Manuel Gómez Pereira debutó con la irregular comedia Salsa
rosa (1991), género en el que quedó encasillado con títulos ¿Por qué lo llaman amor
cuando quieren decir sexo? (1993), Todos los hombres sois iguales
(1994), Boca a boca (1995) y El amor perjudica seriamente la salud
(1996), hasta que decidió romper la tendencia genérica con este thriller de
tono erótico que se exhibió en la Sección Oficial de Largometrajes del Festival
de Berlín y que tuvo muy dispar recepción crítica.
El film nos narra la historia de Javier (Javier Bardem) un guionista que
acude a una terapia de adictos al sexo y que un día conoce a Miranda (Victoria Abril) que trabaja en
la radio como locutora. Ambos están casados, pero sus vidas sexuales son
enfermizas. Entre ellos surge una descontrolada atracción que cambiará sus
vidas por completo, e incluso descubrirán que se conocen desde hace tiempo.
La trama del film se empieza a complicar
cuando Javier acompaña a Miranda a la emisora de radio donde trabaja. Es entonces
cuando el técnico de sonido oye la voz de Javier y la reconoce de inmediato... y
Javier descubre horrorizado que las conversaciones eróticas que mantiene por teléfono
han sido grabadas y circulan clandestinamente por Madrid. Esa misma noche se
entera también de que su mujer lo traiciona con su socio. Pero el punto
culminante tendrá lugar al día siguiente, cuando aparezca en el maletero del
coche, donde él y Miranda habían hecho el amor, algo que complicará la vida de
ambos.
Gómez Pereira había obtenido un gran éxito
comercial con algunas de sus comedias, pero Entre las piernas no
logró la acogida esperada a pesar de contar con un gran reparto y estar
enmarcada en esa fusión de thriller y erotismo que siempre da tanto juego de
cara a la taquilla. Alta tensión sexual,
un guión lleno de giros y trampas y una atmósfera morbosa que incendian esa
pareja de animales sexuales que representan Abril y Bardem, parecen elementos suficientes para mantener la
atención del respetable, el problema es que apenas existe cohesión entre los
segmentos, que se imponen como pasajes aislados de un laberinto.
Basada en la novela de Joaquín Oristrell
(que también colabora en el libreto), el argumento parte de la premisa sobre la
adicción al sexo que, como todas las adicciones, puede ser una fuente de problemas, situaciones absurdas y violentas. El mayor inconveniente de Entre las piernas es que mete en la
coctelera demasiados ingredientes (mafias, violaciones, adicciones, infidelidades, drogas,
asesinatos, pornografía) como para que su sabor se imponga como algo inconfundible y delicioso, de
ahí una narración deslavazada que abre excesivas batallas sin profundizar en
ninguna de ellas, dejando desorientado al espectador con un final realmente
sorprendente. Con personajes apenas esbozados, daremos por bueno el trabajo
de su trío protagonista con Carmelo Gómez como el marido policía de Victoria
Abril.
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