La podofilia o fetichismo de los pies es una de las
parafilias más extendidas entre los hombres. Aclaremos de entrada que algunos
puristas prefieren emplear el término parcialismo,
ya que aseguran que el fetichismo sólo hace referencia a obsesiones por objetos
como el calzado y el cuero, es decir, objetos inanimados. Sin embargo, cuando
la fijación erótica se proyecta sobre partes del cuerpo humano, es más exacto
referirse a esta obsesión como parcialismo, pues la excitación se obtiene por
la reducción de todo el cuerpo a una de sus partes.
Un fetichista
del pie puede obtener placer y excitarse sexualmente al ver, tocar, acariciar,
chupar, lamer o besar los pies de otra persona. En otra variante también existen
fetichistas que disfrutan castigando los pies de otra persona, en lo
que no es sino otra práctica más del BDSM alejada del fetichismo convencional de
los pies.
Es conocido por el aficionado que Quentin Tarantino adora los pies de las
mujeres a los que rinde húmedos homenajes, una fijación que le lleva a buscar
el momento propicio para que las heroínas de sus películas enseñen los pies.
Una obsesión de la que incluso ha hecho gala protagonizando escenas tan
curiosas como inolvidables, como aquella de su rechupeteo de pies a la actriz
mexicana Salma Hayek en Abierto hasta el amanecer, film
que tiene como base un guión suyo pero que estaba dirigido por su colega
Tex-Mex Robert Rodríguez. Son muchas las actrices que han prestado sus
extremidades para el disfrute visual y erógeno de Tarantino: Juliette Lewis, Uma Thurman, Angela Jones, Jennifer Beals, Bridget
Fonda, Lucy Liu, Sidney Tamiia Poitier, Rosario Dawson, Zoe Bell, Melanie Laurent.
El caso es
que Tarantino siempre que ha podido (en Reservoir Dogs no pudo porque no
aparecía ninguna mujer) ha colado múltiples planos de pies femeninos en todas sus
películas: Pulp Fiction, Jackie Brown, Kill Bill, Death
Proof, Malditos bastardos. No sólo eso, en Pulp Fiction Samuel L.
Jackson y John Travolta mantienen un diálogo sobre un tipo al que su mafioso
jefe había asesinado tras practicarle un masaje en los pies a su chica, Uma Thurman.
Atención a
la siguiente historia: Beejoli Shah, con intención de subir otro peldaño en su
carrera, mantuvo una conversación con Tarantino en una de tantas fiestas que se
celebran en la meca hollywoodiense, una conversación que, por supuesto, acabó
en la casa del cineasta. Shah, graduada en políticas de 23 años, comentó
después que su noche terminó con Tarantino (50 años) lamiendo sus pies mientras
se masturbaba. Lo cierto es que la desconocida joven colgó fotos para
corroborar su historia (fotos de que estuvieron juntos, no de lo que hicieron).
Y es que la obsesión de este tipo, tan simpático como inquietante, no tiene
límites.
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