Battle
Royale (Fukasaku Ninji, 2000) es
un excelente film de acción que se desarrolla en un Japón apocalíptico con
graves problemas estructurales, altísimas tasas de paro y una violencia brutal
en las calles y en los colegios. El gobierno toma cartas en el asunto intentando
paliar esos problemas. Una de sus soluciones consiste en elegir por sorteo a
una clase de un colegio cualquiera, trasladarla a una isla deshabitada e
inducirla a un macabro juego de exterminio. Durante tres días van a enfrentarse
entre ellos, y sólo uno puede sobrevivir
Japón saludaba el nuevo siglo ccon una
película que iba a convertirse en uno de los títulos más apreciados por los
amantes del cine de culto, una cinta que llegaba de la mano de todo un
veterano, Fukusaku Ninji, que a sus 72 años tenía detrás toda una filmografía
de más de 60 títulos desde que debutara a principios de los años 60,
convirtiéndose en referente de reputados directores como Martin Scorsese,
Quentin Tarantino y John Woo. De su extensa obra pocos títulos pudimos
disfrutar en España hasta entonces: Tora! Tora! Tora!, Los
invasores del espacio, Exterminio.
El film, como viene siendo tradicional en
esta sociedad gazmoña, levantó una enorme polémica en el momento de su estreno,
debido al controvertido punto de partida y, sobre todo, a la cruda violencia
desplegada, un auténtico festín para goremaníacos. Dejando a un lado la
ñoñería, los sermones sotánicos/satánicos de la crítica más pureta y ortidoxa,
el film, revestido de fábula sangrienta, lo que en realidad esconde es una despiadada denuncia que actúa como reflejo de
una realidad: la de un Japón que ve cómo sus índices de violencia se disparan
sin que los políticos hagan nada por detener ese avance. De hecho, uno de los
miembros del Partido Democrático del
Japón, en la oposición política, montó una campaña para prohibir la película, y
el parlamento del País del Sol Naciente llegó a debatir el tema.
El gran “Beat” Takeshi, que aquí ejerce de profesor ideólogo encargado de dar
instrucciones y controlar la batalla juvenil, está genial, como siempre, con
ese estilo frío, cínico, imperturbable y tocado con un grado de sentimentalismo
que le ha hecho tan popular, demostrando que no sólo es un buen actor cuando se
dirige a sí mismo, también alcanzando registros excelentes a disposición de
otros colegas. Definida por algunos críticos extranjeros como un cruce entre La
Naranja Mecánica y El Señor de las Moscas, Battle
Royale
es una verdadera joya del humor corrosivo basada en el potente debut literario
de Koshun Takami, que además sirve como espejo deformante y catarsis vomitiva
para el rechazo de la violencia, acciones salvajes que el público adolescente,
el más influido por su estética y su endemoniada coreografía del horror, acaba
repudiando cuando en situaciones límites tiene que luchar hasta las últimas
consecuencias. Un toque de atención para los políticos que, desde los
tentáculos del poder, intentan censurar en los medios de comunicación y la
cultura todo aquello que no les interesa: el vacío de poder y sus desmedidas
ambiciones personales. Brillante y sádica, como una fiera descarga eléctrica en
los testículos.
Sin duda, un título de culto inmediato. ¡Qué narices, montar una película con semejante argumento! Encima está bien llevada y tiene las dosis precisas de ironía y distanciamiento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo curioso es que el culto a este título ha diseminado millones de adeptos en todo el mundo creando una verdadera devoción, algo impensable cuando allá por el año 2001, fecha en que creo que vi yo la película, asistimos cuatro gatos a las salas donde la exhibían.
ResponderEliminarPero como tú dices, se lo merece, por su temática salvaje y transgresora y porque está muy bien filmada e interpretada. Ninji tenía 72 años cuando rodó esta cinta, y si no sabes este dato, crees que está filmada por un jovenzuelo con ganas de impactar.
Un abrazo.