Tremendismo patrio sobre esa
España que crea monstruos
MUSARAÑAS êêê
DIRECTOR: JUANFER ANDRÉS Y ESTEBAN ROEL.
INTÉRPRETES: MACARENA GÓMEZ, NADIA DE SANTIAGO, HUGO SILVA, LUIS
TOSAR, CAROLINA BANG.
GÉNERO: TERROR /ESPAÑA / 2014. DURACIÓN: 91 MINUTOS
Del tándem Juanfer Andrés y Esteban
Roel logre ver su corto protagonizado por Carolina Bang y Tomás del Estal
titulado 036, una sátira tremendamente cáustica sobre la burocracia
administrativa que nos narra cómo una joven intenta darse de alta en autónomos.
Cortometraje que fue finalista de la 9ª edición de Notodofilmfest y que a fecha
de hoy lleva más de dos millones de visionados. Profesores del Instituto de
Cine de Madrid, se enfrentan a su ópera prima bajo el padrinazgo de Álex de la Iglesia (cuya musa y compañera, Carolina Bang, tiene aquí de nuevo un papelito) y un guión escrito
por el mismo Juanfer Andrés y Sofía Cuenca cuya acción transcurre casi
completamente entre las paredes de un viejo piso en el centro del Madrid de la posguerra.
Musarañas, que comienza como un drama,
evoluciona hacia el thriller y culmina en los páramos del terror más gore, no
descubre la pólvora pero atrapa con exquisita sordidez el clima asfixiante y
enrarecido de la posguerra para construir una crónica negrísima que si bien en
determinados momentos parece descontrolar su mirada de vértigo, todo cobra un
cruel sentido a medida que nos adentramos en la herida existencial y emocional
de Montse, personaje buñueliano en la tradición grotesca de Valle Inclán y la
distorsión sistemática de la realidad que conecta el humor con el horror con
una naturalidad desconcertante. Como ocurría en El quimérico inquilino de Polanski (una cinta a la que Álex de la
Iglesia ya rindió homenaje en La
Comunidad), el film recrea una atmósfera tensa, insana, de locura y
extravío sin prácticamente abandonar el piso de las protagonistas, de donde
emerge constantemente una Macarena Gómez en un fastuoso tour de forcé
psicótico; enclenque, entallada en un luto riguroso y con unos amenazantes ojos
saltones. Ella, como tétrica institutriz surgida de un cuento gótico, disemina
las esporas de la represión, del deseo sexual castrado, de la violencia latente
como eco de la reciente guerra cainita y de esa España de cadáveres en el
armario y secretos inconfesables.
La función resulta entretenida, rebosante de matices y
recursos, como las frecuentes apariciones del espectro del padre (un hosco,
avieso y siempre magnífico Luis Tosar) que otorgan más tensión a ese claustro
opresivo, viciado y enfermizo en donde su figura tiene mucho que decir de todo
el trastorno y la locura desatada. Como bien está Hugo Silva a modo de James
Stewart en La ventana indiscreta, pobre pijo insensato que no sabe qué le
espera cuando se adentre en la guarida de las musarañas en donde el destino
fatal le ha dejado a las puertas. Pero en este explosivo cóctel de géneros
tiene una incidencia brutal la limitación de espacios y la perfecta armonía de
los planos, una cámara impenitente ante las puertas que se abren y cierran,
captando con plenitud los claroscuros, el latido de esa calle siempre vista
desde la ventana, a la vez tan cerca y tan lejana. Lóbrega fábula sobre los
demonios domésticos, Musarañas nos indica que el cine
español tiene que insistir más en el cine de terror, un género abonado para
desatar las más perversas fantasías, sobre todo si se es consciente de que esta
vida es sólo un baile de máscaras. De máscaras macabras, como ese frenético
festival de horror al que nos vemos arrastrados en el último tramo, un carnaval
sangriento rebosante de tremendismo patrio, de vírgenes rotas y crucifijos
convertidos en armas letales, de esa España que crea monstruos porque nunca le
dio ningún valor a la inocencia.
Me pareció divertida su vertiente más granguiñolesca pero, si te he de ser sincero, no me la acabé de creer. Me pareció un refrito de "El seductor" y "¿Qué fue de Baby Jane?" en versión castiza. No sabía que los directores fueran responsables del corto "036"; el dato es muy revelador, pues también era una broma que consistía en mezclar a Sergio Leone con el retrato de la burocracia más celtibérica. Lo mejor de todo, Carolina Bang; está guapa incluso desmenuzada.
ResponderEliminarUn abrazo.
De hecho, a mí lo que más me gusta es su tono de crónica negra, de esos crímenes tremebundos de aquella España gris y oscura del Jarabo y tantos otros que hacían correr ríos de tinta en las páginas de sucesos y periódicos como El Caso. La España de la represión sexual y los demonios domésticos, que no se aleja mucho de la que retratara con magistral prosa García Lorca. La orgía de sangre final parece típica de Álex de la Iglesia, nada extraño si tenemos en cuenta que estos directores son grandes fans del director bilbaíno.
ResponderEliminarUn abrazo, espero tu crónica.
Por cierto, Carolina Bang es una mujer tremenda, hace tiempo que le dediqué un post en este blog. Con Álex de la Iglesia hace una pareja extraña, algo así como Hitchcock y Vera Miles si se hubiera dado el caso.
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