Nostálgica comedia neo-noir
DOS BUENOS TIPOS êêê
Director: Shane Black.
Intérpretes: Ryan Gosling, Russell Crowe, Angourie Rice, Kim
Basinger, Matt Boomer, Margaret Qualley.
Género: Comedia /
EEUU / 2016 Duración: 116 minutos.
El
reputado guionista de la saga Arma Letal, Shane Black, debutó en el año 2005 con aquella deliciosa mezcla de
comedia, thriller y acción titulada Kiss Kiss Bang Bang, que contaba con
el protagonismo de Robert Downey Jr., Val Kilmer y Michelle Monagan. El destino
quiso que se cruzara de nuevo con Downey Jr. en la aceptable Iron
Man
3 (2013), en lo que representó su segundo largometraje detrás de la
cámara. Actualmente enredado en la secuela de Depredador (1987) que
tiene previsto su estreno para el año 2018, nos presenta esta comedia de tono
neo-noir que ha tenido una gran recepción crítica en los Estados Unidos.
La acción nos sitúa en la ciudad de Los
Ángeles en la segunda mitad de los años 70, con una trama que gira en torno al
detective privado Holland March (Ryan Gosling) y al matón a
sueldo Jackson Healy (Russell Crowe), los cuales se ven obligados a colaborar para
resolver el caso de una joven desaparecida, Amelia Kuttner (Margaret
Qualley) una activista ecologista con veleidades con el porno y que tiene mala
relación con su madre, Judith Kuttner (Kim Basinger), jefa del
departamento de justicia de la ciudad. La investigación se complicará con la
muerte de una estrella del porno y una conspiración criminal que conduce hasta
las altas esferas.
He de reconocer que
debido al sugerente tráiler y las expectativas creadas a raíz del éxito crítico
en Cannes y los Estados Unidos, me esperaba más de Dos buenos tipos, pero
encuentro justo señalar que la función, como homenaje camp y nostálgico a una
época irrepetible, compensa con creces el precio que el espectador paga por la
entrada. Película en formato buddy movie (película de colegas) elaborada con
esa fusión entre la comedia, la acción y
cine negro que tanto le gusta a su director, y una fastuosa ambientación
setentera tanto en los escenarios de la acción, los colores chirriantes de la
tonalidad cromática (atención al opening con una panorámica de la ciudad y los
créditos en neón) y la música funky que envuelve la atmósfera de la película, elementos
que sirven para armar un argumento que, con sus giros y retruécanos surrealistas,
adivinamos pronto sólo esconde un McGuffin, con la intención de desplegar una
serie de gags más o menos afortunados. La temprana muerte de la actriz porno en
un inicio impactante (de lo mejor del film), la desaparición de la activista y
tal vez actriz porno y su vínculo con altas instancias del poder judicial,
importan mucho menos que el encadenado de chistes que demuestran las dotes para
el slapstick de Gosling y Crowe.
Estoy seguro que Shane Black y todo el
equipo se lo han pasado muy bien rodando esta desprejuiciada y psicodélica
farsa policial, tan enrevesada en sus constantes narrativas como eficaz en su
iconografía pop, y que se ve afectada por múltiples referencias que van desde
los míticos, Abbot and Costello, pasando por Bud Spencer/Terence Hill y Starsky
& Hutch, hasta clásicos como Chinatown,
el film de culto Boogie Nigths o la más
reciente Inherent Vice, un cóctel con esencias proteínicas
para dar encaje a dos tipos que se imponen como las caricaturas lisérgicas de
Philip Marlowe, Sam Spade o Mike Hammer.
La chispeante y
hedonista Los Ángeles, ciudad del pecado y los excesos, con el submundo
hollywoodiense, la emergente industria del porno, y la larga agonía del
movimiento hippy y la contracultura, sirve de paisaje urbano para el retrato de
una Norteamérica decadente y rebosante de traumas por donde asoma el espectro
de Nixon, como símbolo de la pérdida de la inocencia y los jueguecitos pueriles
de una nación en una época convulsa. Con menos gags ingeniosos de los que
cabría esperar, con una pareja que funciona sorprendentemente bien y destilan
buena química cada vez que aparecen juntos en la pantalla, Dos buenos tipos se ve
beneficiada por la presencia de Angourie
Rice dando vida a la hija de Ryan Gosling, que acompaña al dúo de sabuesos
para ponerlos en evidencia y demostrarles que es más inteligente y madura que
los dos juntos. Sería conveniente que el
espectador no se preocupara en exceso de una trama alambicada que nos sumerge
sin profundizar en la corrupción, el cine X y la pulsión socio-política de
aquella década, pues lo recomendable es centrarse en unos personajes
autoparódicos que se ríen de sí mismos en un nostálgico ejercicio de estilo
rodado con buen ritmo, un puñado de gags gamberros y el alocado itinerario de
dos buenos tipos que pueden arreglar a mamporros cualquier problema desde la
barra de un bar.
Les dejo con un estimulante vídeo en slow motion de Murielle Telio, que es la chica que aparece desnuda en la impactante secuencia inicial del accidente. Espero que lo disfruten y sepan agradecermelo.
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