viernes, 23 de marzo de 2012

FOTOGRAMAS EN LA RETINA: LOS RENEGADOS DEL DIABLO


     
       Me gusta el cine que hace el rockero Rob Zombie, con una filmografía compuesta hasta la fecha por cuatro títulos: el díptico La Casa de los 1000 Cadáveres (2003) y Los Renegados del Diablo (2005), y las dos entregas de la saga iniciada originalmente por Jonh Carpenter, el remake Haloween (2007) y su continuación H2: Halloween (2009), tanto en su música como en sus films se nota su pasión por la contracultura, la serie B y Z, el rock clásico, los cómics y el gran guiñol, pero es que además el fundador y frontman de la banda de metal industrial White Zombie, nos ha regalado uno de los mejores finales de película que este crítico recuerda en la última década. Fue precisamente en Los Renegados del Diablo tomando como fondo musical el magistral tema “Free Bird” de Lynird Skynyrd, cinta en la que, por supuesto, participaba su preciosa esposa, Sheri Moon Zombie, que posee un rotundo culo sureño. 


     
     Más cercana al western y la road-movie que al puro terror, en Los Renegados del Diablo, secuela de su ópera prima La Casa de los 1000 Cadáveres, nos volvemos a encontrar con la familia de asesinos sociópatas Firefly, rodeados en su casa por los hombres del terrible Sheriff Wydell (William Forsythe), armados hasta los dientes. Sólo Otis (Bill Moseley) y su hermana Baby (Sheri Moon Zombie), logran escapar indemnes de la tremenda balasera, para poco después reunirse con su esperpéntico padre, el Capitan Spaulding (Sid Haig). Juntos vivirán a salto de mata eliminando a cualquiera que se interponga en su camino. No obstante, la implacable caza emprendida por el Sheriff Wydell, que busca su venganza personal, nos abocará a un enfrentamiento brutal: el grupo de asesinos lanzándose como kamikazes contra una compacta barrera policial que corta la carretera y que les dispara sin compasión mientras la cámara congela cada uno de los disparos letales que van recibiendo. Un western salvaje, sórdido, sucio y polvoriento acorde con la tenebrosa personalidad de Zombie, uno de los pocos tipos con los que compartiría una botella de Jack Daniel’s.


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