“THE ODESSA FILE”
Adaptación de la novela homónima de Frederick Forsyth, Odessa es un sólido thriller político ambientado en la Alemania de 1963, donde las sombras del nazismo aún se ciernen sobre la sociedad alemana. La película, dirigida con absoluta precisión por Ronald Neame, nos sitúa en Hamburgo y sigue a Peter Miller (John Voight), un joven periodista que, tras leer el diario de un viejo judío superviviente del Holocausto que se acaba de suicidar, se obsesiona con descubrir el paradero de Eduard Roschmann (Maximilian Schell), capitán de las SS y comandante del campo de concentración de Riga (Letonia) conocido como “El Carnicero”, que al parecer vive con una identidad falsa en algún lugar de Hamburgo.
El guión combina la estructura del cine de espionaje con elementos de la investigación periodística, construyendo una intriga pausada pero tensa. Neame, con su característico estilo sobrio y funcional, evita el exceso melodramático para concentrarse en la dimensión moral de la historia: la búsqueda de justicia frente al olvido y la indiferencia del presente. John Voight nos regala una interpretación contenida y convincente, mostrando la transformación de un hombre inicialmente movido por la curiosidad profesional hacia alguien obsesionado con revelar la verdad. Maximilian Schell, dando vida a Roschmann, aporta una presencia siniestra que refuerza el trasfondo de culpa y redención.
La dirección de Neame brilla por su capacidad para generar atmósferas: el invierno alemán, los interiores sombríos y la música de Andrew Lloyd Webber (sorprendentemente eficaz en su primer trabajo cinematográfico) contribuyen a un tono de constante inquietud. Aunque el ritmo puede parecer lento para ciertos estándares del cine actual, su enfoque minucioso resulta acertado y coherente con el espíritu de la novela, más preocupado por la verosimilitud histórica que por el espectáculo.
Odessa es, definitivamente, una obra sobria y vigorosa
que combina el entretenimiento y los recursos del cine de espionaje con una
reflexión sobre la memoria colectiva y la impunidad. Una pieza subestimada dentro
del cine político en su época, pero que actualmente se hace necesario
reivindicar y valorar ante el irracional y desmedido odio de tanta gente
confundida, fanatizada y desnortada.
Un thriller sólido, con excelentes composiciones de John Voight y Maximilian Schell.
ResponderEliminarUn abrazo.