miércoles, 29 de agosto de 2018

“CASHBACK” (Sean Ellis, 2006)

   

  Surgida a raíz de un corto que Sean Ellis realizó en el año 2004, Cashback se encuentra entre lo más granado del director británico hasta la fecha junto a Metro Manila (2013). Representó su ópera prima y una brisa fresca en el panorama cinematográfico de aquellos años, pero su última película Operación Anthropoid (2016) que narra el atentado en 1942 del General de las SS Reinhard Heidrich en Praga, sin ser despreciable, no ha logrado seducirme. 



    Cashback sigue a Ben Willis (Sean Biggerstaff) un estudiante de bellas artes que sufre insomnio desde que su novia le dejó.  Para sobrellevar la vigilia, comienza a trabajar en el turno de noche de un supermercado del barrio. Aquí conocerá a la gente más variopinta que ha desarrollado su propia manera de hacer frente al aburrimiento de ocho horas de turno. Ben se imagina a sí mismo congelando el tiempo y así poder apreciar la belleza de un mundo en su quietud con la gente dentro. Y se fija especialmente en Sharon (Emilia Fox) la callada cajera que quizás guarde el secreto para resolver su problema de insomnio.


   Ni mucho menos es una película erótica aunque la función está rebosante de desnudos, y hoy está considerada por muchos aficionados una película de culto. Cashback se apoya como hilo conductor en la mirada (a veces retrospectiva) y la voz en off del protagonista para darnos a conocer sus pensamientos, ilusiones, desencantos, desvelos y su visión del mundo. No sólo en su etapa actual, también y con el recurso del flash back haciendo al espectador partícipe, de sus más indelebles recuerdos. Ben (superlativo Sean Biggerstaff) es un romántico con alma de perdedor que no puede superar la ruptura sentimental con su novia Suzy, un trauma que le impide conciliar el sueño. Es un gran dibujante, y sabemos que tarde o temprano le llegará la oportunidad de su vida, pero de nada le sirve si no llena antes el vacío de su corazón. Cashback es una elegante e inteligente comedia que atrapa por el modo en que Ellis nos cuenta la historia más que por lo que realmente cuenta: la vida de un joven universitario enamoradizo con la fiebre de la edad y la herida del amor abierta.

     
   Con el aliciente de un abanico de desnudos de chicas hermosas de las que el estudiante de bellas artes intenta captar e inmortalizar su aura de forma tan artística como poética, el relato condensa y fusiona de manera virtuosa la comedia y el romance para desarrollar una historia preciosa en su sencillez, siempre acompañada de una excelente banda sonora y un nivel técnico deslumbrante. Todo para componer una exquisita melodía sobre las etapas del amor, con sus desengaños y momentos de felicidad, de los mecanismos de atracción y seducción que conforman la magia de los códigos sentimentales.  


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