L. A. CONFIDENTIAL
Policíaco - USA, 1997 - 133
Minutos.
DIRECTOR: CURTIS HANSON.
INTÉRPRETES: KEVIN SPACEY, RUSSELL CROWE, GUY PEARCE, JAMES
CROMWELL, DANNY DE VITTO.
Curtis Hanson, autor hasta ahora de
títulos tan puramente comerciales como olvidables: Falso testigo (1986),
Malas influencias (1990), La mano que mece la cuna (1992) y Río
salvaje (1995), films todos ellos que denotan un claro valimiento -pero
nefasta asimilación- del influjo hitchcockniano que, como la sombra del ciprés,
es alargado. No obstante, ha encontrado la fórmula, sabiéndose rodear de un
equipo de primer nivel, para realizar con buen pulso este impresionente fresco
convertido en clásico desde el primer día de su estreno, momento en que fue
aclamado, con carácter casi general, como el mejor film de ese año, y lo
consiguió adaptando una magnífica novela de James Ellroy, el mejor especialista
actual del género -el hombre que soñó con ser algún día el mejor escritor de
América, y por el que siento una gran devoción- publicada en 1990. La novela
homónima pertenece a la tetralogía denominada “el cuarteto de Los Ángeles” y
está compuesta por los siguientes títulos: La dalia negra, El
gran desierto y Jazz blanco. Ellroy tiene vendidos los derechos de
la mayor parte de su obra, pero hasta ése momento sólo uno de sus relatos había
tomado forma en la pantalla, fue de la mano del director y productor James B.
Harris, con su película Cop. Con la ley o sin ella (1987),
adaptación de la primera novela de la trilogía del sargento Lloyd Hopkins, Sangre
en la luna, y cuyo resultado fue una buena película que pasó por las
pantallas sin pena ni gloria y en la que destaca una magnífica interpretación
del siempre eficaz James Woods. Con 8 Millas (2002) Curtis Hanson se
pone al servicio del rapero blanco Eminem para realizar un nada soterrado biopic
sobre tan famoso cantante.
El argumento de la película, si no tan
denso como la novela -ya que el guionista Helgeland y Hanson han tenido que
simplificar mucho- se hace difícil de resumir en una apretada sinopsis de unas
pocas líneas, pues el universo Ellroy lo
configura todo un complejo entramado de historias entrecruzadas por las que
desfilan un centenar de personajes en los múltiples escenarios de una ciudad en
plena ebullición y constante expansión. La acción nos sitúa en Los Ángeles a
principios de los años 50, una ciudad convulsa, sacudida por la violencia, el
crimen organizado y redes de corrupción y pornografía. Una década tumultuosa,
en la que el trajín glamouroso y la luminosa fachada de esa fábrica de
sueños llamada Hollywood, no pueden ocultar la realidad urbana, el aislamiento
de barrios convertidos en guetos y zonas míseras suburbiales, fiel retrato de
la división, la desigualdad y la descomposición del tejido social
norteamericano, una cuestión menor para su megalómana clase política. En ese
febril contexto y sobre ese pantanoso terreno se mueven algunos policías
siempre al límite de la legalidad, y muchas veces traspasándolo: Ed Exley (Guy
Pearce) un oficial con ambiciones que acaba de ingresar en el cuerpo; Bud White
(Russell Crowe) también oficial, un tipo colérico, brutal e impulsivo que no
soporta que las mujeres sean maltratadas por sus maridos; el sargento Jack
Vincennes (Kevin Spacey) amante de los focos y la popularidad, para lo cual se
aprovecha de un periodista sin moral, Sid Hudgeons (Danny De Vitto). Los tres
investigan el asesinato colectivo de varios clientes en un restaurante,
investigación que les lleva hasta Linn Bracken (Kim Basinger) una prostituta
que parece tener algunas claves y que forma parte de una curiosa agencia en la
que todas las mujeres guardan gran parecido con diferentes y famosas estrellas
de cine. Otro suceso, el apaleamiento de seis inmigrantes mexicanos en un
pasillo de los calabozos de la comisaría ejecutado por un grupo de policías,
forma parte también de la trama del film.
El eje principal del libreto de Brian
Helgeland y Curtis Hanson está centrado en la competencia existente entre los
oficiales de policía Hexley y White, pero la intención del realizador por
bucear en lo esencial de la historia original se hace hasta tal punto visible
que ha sabido jugar con un elemento, el de la confusión, inherente en todo el
universo literario de Ellroy, una confusión que alguien podría tomar por
desorden o galimatías, nada más lejos de la realidad, pues se trata de definir
el carácter ambiguo, el desasosiego espiritual, la doble moral y las
contradicciones de unos personajes atormentados, abocados a la fatalidad, sin
posibilidad de enmendar sus actos, mucho menos de corregir sus destinos.
