“LITTLE CHILDREN” (2006)
El director, guionista y director
norteamericano Todd Field debutó en
el año 2001 con En la habitación, una de las mejores películas de aquel año que
aunque injustamente minusvalorada en los Oscar obtuvo una gran recepción
crítica y de público. Un estremecedor drama con un reparto superlativo que
narra cómo unos padres tienen que enfrentarse a una tragedia derivada de la
relación que su hijo mantiene con una mujer separada.
Su segunda y hasta la fecha última
película, Juegos secretos (Little children) raya para este
cronista incluso a un nivel superior. El film narra la historia de varias
personas que se cruzan de forma casual e incluso peligrosa en los parques,
piscinas y calles de su barrio. Una madre aburrida, Sarah (Kate Winslet) se hace amiga de Brad (Patrick Wilson) un hombre que se ocupa de la casa y de su
hijo mientras su mujer, Kathy
(Jennifer Connelly) trabaja. Larry (Noah
Emmerich) un amigo de Brad, empieza a inquietarse por la presencia en las
calles de un tipo pedófilo recién salido de la cárcel, Ronnie (Jackie Earle Haley)
Confirmado su talento en los dos trabajos firmados
detrás de las cámaras (también era un actor competente), Field demuestra
también un afilado sentido sociológico y psicológico para analizar el sistema
de vida estadounidense desnudando sus miserias, complejos y frustraciones,
siempre latente bajo la falsa fachada del estado del bienestar. Con un absurdo
título en español (propio de un telefilm barato), Juegos secretos levanta acta
sobre los sórdidas mareas internas que convulsionan la vida de la tan manida
como idealizada clase media, tan pagada de sí misma, tan ignorante, mediocre y
perversa. Desequilibrios de las dinámicas sociales que Field se encarga de
remarcar para realizar un retrato alarmante sobre la vida cotidiana de un
barrio suburbial de Boston.
Sarah y Brad no acaban de conectar con el
resto de madres que tienen como punto de encuentro un parque, frustrados con
sus respectivas relaciones y el éxito profesional de sus parejas, la relación
sentimental –y carnal- entre ambos desafía las convenciones y se bifurca por
parajes peligrosos. La llegada al barrio de un pedófilo (inmenso y sobrecogedor
Jackie Earle Haley) que ha saldado sus cuentas con la ley, pone en alerta a un
ex policía amigo de Brad y perturba la impostada armonía del barrio.
A Todd Field lo que más le interesa es
mostrar la hipocresía de una sociedad (y su repugnante baile de máscaras) que
ha construido el andamiaje de su existencia sobre los cimientos del miedo y las
falsas apariencias; Kate Winslet sufre a su marido, que no la valora y la
desprecia, en silencio; y Patrick Wilson se siente impotente emocionalmente por
su dominante, fría y arrogante mujer, a la que da vida una espléndida Jennifer
Connelly. Como fondo de estas vidas vacías, la presencia de un delincuente
sexual atrapado por el amor de su madre y la incapacidad para superar sus
graves problemas psicóticos. Juegos secretos actúa como espejo
deformante de la mezquindad y la doble moral de unos seres castrados sentimentalmente
en una sociedad decadente, y deja un poso de amargura y pesimismo que se
adhiere de forma pegajosa a la conciencia del espectador. Una gran película.
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