domingo, 3 de abril de 2016

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "ROJO" (Krzysztof Kieslovski, 1994)

TRES COLORES: ROJO
(TROIS COULEURS: ROUGE)
Drama- Francia-Polonia-Suiza, 1994 - 101 Minutos.
DIRECTOR: KRZYSZTOF KIESLOWSKI.
INTÉRPRETES: IRÉNE JACOB, JEAN-LOUIS TRINTIGNANT, FREDÉRIQUE FEDER, JEAN-PIERRE LORIT.
   

    Krzysztof Kieslowski (Varsovia, 1941-Varsovia, 1996) se licenció en la escuela de cine de Lódz, cuando termina sus estudios es contratado para la televisión, un medio para el que realiza documentales y series de contenido dramático. Tras realizar una veintena de cortometrajes en 1976 rueda el largometraje La cicatriz, un film por el que empieza a ser reconocido en el extranjero y que junto con El aficionado (1979) le concede una cierta reputación. Su consagración internacional le llega con el díptico compuesto por No matarás (1987) y No amarás (1988) unas obras de naturaleza claramente católica. En La doble vida de Verónica (1991) película protagonizada por Iréne Jacob, nos narra la historia de dos mujeres idénticas que nacen el mismo día y en diferente lugar. La trilogía Tres colores: Azul (1993), Blanco (1993) y Rojo (1994), una coproducción entre Francia, Polonia y Suiza que simboliza los colores de la bandera francesa con el lema “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, pone un broche de oro en la personal filmografía de este autor, muerto desgraciadamente demasiado joven.
    
      
    Sinopsis: Valentine (Iréne Jacob) es una hermosa modelo que un día atropella accidentalmente a una perra, ésta pertenece a un juez retirado, excéntrico y solitario (Jean-Louis Tringtinant) que se pasa la vida escuchando de forma ilegal las conversaciones telefónicas de sus vecinos. Este pasatiempo delictivo y tan poco ético hace que Valentine se sienta indignada, pero a la vez experimenta una atracción morbosa hacia el juez. Una de las personas espiadas resulta ser Auguste (Jean-Pierre Lorit) que vive cerca de Valentine y que pronto la conocerá en un viaje a Inglaterra que va a cambiar sus vidas.
    
      
   Tercer capítulo del tríptico Tres Colores firmado por el director católico Kieslowski y que representa la fraternidad. Rojo es la mejor de las tres partes formadas como he apuntado anteriormente por Azul (la libertad) y Blanco (la igualdad), un lema que se puede leer en la fachada del palacio de justicia de París. Un lazo de terciopelo rojo para cerrar con evidente talento un paquete que guarda una de las mejores y más arriesgadas apuestas del cine de la última década, un proyecto a contracorriente de las tendencias de la época y que lejos de lo que algunos quisieron ver, frívolamente, como un fallido y pretencioso intento de volver al cine de "qualité" de los setenta, plasma con emoción todo un universo fílmico, el de un cineasta original, fiel a unos principios, en cuya esencia no caben fundamentos pueriles, intereses comerciales ni otras cuestiones baladíes.


     En Rojo, el teléfono se impone desde el principio como un elemento insustituible para combatir la soledad, sólo que ese artilugio tan necesario en los nuevos tiempos puede, en demasiadas ocasiones, aumentar la angustia y profundizar en la herida que abre la distancia, la melancolía y el aislamiento: "todo lo que quiero es paz", dice la protagonista a su novio por teléfono. Valentine llega a la casa del dueño de la perra para entregársela tras haber leído su dirección en el collar del animal, inmediatamente se da cuenta de lo que ocurre, ya que éste se encuentra espiando las conversaciones de sus vecinos, ella le dice que lo que hace es asqueroso, a lo que él responde que lo ha hecho durante toda la vida, Valentine le pregunta:
   
    -¿Qué era usted, un poli?
    -Peor, juez.
    
      
     A partir de ese momento empatizo de por vida con ese personaje decadente en el ocaso de toda existencia, él reniega de su profesión, le horroriza, al igual que a mí, que alguien de este mundo, situándose más allá del bien y del mal, pueda tener capacidad para decidir el destino de sus semejantes: <<a cuantas personas hubiese podido absolver, culpables o no. El simple hecho de poder decidir lo que es verdad o no, me parece una falta de modestia, un acto de vanidad>>. Kieslowski, en esta espléndida película, lleva hasta el límite su obsesión por el azar, las casualidades y las coincidencias; el libro que al caer al suelo queda abierto por una página que resulta crucial para Auguste, el disco que quiere comprar Valentine con tan mala suerte que el último ejemplar lo acaban de adquirir Auguste y su novia, con los cuales coincidieron en la bolera la misma noche... fascinación sobre los secretos que encierra la vida y que el director polaco utiliza como una introspección de los enigmas inexplicables del destino.


    Es el juez quien se denuncia a sí mismo a la policía, en un acto que más que honrarle le acerca a la joven modelo y hace que se intensifique su interés por él y su simpatía. Valentine, antes de partir hacia Inglaterra, ayuda con un gesto fraternal a la anciana a introducir una botella en el contenedor, los personajes de las otras dos partes de la trilogía sólo se la quedarán mirando. Puede que el final de la película, y consecuentemente de la trilogía, pueda resultar excesivamente sutil y condensado, mas yo lo juzgo totalmente acertado y original. Los protagonistas principales de los tres films han sufrido experiencias poco satisfactorias, cuando no amargas, contrarias al lema que sustenta la obra completa, ahora se abre una puerta con nuevas perspectivas para todos ellos.

2 comentarios:

  1. No me acuerdo mucho de esta película y diría que me gustó menos que "Azul" y "Blanco"; a la luz de tu reseña, constato que debería darle una nueva oportunidad.

    Un abrazo.

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  2. "Rojo" es la película que más me gusta de la trilogía, y la que menos "Blanco", aunque también me gusta. Pero no es una opinión muy original, Ricard, ya que coincide con el criterio mayoritario de la crítica y el público. Ah, Kieslowski ¡qué recuerdos! Algún día repasaré toda su filmografía.

    Un abrazo.

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