La modelo y actriz estadounidense ADRIANNE CURRY (Joliet, Illinois, 6 de agosto de 1982), saltó a la
fama al ganar la primera temporada de America´s Next Top Model, y desde
entonces encadenó un reality tras otro, tanto es así que ella misma se definió
como “una famosa prostituta de reality”. A Adrianne, mujer muy deshinibida, no
le inquieta nada que le roben fotos del móvil, pues ella misma cuelga sus
desnudos en Twitter, y hablando sobre su sexualidad ha revelado que ha tenido
diversos escarceos amorosos con mujeres. Estaba predestinado, y en febrero del
año 2006 posó desnuda para Playboy, sesión por la que cobró un millón de
dólares. En el cine he visto sus vanas intervenciones en el olvidable film de
terror de serie B Fallen Angels (Jeff Thomas, 2006), así como en un muy mediocre
film de suspense titulado Jack Rio (Gregori J. Martin, 2008).
Jodidas tardes de domingo, Adrianne, que te
invitan a llorar en el parque, y te sientes extraño rodeado de tanta gente que
no te importa. Camino como un fantasma abrazando una soledad que hace temblar
mis labios y me acerca al terror de la locura. Queda, eso sí, lo vivido, para
lo que ya no hay sombra de decepción: las pajas en las escaleras del casino, tu
culo sonrosado siempre abierto a la sodomía, tu cuerpo caliente en el balneario
de los sueños, mis manos surcando tus rodillas, los bailes en la cantina del
puerto, la fresca alacena con olor a moho y raticida, las butacas bajo la parra
en el festín de las avispas, el pozo ciego, las campanas tañendo estrofas de
guadañas y cipreses… Horas marchitas sobre el corcel del tiempo, que se pierde
en esa espesa niebla que me aguarda en cada esquina. Vuelvo a caer: Ab irato, a
verbis ad verbera.
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