención de la peor manera posible, atentando en 1981 contra la vida del presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan. Lo demás es ya historia: dos Oscar por sus actuaciones en Acusados y El silencio de los corderos, y más de cuarenta títulos que recorren una filmografía fundamental aunque con altibajos. Jodie Foster es, además de actriz, directora y productora.
     
      Por el rostro poco definido, dulce y aniñado de la actriz, la foto debe estar tomada unos años después de su recordado trabajo como la púbere prostituta Iris en el film esencial del director italoamericano, y anterior al intento de magnicidio perpetrado (por delirio y despecho) por el tarado John Hinckley. Tal vez por su simpleza, me fascina esta foto, la mirada de Jodie bascula entre la candidez y el desafío, lo cautivador y lo provocativo. Nariz graciosilla y respingona, cabello de natural rubio y sin necesidad de tintes ni planchado, pelo que reposa sobre una espalda de nata blanca, piel como un cielo adornado con lunares como estrellas, en postura cuasi fetal, que nos deja ver con nitidez un muslo de nácar que enciende deseos ¿Quién fuera esa tela azul  que esconde sagrados refugios, aromas, nuevas teologías? De Jodie se dice que manda mucho, que sin ser vanidosa le gusta ser respetada, se habla de su condición sexual, que si es feminista y lesbiana… por ella, sólo por ella, también yo me he convertido en feminista y en lesbiano. Oh, Dios nos ama.  

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