AGENDA OCULTA
(HIDDEN
AGENDA)
Thriller
político - Gran Bretaña, 1990 - 104 Minutos.
DIRECTOR: KEN
LOACH.
INTÉRPRETES:
FRANCES McDORMAND, BRIAN COX, BRAD DOURIF, MAI ZETTERLING.
Ken
Loach nace
en Londres en 1936. Debido al éxito de sus montajes escénicos es
contratado por la televisión donde se convierte en un prestigioso
documentalista. En 1968, en plena revolución contracultural, rueda
su primer largo, Poor
cow, un
drama sobre los problemas de una mamá adolescente. Sus siguientes
films: Kess
(1970), Vida
familiar
(1972), Black
jack look
and smiles
(1981), Fatherland
(1986), son prácticamente desconocidos para el público de nuestro
país y la mayoría de ellos no han sido distribuidos comercialmente.
El éxito comercial le llega con Agenda
Oculta,
por lo que a partir de en entonces se dedica de lleno al cine. Su
trilogía proletaria Riff-
raff
(1991), Lloviendo
piedras
(1993) y Ladybird,
ladybird
(1994), son retratos muy realistas sobre los problemas de la clase
obrera y representan así mismo una clara denuncia contra la agresiva
política económica thatcheriana. Tierra
y libertad
(1995) es un film rodado en España que narra los conflictos entre
las fuerzas de izquierda durante la guerra civil española. La
canción
de Carla
(1996) historia de un conductor de autobús inglés y una bailarina
nicaragüense. Mi
nombre es
Joe (1998)
y Sweet
sixteen
(2002) son las últimas películas que han logrado interesarme de este irregular autor
Sinopsis:
Belfast, Irlanda del Norte, principios de los ochenta. Ingrid Jessner
(Frances McDormand) es una norteamericana miembro de la Liga
Internacional de los Derechos Civiles. Pul Sullivan (Brad Dourif) su
novio, es abogado. Juntos han llegado al país para confeccionar un
reportaje sobre las torturas y métodos de coacción infligidos por
las fuerzas de seguridad británicas. Un día, Sullivan concierta una
cita con un individuo que le va a proporcionar datos y pruebas de las
torturas que reciben los presos. Cuando se dirige al lugar de
encuentro son asesinados él y su conductor. Como el gobierno teme
una repercusión del caso, envía a un inspector para que investigue
el suceso.
Preocupado
siempre por la marginación social y la pérdida gradual de las
sensibilidades políticas y la solidaridad, Ken Loach desarrolla su
discurso acusatorio con el diseño de un thriller
ideológico -de izquierdas, claro está- para recriminar sin
paliativos determinadas prácticas policiales, que en la mayoría de
los casos con autorización gubernamental -o conocimiento- van en
contra de los más elementales derechos humanos. Hidden
Agenda es un film duro e indigesto, y
como todos los de este tipo, sumante amargo. La película, que sirvió
en su momento para prestigiar a un Loach en horas bajas, se sigue con
interés al entrelazar con corrección dos géneros que suelen ir muy
unidos: el thriller
netamente americano y el de denuncia política, más genuinamente
europeo. Margaret Thatcher, “hermana ogro” de muchos cineastas
británicos, declaro: “el conflicto
del IRA no puede tener una solución política, porque no hablamos de
políticos, tiene que tener una solución policial porque de lo que
hablamos es de delincuentes”. Con un
estilo documentalista, aunque no exento de cierto efectismo,
consecuencia de combinar la ficción con la realidad, el cineasta
descarga toda su “IRA” sobre la Primera Ministro, acusándola en
último término de ser la responsable principal de todos los abusos
y excesos policiales, una policía que naturalmente estaba comandada
en esa ciudad en llamas que era la Belfast de la época, por los
hombres más duros - sádicos, dicen - de su gabinete.
A pesar de la
explosiva carga ideológica y visceral, el film denota un cierto tono
realista que conlleva -insisto- una exagerada voluntad, y consigue
su objetivo, entre otras cosas, porque al buen guión de Jim Allen se
une un buen plantel de actores en el que sobresalen Frances
McDormand, notable actriz norteamericana a la que se identifica con
ideales progresistas y que siempre se ha movido muy bien en el cine
independiente; el estupendo actor británico Brian Cox, una presencia
cada vez mayor en producciones internacionales; y Brad Dourif,
secundario de lujo del que todavía recordamos su memorable actuación
en Alguien
voló
sobre el
nido del
cuco. Loach
sigue siendo hoy en día uno de los directores más personales de su
país, dueño de un universo propio que conecta muy bien con el
público español, que le admira más que sus mismos paisanos. Agenda
Oculta,
tal vez un poco sobrevalorada en su momento, es una buena película a
la que perdonamos los innecesarios subrayados y estereotipos, y que
es, por muchas razones: visceral, sana, necesaria y recomendable.
Ayer vi el documental "El espíritu del 45", interesante y bien resuelto aunque un tanto limitado por su carácter de mítin socialista. Un abrazo.
ResponderEliminarEl gran problema de Loach es que en demasiadas ocasiones antepone ciegamente su perfil militante a su talento como cineasta. En sus películas de ficción siempre quedó claro esto, en una película documental como "El espíritu del 45" sus loas al laborismo no pueden ser tachadas de otra forma que de sectarismo. Sobre todo si la obra es visionada por alguien que no es de izquierdas ni de derechas y que ve todas esa lucha ideológica con una distancia sideral como el arriba firmante.
ResponderEliminarUn abrazo