miércoles, 12 de agosto de 2015

JOYAS DEL CINE ERÓTICO: “STRIPTEASE” (1996)


        Elegida peor película de 1996 y nominada a los Premios Razzie como una de las peores películas de aquella década, resulta absolutamente incontestable que Andrew Bergman nos sirvió un espectáculo zarrapastroso con dos únicos objetivos: por un lado exhibir el espléndido y moldeado físico de una Demi Moore atlética y musculada para la ocasión y así obtener jugosos beneficios en taquilla; y por otro, lanzar una loa a la industria de la silicona, mano de santo para arreglar algunos defectillos en las esculturas femeninas mínimamente dotadas y dejarse de complejos. Striptease nos presenta a Erin Grant (Demi Moore) que tras perder el trabajo y la custodia de su hija, se hace bailarina de striptease en un antro de Miami con el propósito de reunir el dinero suficiente para recurrir la sentencia que le ha otorgado la custodia a su marido. La belleza, el erotismo  y los meneos de Erin llamarán la atención de un pervertido miembro del congreso (Burt Reynolds) que no se detendrá ante nada con tal de conseguirla.


      
     Nadie discute que estamos ante un pestiño de dimensiones estratosféricas ni que Demi Moore siempre fue -y es- una actriz mediocre, pero también merece poca discusión que estamos ante unos de los más bellos cuerpos que han desfilado por una pantalla de cine. El rollo de la lucha por la custodia de su hija es sólo una excusa maniquea que en forma de falso cine social sirve como burda coartada para que la ex de Bruce Willis contonee las caderas, mueva el culo y haga botar sus tetas de silicona. Y sí, sabemos que el espectáculo esconde mucha goma sintética y quizás Demi se muestra un poco brusca en la coreografía, desatada con un ritmo y unos movimientos que tal vez requerían un poco más de sensibilidad, sensualidad y cadencia… Pero nadie negará que el precio de la entrada fue amortizado con la insinuante visión de un cuerpo esculpido en un gimnasio y el excitante atrevimiento de aquella jovencita de Ghost que tanta timidez e inocencia transmitía.



      Es como si la película careciera de guión y si alguna vez lo tuvo se olvidaron pronto de él, lo que sí está contrastado es que la diva cobró 12 millones de dólares por enseñarnos sus encantos rodeada de otras beldades, convirtiéndose en la actriz mejor pagada ese año. Los responsables nunca encontraron el tono para encarar una película que transita varios géneros (thriller, cine social, erótico, drama y comedia) con el convencimiento de que un solo fotocromo de Demi Moore en tanga les solucionaría la papeleta del desatino narrativo. El papel de político corrupto y pervertido de un Burt Reynolds en el abismo de la decadencia es una broma de mal gusto aunque, por otra parte, es el personaje más tristemente creíble. En fin, un subproducto ideado como vehículo para el lucimiento de su estrella y para excitar el morbo del espectador siempre ávido de sensaciones inspiradoras. Lo peor fue la impresión general de que hubo mucha gente que se tomó esta mierda en serio.


LES DEJO CON UNAS IMÁGENES DE UNA DEMI MOORE JOVENCITA Y PRESILICONA, PERTENECIENTES A UNO DE SUS PRIMEROS PAPELES, LA COMEDIA "LÍO EN RÍO" (STANLEY DONEN, 1984). A MÍ ME GUSTABA MÁS.



2 comentarios:

  1. Me gusta más en "Lío en Río".

    Un abrazo.

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  2. Totalmente de acuerdo, además es un film muy superior al arriba comentado. Además, tras 21 años felizmente casado, a mí me dan morbo esos tetitas pequeñas, me devuelven a mi convulsa y furtiva adolescencia.

    Un abrazo.

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