martes, 21 de febrero de 2023

CRÍTICA: "INFINITY POOL" (Brandon Cronenberg, 2023)

 

Pon un clon en tu vida y lograrás la perdición

“INFINITY POOL” êêê

DIRECTOR: Brandon Cronenberg.

INTÉRPRETES: Alexander Skarsgård, Mia Goth, Cleopatra Coleman, Jalil Lespert, Thomas Kretschmann, Jeff Rocketts, John Ralston.

GÉNERO: Ciencia ficción / DURACIÓN: 118 minutos / PAÍS: Canadá / AÑO: 2023

    Dicen que de casta le viene al galgo. Es lo que ocurre con Brandon Cronenberg, hijo del reputado director canadiense David Cronenberg, firmante de obras míticas del Séptimo Arte como Videodrome, La mosca, Crash o Promesas del Este, además de ser uno de los popes del concepto La Nueva Carne en su plasmación cinematográfica, que versa sobre la mutación del cuerpo y la manipulación genética con creaciones de monstruosidades tan creíbles como tangibles. La herencia cultural transferida y que empapa todo lo realizado por Brandon hasta la fecha está presente en Antiviral (2012), sobre un empleado de una clínica dedicada a replicar enfermedades de celebridades para el consumo público que se inyecta la enfermedad de un famoso sin tener la cura. Y por supuesto, en Possessor (2020), sobre una organización secreta que utiliza implantes cerebrales para controlar los movimientos de unas personas que son utilizadas para cometer asesinatos que benefician a hombres poderosos del mundo corporativo. En su última película, Infinity Pool, nos deja claro que estamos ante un talento en ciernes, como guionista y director, que aunque todavía no ha entregado ninguna obra maestra, se está convirtiendo en un nombre imprescindible dentro de la corriente de perversión estética de la carne.

     Infinity pool nos presenta a James (Alexander Skarsgård), un escritor bloqueado en la búsqueda de la inspiración, y a su mujer, Em (Cleopatra Coleman), su mecenas e hija de un importante editor. Ambos están disfrutando de unas vacaciones en la playa de la paradisíaca y ficticia Isla de La Tolqa. Un día, una mujer, Gabi (Mia Goth), reconoce a James y se declara fan de su única novela publicada. Con ella y su grupo de amigos se divierte hasta que una noche James atropella con su coche a un hombre, situación que hará que emerja toda una subcultura del turismo hedonista, la violencia imprudente y los horrores surrealistas del resort de lujo.

    En su tercer largometraje, Brandon Cronenberg crea una película de sesgo surrealista y tremendamente paranoica, una fábula pseudopornográfica sobre una clase social tan aburrida como privilegiada, que puede llegar a desarrollar todo tipo de perversiones que solo representan para ellos una diversión, un pasatiempo enfermizo que actúa como estímulo para abandonar la desidia, el hastío de la mediocridad. La película comienza a alzar el vuelo cuando James atropella con el automóvil a un pobre desgraciado (la miseria se extiende por toda la isla a excepción del hipervigilado resort), detenido por las autoridades, un mando al que da vida Thomas Kretschmann le explica que en el país existe una ley muy explícita: todo asesinato (aunque fue un accidente) debe ser vengado por el hijo de la víctima. James, está muy asustado, pero le ofrecen una solución para salir airoso: pagar una considerable cantidad para ser clonado, y mientras el hijo de la víctima mata al clon, él debe estar allí para observarlo todo, para saber qué se siente asistiendo a su propio asesinato. Una vez rota la brújula moral, y enterrados todos los escrúpulos y prejuicios, James es arrastrado por Gabi a un tenebroso submundo de placer y violencia visceral, porque si sus actos no tienen consecuencias, qué les impide a él y a los demás exceder cualquier límite (ético, moral, espiritual…) más allá del horror que pueda provocar.

    Em, la mujer de James, salió de la isla horrorizada tras haberle pagado a su marido la salvación, pero James, que no encuentra el pasaporte, debe quedarse unos días más en la isla, enredado en una febril espiral de placer y horror, acompañado por Gabi y su grupo, utilizan una horribles y deformes máscaras que les otorgan el anonimato para encubrir sus espeluznantes fechorías. Los clones de James se repiten y al espectador le asalta la intrigante duda de si en verdad el James original ya no existe y lo que tienen ante sus ojos es sólo una copia perfecta del original. Así, Cronenberg nos introduce en una morbosa historia que nos interpela sobre el peso de la conciencia humana, sobre nuestro salvaje comportamiento si, con toda impunidad, desaparecen todas las líneas rojas que nos impone la bienpensante sociedad. Con un excelente uso cromático a cargo del iluminador Karim Hussain, el recurso reiterado de planos detalle y primeros planos, Infinity pool se impone como un relato turbador rebosante de escenas siniestras y de una realidad alterada, una crítica a la inaccesibilidad de las élites sociales a las que, subidas en sus atalayas de dinero y poder, nada les mancha, y asistimos a sus juegos prohibidos, lanzando las redes a un inocente rehén, dejando así marcada para siempre su vida. Interesante película.

2 comentarios:

  1. Se ha filtrado. Por eso sólo es posible verla en descarga. El videoclub colectivo.

    Si te interesa, me lo dices y yo te indico.

    Un abrazo.

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