martes, 21 de marzo de 2017

CRÍTICA: “BELOW HER MOUTH” (April Mullen, 2016)


Romance desde la isla de Lesbos


    Apenas sé nada de esta directora canadiense llamada April Mullen que al parecer debutó en el año 2012 con una comedia teen sobre maldiciones, zombies y demonios titulada Muertos antes del amanecer. Me cuentan gente en la que confío que toda su filmografía es muy chusca, que en el año 2014 estrenó un zarrapastroso thriller con el escueto título de 88, protagonizado por la bellísima Katharine Isabelle. Nada sabemos de otro thriller firmado por la canadiense en 2015, Farhope Tower, pero sí que últimamente anda liada filmando capítulos para series televisivas como Aftermath y Belleuve.

    
   El argumento de Below Her Mouth es tan simple como el mecanismo de un botijo: Dallas (Erika Linder) acaba de dar por terminada la relación con su pareja, Joslyn (Mayko Nguyen). Dallas, que trabaja arreglando las cubiertas de las viviendas, le echa el ojo a Jasmine (Natalie Krill), editora de una revista de moda y dueña de la casa en la que está trabajando. Una noche, se encuentran en un club de mujeres y Dallas inicia un agresivo juego de seducción. Jasmine, que aparentemente es heterosexual y está comprometida con su novio, cae en los brazos de Dallas e inician un tórrido romance.

   
     Muy alejada de la calidad cinematográfica y el sentido dramático y emocional de La vida de Adèle (Abdellatif Kechiche, 2013) y con el rotundo título traducido al español “Debajo de su boca”, April Mullen nos entrega un soso relato en el que la mayor parte del metraje lo gasta en los encuentros eróticos que tienen las dos protagonistas sin asumir muchos riesgos, algo que resultará muy excitante para el público masculino (también, claro para las mujeres lesbianas), pues las escenas eróticas están rodadas con un cuidado esteticismo, cierta sensualidad y naturalismo. Below Her Mouth es un film engendrado completamente por mujeres, y el único hombre del reparto sólo existe como coartada para desarrollar una trama previsible y anodina.


      Nada de lo que ocurre en la función resulta novedoso o irreverente, y la explicitud sexual se sitúa muy por debajo de la cinta francesa anteriormente citada. Pero la directora asegura que en la película se nota la mirada femenina, según ella su película está rodada con una sensibilidad distinta y no ocurre como en otras de temática lésbica pergeñadas para excitar a los hombres. Vende su producto, pero si ese era su objetivo, no creo que lo haya conseguido. Insisto, el único interés de esta aburrida película para los hombres y mujeres heterosexuales reside en ver cómo retozan sus dos bellas protagonistas, y no creo que las féminas que sienten atracción sexual hacia otras mujeres se sientan atrapadas por una historia tan vulgar y de una narrativa tan plana. Conclusión: guión pobre, interpretaciones mediocres y el sexo como único y mínimo aliciente. 

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