domingo, 29 de octubre de 2017

CRÍTICA: “EL SECRETO DE MARROWBONE” (Sergio G. Sánchez, 2017)


 "EL SECRETO DE MARROWBONEêê
  

  Debut de Sergio G. Sánchez, guionista habitual de J. A. Bayona (El orfanato, Lo imposible) con una historia que nos sitúa en la América rural de 1969, y que nos presenta a cuatro jóvenes hermanos, Jack (George MacKay), Billy (Charlie Heaton), Jane (Mia Goth) y el pequeño Sam (Matthew Stagg) lleguen a Marrowbone junto a su madre, Rose (Nicola Harrison). Escapan de Inglaterra con el objetivo de dejar atrás a su padre, un hombre violento y con un terrible pasado criminal. Ahora, en aquella casa abandonada esperan iniciar una nueva vida partiendo de cero. Muy pronto entablan amistad con Allie (Anya Taylor-Joy) la joven bibliotecaria local. Cuando la madre fallece, temen ser deportados y separados, será entonces cuando una amenazadora presencia comience a rondar su casa.


    Fábula gótica muy influenciada por el cine de Bayona, El secreto de Marrowbone surca los cánones y clichés del género (caserón espectral y herrumbroso en cuyas siniestras estancias anida el Mal, estigmas y traumas familiares, celos y lazos enfermizos) para armar un arco dramático que aunque carece de la intensidad y emoción necesaria contiene una innegable fuerza visual. Un problema es su ambición multigenérica, inabarcable cuando el enigma esconde demasiadas preguntas y lagunas de guión. 


    La factura de la función es impecable y Sergio G. Sánchez demuestra conocer el oficio desplegando un estilo depurado, sabe dónde colocar la cámara y acierta con la combinación plano-contraplano para crear tensión, para lograr el juego de luces y sombras tan esenciales. A pesar de contar con buenos elementos narrativos, El secreto de Marrowbone decepciona en su twist final, muy influenciado por Shyamalan, un giro bastante endeble con el que el director quiere poner la firma de autor y que por el contrario emborrona lo que podía haber sido un terrorífico cuento moral. 

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