También en Estambul la venganza se sirve
en plato frío
VENGANZA: CONEXIÓN ESTAMBUL
DIRECTOR:
OLIVIER MEGATON.
INTÉRPRETES:
LIAM NEESON, MAGGIE GRACE, FANKE JANSSEN, LUKE GRIMES, RADE SERBDZIJA.
GÉNERO:
ACCIÓN / EE. UU. / 2012 DURACIÓN: 91 MINUTOS.
La productora de
Luc Besson, Europa Corp., apadrinó en 2008 a Pierre Morel para que, partiendo
de un guión del propio Besson y Robert Mark Kamen, presentara uno de los thrillers
de acción más recordado por el aficionado de los últimos años. Venganza
tenía un argumento muy simple: un agente especial de la CIA retirado (Liam
Neeson) se ve obligado a volver a la acción para liberar a su hija (Maggie
Grace), raptada en París por una banda de albanokosovares dedicada a la trata
de blancas. Con una factura técnica impecable, una dirección enérgica y los
explosivos momentos de violencia con que Neeson resolvía las situaciones deparó
un espectáculo entretenido rodado a un ritmo vertiginoso. Debió de quedar ahí,
pero muchos nos temimos que tras su éxito asistiríamos a una secuela que como
esta VENGANZA:
CONEXIÓN ESTAMBUL estiraría el chicle buscando réditos comerciales sin
importar la calidad final del producto.
En esta nueva entrega Bryan Mills (Liam Nesson), recibe un
encargo como consultor de seguridad que le lleva a Estambul, donde le visitan
por sorpresa su hija Kim (Maggie
Grace) y su ex mujer, Leonor (Fanke
Janssen), que está en trámites de separarse de su actual marido, pues después de
lo ocurrido en París está dispuesta a darle una nueva oportunidad a Bryan. En
el exótico entorno de la hermosa ciudad turca parece que la vida familiar toma
un nuevo impulso. La armonía quedará rota cuando un grupo de albaneses
liderados por Murad (Rede
Serbdzija), que quieren dar cumplida venganza por la muerte de sus compañeros
en París, raptan a Leonor en presencia de Bryan, que tiene la suficiente
habilidad para ponerse a salvo y advertir a su hija del peligro que corre.
Mills contará así con la inestimable ayuda de Maggie, que ha aprendido cómo
huir de sus perseguidores, para enfrentarse a los esbirros de Murad y tratar de
rescatar a Leonor.
Con la
previsibilidad del invento ya contábamos, la secuela de Venganza no podía ser
de ningún modo una comedia musical. Situando al frente del proyecto a Olivier Megaton, otro director de la
escuela bessoniana, la nueva entrega se limita a seguir el sendero ya trillado
por la anterior película pero desprovista de la garra, el rencor y la mala uva
que le confirió Morel. Los dos films
quedan definidos por la omnipresente figura de Liam Neeson, el actor irlandés,
convertido en una insólita e incendiaria mezcla de Jason Bourne, Jack Bauer y
McGyver, derrocha facultades y carisma en situaciones absolutamente increíbles
que su marcada personalidad te hace deglutir sin empacho. VENGANZA:
CONEXIÓN ESTAMBUL tendría muy poco recorrido sin su presencia, sin su
control y pasmosa serenidad a la hora de encarar momentos límites, sin su
asumida consciencia de lo peregrino de un relato que en demasiadas ocasiones
transita por lo absurdo, y que sólo puede servir de fugaz evasión. De modo que
el espectador no debe esperar sorpresas de una cinta cuya única condición es la
de ejercer de caja de resonancias del film fundacional.
Insisto, la repetición de esquemas es el
mayor hándicap de esta secuela que
atiende a prototipos ya muy quemados, porque lo novedoso no puede quedar en la
alucinante conversión de Maggie Grace en heroína de acción lanzando granadas,
un rol que a todos nos parece muy disparatado. El purista cinéfilo, el que sólo
se retroalimenta de películas memorables
con la certera impresión de que el mejor cine ya se ha hecho, pasará de este
artefacto como de la mierda… Aún así, yo me atrevo a recomendarlo a un cierto
público que sólo va al cine para aparcar durante un rato el estrés evitando que
sus neuronas trabajen a destajo.
Lo diré, el film se erige sobre un guión
lamentable que se convierte en una retahíla de set pieces no siempre
bien ejecutadas (las persecuciones por los tejados de Estambul quedan muy
alejadas de la magistral planificación lograda en una escena similar de El
ultimátum de Bourne) y su eco tiene demasiadas resonancias, para colmo,
el villano, siempre en segundo plano, no da juego en su pelea final con un
Neeson que se lo come con papas. Los constantes e inútiles subrayados confirman
las carencias de un director que a falta de recursos todo lo fía a la acción
adrenalínica, con la convicción de que una ensalada de ostias bastará para
sanarnos.
Estoy deseando ver esta entrega de Liam Neeson, he podido ver el trailer en Español y promete ser una entrega entretenida y llena de acción.
ResponderEliminarES MÁS FLOJA QUE EL FILM ORIGINAL, AÚN ASÍ LOS FANS DE LA PELI SEMINAL NO SE LA QUERRÁN PERDER, Y SÍ, TIENE ACCIÓN, TANTA QUE SIRVE PARA CAMUFLAR UN GUIÓN TORPE Y PREVISIBLE.
ResponderEliminarUN SALUDO