Visión dolorosa sobre los desolados parajes del alma
IDA êêêêê
DIRECTOR: PAWEL
PAWLIKOWSKI
INTÉRPRETES: AGATA
TRZBUCHOWSKA, AGATA KULESZA, JOANNA KULIG, DAVID OGRODNIK.
GÉNERO: DRAMA / POLONIA /2013 / DURACIÓN: 80
MINUTOS.
Comencemos por
la sinopsis de esta espléndida película: Polonia, 1962. Anna (Agata Trzbuchowska) es una guapa jovencita de 18 años que se
prepara para convertirse en monja en el convento donde ha vivido desde que
quedó huérfana siendo una niña, pero pronto descubre que tiene una pariente
viva a quien tiene que visitar antes de
tomar los votos, la hermana de su madre, Wanda
(Agata Kulesza). Ambas se embarcan en un viaje de descubrimiento sobre ellas
mismas y de su pasado en común. Anna descubre
que su tía no sólo es una antigua abogada del Estado comunista conocida por
sentenciar a muerte a sacerdotes y otras personas, sino que además es judía y
que su verdadero nombre es Ida. Esta revelación hace que Anna inicie un viaje
para descubrir sus raíces y enfrentarse así a la realidad sobre su familia. Ida
debe elegir entre su identidad natal y
la religión que la salvó de las masacres de la ocupación nazi de Polonia. Y Wanda
debe enfrentarse al peso de su conciencia por las decisiones que tomó durante
la guerra, cuando eligió la fidelidad a la causa antes que la familia.
Dirigida por
Pawel Pawlikowski en formato 4:3, en portentoso blanco y negro y con clara
influencia del esteticismo expresionista de Dreyer, IDA es uno de esos
milagros que el cine nos regala de vez en cuando, proveniente, además, de una
cinematografía no muy dada a regalarnos joyas en las últimas décadas. Con
sentimiento, inteligencia y una pericia desbordante, Pawlikowski nos sumerge en
una época, la Polonia de la década de los 60, sin inútiles subrayados musicales
y narrativos, para concentrar en sólo 80 minutos de puro cine un relato
lacerante y trágico sobre la responsabilidad de nuestras decisiones, la culpa,
el remordimiento y la erosión de la conciencia de la que es imposible huir y sólo la muerte te ofrece un remanso para la expiación. Ida se enterará por las
revelaciones de su tía que es judía e irá atando cabos hasta llegar a conocer atroz
verdad sobre la desaparición de sus padres y de su hermano, un horror
indescriptible, pues aunque el holocausto fue ideado y ejecutado por los nazis,
estos encontraron grandes cómplices en las naciones ocupadas,
arrastrados por la codicia y el miedo.
El espectador
se sentirá cautivado por esta exquisita pieza de cámara rebosante de imágenes
memorables sin que ni un solo plano resulte gratuito: la bruma en el bosque, el
convento con un manto de nieve, las decadentes calles de la ciudad, el
prodigioso juego de sombras y espacios que enmarcan el hiriente itinerario de dos personajes magnéticos que irán dejando
sus huellas en la blanca nieve en un ejercicio de regresión a la noche más
oscura de los tiempos. Y si la bellísima Agata Trzebuchowska nos roba el
corazón dando oxígeno a esa novicia que
desde que tiene conciencia ha vivido en el convento ajena a lo que sucedía en
el exterior, la interpretación de Agata Kulesza se me antoja superlativa en el
rol de una antigua fiscal del Estado que condenó a muerte a muchas personas
desafectas al régimen y que intenta ahogar los demonios en alcohol y
practicando sexo de forma compulsiva. IDA no sólo es una obra maestra que nos hace
recuperar las sensaciones de un cine perdido proyectando un volcán de emociones
y un amplio abanico de matices, también una visión sutil y dolorosa sobre los
desolados parajes del alma, la imposibilidad del olvido y el error de transitar
por el presente sin tener en cuenta el pasado.
Buenas tardes, Pedro. No conocía esta película y, según cuentas, merece mucho la pena. Por las muestras que dejas en tu artículo, visualmente es exquisita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, amigo José, junto con "La vida de Adéle", es la mejor película que he visto en el último año, y estoy seguro de que la veré muchas veces más, un fastuoso ejercicio de estilo que te hace amar el cine en su dimensión más primigenia y pura.
ResponderEliminarUn abrazo