domingo, 2 de febrero de 2020

CRÍTICA: "TE QUIERO, IMBÉCIL" (Laura Mañá, 2020)


“TE QUIERO, IMBÉCIL” êê
(Laura Mañá, 2020)


  La directora y actriz barcelonesa Laura Mañá debutó hace justo veinte años con la comedia dramática Sexo por compasión (2000), una aceptable película sobre una mujer madura que es abandonada por su marido harto de su excesiva generosidad. Para recuperarlo no se le ocurre otra cosa que acostarse con todos los hombres del pueblo. Su mejor película hasta la fecha es Palabras encadenadas (2003), un thriller psicológico protagonizado por Dario Grandinetti y Goya Toledo en el que una mujer es secuestrada y amordazada en un sótano por alguien que dice ser un asesino en serie que le propone para ser liberada un juego de palabras encadenadas.


  Te quiero, imbécil nos presenta a Marcos (Quim Gutiérrez) un tipo de 35 años al que ha dejado la novia cuando iba a pedirle matrimonio. Seguidamente, le echan del trabajo y vuelve a vivir con sus padres. Su vida es un desastre y con semejante panorama, Marcos decide reinventarse para triunfar. Es por eso que acude al “lugar ideal” para pedir consejo: internet. Mientras trata de aplicar los consejos de un gurú influencer argentino, Sebastián (Ernesto Alterio), Marcos tiene un encuentro crucial con una antigua amiga del colegio, Raquel (Natalia Tena), tendrá una nueva jefa, una exnovia que ni contigo ni sin ti y estará rodeado de unos amigos muy intensos.


  Comedia romántica de temática muy trillada que nos presenta un triángulo amoroso con dos personajes femeninos que saben perfectamente cuáles son sus aspiraciones y objetivos. Pivotando sobre ellas, Marcos, perdido en un mundo que avanza más rápido de lo que a él le gustaría y al que intenta adaptarse contando a la cámara, es decir, a los espectadores, sus sueños, miedos y fracasos. Marcos “bien asesorado” por los consejos de un youtuber muy pasado de rosca (espléndido Ernesto Alterio que nos regala algunos momentos hilarantes) intenta no desentonar con el espíritu de los tiempos. Pero lo mejor de la función es la presencia esplendorosa de Natalia Tena, vieja conocida de los años del colegio de Marcos, con el que se encuentra casualmente y acaba convirtiéndose en su confesora y encendiendo la chispa. Te quiero, imbécil es una comedia con escasas pretensiones que trata de reflexionar sobre la fugacidad del tiempo y la banalidad con la que se construyen hoy las relaciones íntimas y de amistad. También sobre la influencia que tienen en nuestras vidas todos esos gilipollas de los que nos rodeamos todos los días.

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