El cine debe ser algo más que esto
AMERICAN PIE: EL REENCUENTRO
DIRECTOR: JON
HURWITZ Y HAYDEN ACHLOSSBERG.
INTÉRPRETES: JASON BIGGS, ALYSON HANNIGAN, SEANN WILLIAN
SCOTT, TARA REID, MENA SUVARI, CHRIS KLEIN, THOMAS IAN NICHOLAS.
GÉNERO: COMEDIA /
EE. UU. / 2012 DURACIÓN: 113 MINUTOS.
A lo largo de la
historia ha habido películas xenófobas, homófobas, violentas, repugnantes por
su mensaje explícito… y además esta American Pie, una serie de películas
tontas cuya entrega seminal data de 1999 y que son al cine lo que el tocino a
la cocina deconstructiva. No recuerdo nada de las películas anteriores
¿aparecía un tipo que se masturbaba con una tarta? Se supone que esta es la cuarta
entrega oficial aunque hubo otras con diferentes repartos y algún spin-off,
todas fueron borradas de mi mente como las cagadas de paloma del capó de mi
coche, por lo que no pertenezco al club de los que se descacharraron de risa
con estas burdas comedias en las que una pandilla de palurdos obsesionados con
el sexo se emborrachaban sin control. Su retahíla de chistes absurdos y gags
escatológicos jamás arrancaron de mis labios ni media sonrisa. La sensación de
déjà vu debe ser evidente incluso para sus fans, ya que, subrayo, el arriba
firmante nada recuerda de aquella gilipollez y sus secuelas.
Lejano
ya aquel verano de 1999 en que cuatro jóvenes iniciaron una campaña para perder
la virginidad, en los años transcurridos desde entonces, Jim (Jason Biggs) y Michelle
(Alyson Hannigan), contrajeron matrimonio y están felizmente casados, aunque
hay una vecina que se ha enamorado de él. Mientras, Kevin (Thomas Ian Nicholas) y Vicky
(Tara Reid), se han dicho adiós. Oz
(Chris Klein), que vive en una mansión en Malibú, se ha distanciado de Heather (Mena Suvari), que sale con un
cirujano que intenta parecer más joven. Por otra parte, Finch (Eddie Kay Thomas), todavía suspira por la mamá de Stifler (Seann William Scott), que
sigue siendo el mismo: un desastre. Ahora, estos amigos de toda la vida, han
regresado a casa como adultos para celebrar una reunión de antiguos alumnos,
recordando y buscando la inspiración en aquellos adolescentes de hormonas
dislocadas que un día fueron.
Sin lugar para la decepción, encontré lo
que esperaba, carencia de sustancia e irrelevancia absoluta, gags redundantes y
escenas situacionales cansinas. Recuerdo haber visto comedias generacionales
más decentes (Desmadre a la americana,
por ejemplo), empero no es un subgénero que me entusiasme mucho. Anoche
seleccioné la espléndida Pierrot el loco (Jean-Luc Godard,
1965) y procedí a darme el gustazo de un nuevo visionado, y durante una escena
en donde los protagonistas se encuentran disfrutando de un cóctel, el personaje
al que da vida Jean-Paul Belmondo le comenta al encarnado por el realizador Sam
Fuller, que interpreta a un productor de cine americano, que siempre ha querido
saber qué es el cine, a lo que Fuller responde “El cine es como una batalla; el amor, el odio, la acción, la violencia
y la muerte. En pocas palabras: la emoción”. Ciertamente no encuentro nada
de esto en AMERICAN PIE: EL REENCUENTRO, aun así, algunos cronistas
nostálgicos abundarán en su mensaje sobre la llegada de la madurez, la erosión
del tiempo y el amargo adiós a la adolescencia. No cuela.
Insisto, no
sentí ninguna nostalgia cuando con el transcurrir de los años perdí de vista
las aventuras de esta pandilla de niñatos fiesteros, ninguna enjundia tienen
sus relaciones interpersonales, sus conflictos amorosos ni sus toscas
travesuras, los directores Jon Hurwitz y
Hayden Schlossberg dulcifican el argumento, los chistes y diálogos en un
intento baldío por enternecer la mirada del espectador tiñéndola de melancolía,
en mi caso no lo logran porque la nostalgia sólo me inunda para rememorar
momentos más intensos, memorables, terroríficos, bellos, tristes o felices. La
jugada esta clara: el valor de la amistad, el recuerdo de las cosas vividas,
las responsabilidades adquiridas… coartadas pseudo-reflexivas para envolver el
encefalograma plano, una película pajillera más que tiene héroe de la función
al inigualable gamberro Stifler en su titánico esfuerzo por no sentar nunca la
cabeza. Tal vez lo único salvable de toda la saga sea la figura del padre
de Jim, que sigue con su rosario de consejos y que está satisfecho de cómo su
hijo se ha hecho un hombre con el que de alguna manera puede entenderse. Los
personajes, ya treintañeros, han evolucionado, mi opinión sobre el invento
sigue siendo la misma: un pestiño indigesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario