Justicieros bajo control
CAPITÁN AMÉRICA:
CIVIL WAR êêêê
Director: Anthony Russo y Joe Russo.
Intérpretes: Chris Evans, Robert Downey Jr., Scarlett
Johansson, Sebastian Stan, Anthony Mackie, Elizabeth Olsen, Paul Bettany,
Daniel Brühl, Tom Holland.
Género:
Fantástico / Estados Unidos / 2016 Duración: 147 minutos.
El año 2016 está
marcado en rojo en el calendario por los fans del universo de las viñetas.
Además de Deadpool, Batman v. Superman, Capitán
América, tiene previsto su estreno X-Man Apocalipse, Suicide
Squad y Doctor Strange. Un menú insuperable que tiene ahora uno de sus
platos fuertes con esta película dirigida por Anthony y Joe
Russo,
la pareja que firmo Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) una muy
aceptable película de acción rodada bajo la influencia del cine clásico de
espías y de la saga Misión Imposible. Los hermanos Russo serán también los
encargados de dirigir Los Vengadores 3: Infinity War. Parte 1
(2018) y Los Vengadores 3: Infinity War. Parte 2 (2019).
Debido a los
daños colaterales derivados del trabajo que realizan los Vengadores, la presión
política busca depurar responsabilidades, por lo que se instauran los Acuerdos
de Sokovia. El gobierno de los Estados Unidos decide que los superhéroes deben
ser revisados y controlados, por lo que se exige que los Vengadores refrenden
sus acciones ante las Naciones Unidas, en donde un consejo de administración
determinará cuándo van a necesitar sus servicios. Todo esto genera un conflicto
interno entre los superhéroes, y los Vengadores se dividen en dos bandos: uno
liderado por el Capitán América (Chris Evans) y otro por Iron
Man (Robert Downey Jr.). Por un lado, Steve Rogers defiende que los
superhéroes sigan siendo libres para defender a la humanidad sin intromisiones
del gobierno; y por otro, Tony Stark defiende la posición del gobierno,
arrepentido de haber creado Ultrón. Es así como se desata un crudo
enfrentamiento entre los dos. Unas tensiones que se intensificarán cuando al viejo
amigo de Capitán América, Bucky Barnes
(Sebastian Stan), el Soldado de Invierno, se le acuse de haber sido el
responsable de un atentado letal contra la sede de Naciones Unidas, pero Barnes
jura que es inocente a pesar de las pruebas que le acusan. El Capitán América
se pondrá de su lado, mientras Iron Man, Viuda
Negra (Scarlett Johansson) y otros vengadores le creen culpable del ataque
terrorista.
La ocasión se
presenta óptima para recomendar la película incluso a los espectadores que no
son muy aficionados a estas sagas de superhéroes. Y es que Capitán América: Civil War
tiene más enjundia de lo que cabía esperar de un film de estas características,
y modulando un compacto equilibrio entre diversión y denuncia extraemos un
sustancioso mensaje que tiene su raíz en los daños colaterales que provocan las
acciones de los justicieros en su desempeño por perseguir a los villanos y
salvaguardar la seguridad del universo. Daños no intencionados o accidentales
que, generalmente, dejan un horizonte de destrucción y muerte de seres
inocentes. Para evitar tal devastación se impone la pregunta ¿quién vigila al
vigilante? Unos vigilantes con poderes ilimitados como el mismo Capitán América,
Iron Man, Vida Negra, Halcón, Visión, Bruja Escarlata, Spider-Man… que deben
ser controlados para que se cumplan escrupulosamente los tratados sobre
derechos humanos que rigen a las naciones libres, protegiendo a las personas
inocentes e impidiéndoles actuar si no es bajo la supervisión de la autoridad,
pues las leyes internacionales obligan a ser rigurosos con la separación de
poderes.
Los hermanos Russo nos presentan
una de las películas más maduras de superhéroes sin despreciar el espectáculo
de acción que nos sirven en dosis adecuadas, para al mismo tiempo reflexionar
sobre cuestiones como la amistad, la familia, la política internacional y las
convicciones personales diseñando un enfrentamiento entre la vieja escuela
representada por Capitán América y el espíritu de los nuevos tiempos en el
orden mundial representado por Iron Man.
Lo bueno es
que el experimente resulta, hasta tal punto que el espectador se olvida del
carácter atrabiliario de los personajes para centrarse en las inteligentes
líneas de diálogos surgidas de un libreto bien estructurado, que sirven para
impulsar las escenas de acción rodadas de forma exquisita y sobria, en un
ejercicio de formalismo que confiere estatus y altura a un villano
instrospectivo (excelente Daniel Brühl) y de amarga melancolía. La historia,
que sería simplista sintetizar en una lucha entre dos bandos; los que apoyan al
gobierno con Iron Man como líder, y los que prefieren actuar con libertad y se
alinean con la tesis de Capitán América, no concede demasiados momentos para el
relax, porque –y esto es lo más sorprendente- hasta las secuencias de diálogos,
que nunca se dilatan en exceso, resultan jugosas al abordar temas de sumo
interés centrados en una nueva forma de hacer política desde las alianzas y el
sentido humanista.
Capitán América: Civil War acierta donde otras entregas naufragaron:
el clímax, que fusiona de forma coherente el aspecto emocional con la
contundencia de la acción. Iron Man reacciona ante su mala conciencia y la
culpa, Capitán América cree que tras la supervisión a la que se ven forzados se
esconden intereses oscuros, y los dos al parecer tienen poderosas razones para
defender sus posturas, de ahí que la consistencia dramática actúe como un
elemento determinante.
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