lunes, 20 de febrero de 2012

FOTOGRAMAS EN LA RETINA: LA LLAVE SECRETA



      Tras haberse iniciado como ayudante de genios como Federico Fellini y Roberto Rossellini, el director italiano Tinto Brass desarrolló en los años 70 un estilo personal y vanguardista que fue evolucionando en los 80 hacia un cine provocador entre la pornografía y el esteticismo. Voyeur obsesionado con el erotismo, filmó obras fundamentales del género como Salon Kitty (1975), Calígula (1980), o el film que nos ocupa, LA LLAVE SECRETA (1983): drama erótico impregnado de todas sus constantes y obsesiones que nos remonta a la Italia fascista de los años 40 y que nos presenta a un matrimonio compuesto por una atractiva mujer madura (Stefanía Sandrelli) y su marido, un hombre insatisfecho sexualmente.

      Al cumplirse el vigésimo aniversario de boda y en el transcurso de una conversación, descubren sus respectivos diarios íntimos en donde especifican sus inconfesables fantasías sexuales. Inician entonces un perverso juego sexual donde tendrán cabida otras personas.


       
      En Italia el film produjo un gran escándalo, no sólo por la crudeza erótica del film, también porque una actriz del prestigio de Stefania Sandrelli, ya con 37 años, decidió desnudarse y participar en varias cintas subidas de tono. Nacida en 1946 y poseedora de una belleza apetitosa y rotunda, pocos mitos carnales han estimulado la libido del espectador como la Sandrelli en esta película, porque lejos de análisis intelectuales, lo que queda es la lubricidad de unos recuerdos que todavía producen en mí agradables cosquilleos. Y es que, como alguien dijo, la provocación es una ganzúa para violentar la caja fuerte de esta cultura herrumbrosa.


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