Cualquiera puede ser sospechoso, se aparenta lo que no se es; Linn Bracken como
doble de Veronica Lake, e incluso los brutales policías que abusan de su poder,
se exceden en sus funciones y se saltan todas las leyes y códigos, se
convierten en vulgares delincuentes corrompidos ( el apaleamiento de inmigrantes
está basado en un suceso real). Ayudado por un competente equipo de
colaboradores, Curtis Hanson recrea con inusitado virtuosismo la atmósfera
crapulosa de la época para descubrir realidades cotidianas paralelas; el glamour
y la violencia, el esplendor y la muerte. Con diálogos hirientes, sin
concesiones, la investigación de unos oscuros asesinatos se convierte en un
viaje infernal que desencadena en mosaico todo un sinfín de sospechas y
ramificaciones que despiertan, al compás, una ristra de sentimientos
encontrados, en el devenir de unos años en los que las apariencias y el cinismo
social presidían en extremo las relaciones públicas en la gran urbe de grandes
avenidas. Una vez más, una mirada despiadada, vertiginosa, arrebatadora, nos
conduce a la contemplación de un mundo y un tiempo irrepetibles. El tratamiento
dramático, elegíaco de la violencia, la acertada elección del elenco en el que
nadie brilla por encima de nadie, la estupenda fotografía en technicolor de
Dante Spinotti y la envolvente música de Jerry Goldsmith, grandes profesionales
que ayudan a elevar el listón para situar a L. A. Confidential entre las
tres mejores películas de la década.
Muchos de los que nos quedamos cautivados
por la fascinante película del director de Río salvaje celebramos
además su éxito, tanto de crítica como de público, por varias razones
fundamentales: la primera de ellas es que gracias a la excelente adaptación de
la novela, consecuencia de un guión perfectamente elaborado, tal vez sea
posible que una obra de James Ellroy funcione bien en el mercado español y
conecte con el gran público, para quien sigue siendo un gran desconocido; otra
razón es, que todos los que habíamos perdido la esperanza de encontrar un film
sobresaliente entre el maremágnum de estrenos, una obra que pudiera
considerarse perdurable y resistente a repetidos visionados, con L. A.
Confidential nos sentimos reforzados en la fe al comprobar que aún existen
cineastas y productores que son capaces de anteponer la calidad y el talento a
las razones meramente económicas o comerciales -también importantes, pero no
siempre asociadas a la calidad artística- . Por otra parte, significar que del
mismo modo es motivo de satisfacción que un director, sin duda inteligente,
como Hanson, haya encontrado el camino para huir de la mediocridad, uniéndose
así al restringido club de cineastas de los que, con inusual expectación,
esperamos impacientes su próxima película. Talento que se vio confirmado con Jóvenes
prodigiosos (1999), adaptación de una estupenda novela de Michael Chabon. Los
Ángeles confidencial fue nominada a nueve Oscars, consiguiendo el de Mejor
Actriz Secundaria para Kim Basinger y el de Mejor Guión adaptado.
Una gran película, sin duda. Pero a mí ya me había gustado mucho "Malas influencias". En cambio, en los últimos años parece que Curtis Hanson anda un poco despìstado. Y, lo que son las cosas, Brian DePalma se estrelló con su adaptación de "La dalia negra".
ResponderEliminarUn abrazo.
"Malas influencias" fue un film resultón pero muy alejado de la excelencia de de esta película, considerada unánimemente una de las mejores cintas de los años 90 y protegida por el American Film Institute como una de sus obras de arte. Pero es que es, además, la única adaptación a la pantalla grande de una obra de James Ellroy que me ha convencido plenamente, un escritor por el que, como saben todos mis íntimos, siento adoración hasta el punto de tener mi saturada biblioteca repleta de retratos suyos acompañando toda su obra literaria.
ResponderEliminarEn fin, un abrazo Ricard, espero que los Reyes, se hayan portado muy bien contigo, me da que sí porque pareces un buen tipo.
Bueno, jeje, me han traído un jersey, pues ya me convenía renovar mi vestuario de invierno y aquí empieza a refrescar.
Eliminar¿Comienza a refrescar? Aquí llevamos semanas con heladas terribles y temperaturas bajo cero. Esta es una tierra extrema para el frío y el calor, de ahí su nombre, aunque tiene algunas ventajas, como bien cantan mis adorados Extremoduro: "Extrema y dura tus mujeres me la ponen..."
ResponderEliminarQue luzcas bien tu jersey y acompáñalo de una buena bufanda.
Un abrazo.