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sábado, 4 de febrero de 2023

CRÍTICA: "VENUS" (Jaume Blagueró, 2022)

 

Lovecraft maltratado

“VENUS” êê

DIRECTOR: Jaume Balagueró.

INTÉRPRETES: Ester Expósito, Inés Fernández, Ángela Cremonte, Federico Aguado, Magüi Mira, Fernando Valdivielso, Fran Boira.

GÉNERO: Terror / DURACIÓN: 100 minutos / PAÍS: España / AÑO: 2022

    El director catalán Jaume Balagueró (Lleida, 1968) tiene un par de películas notables, [ºREC] (2007) y Mientras duermes (2011), varias películas buenas, Los sin nombre (1999), Darkness (2002) y Frágiles (2005), pero también debemos concluir que ha firmado una pequeña colección de películas poco recomendables, entre éstas se encuentran [ºREC] 4: Apocalipsis (2014), Musa (2017) y el filme que nos ocupa, fallida fusión entre el thriller, el terror sobrenatural e inmaterial de las casas encantadas, cuestión por la que me dio mucha pereza ir a verla al cine.

 

     Resulta que una bailarina gogó de una concurrida discoteca de Madrid, Lucía (Ester Expósito) roba un alijo de pastillas y comienza a ser perseguida por una banda de mafiosos y acaba refugiándose en el piso de su hermana Rocío (Ángela Cremonte) y su sobrina Alba (Inés Fernández) en un semivacío edificio llamado Venus. Una vez allí, las tres descubren que unas fuerzas sobrenaturales poseen el edificio. Hay algo maligno que se cuela por los pasillos y paredes de ese bloque situado en un complejo residencial en las afueras de Madrid.

    Todos sabemos que Balagueró tiene talento para entregarnos mucho más, con Venus, el sello de terror pergeñado por Álex de la Iglesia y Carolina Bang, nos presenta un suflé muy poco elaborado que si bien tiene un comienzo prometedor y adranalínico que nos otorga cierta esperanza de que el director abandone por fin los espacios cerrados en los que gusta cobijarse, pronto veremos rota la ilusión, una vez más encierra pronto a sus personajes (y a nosotros) en el claustrofóbico microcosmos de un edificio para con, resoluciones simplistas y eso sí, después de muchas cuchilladas, finiquitar el artefacto con un torpe e hipertrofiado clímax final.

    Este cronista presupone el esfuerzo de todos los implicados en el proyecto, técnicos e intérpretes, desde una decidida Ester Expósito siempre bañada en sangra dando oxígeno a una incombustible heroína, hasta la presencia inquietante de una Magüi Mira como sacerdotisa satánica, pero ni la música de Vanessa Garde ni la iluminación de Pablo Rosso ni la dirección de Balagueró confieren a la función, inspirada en una historia de H.P. Lovecraft, más allá de varias escenas oníricas predecibles y situaciones de acción sangrientas resueltas con cuatro brochazos. Es lo que ocurre con el asalto de los sicarios mafiosos al edificio, que no saben que el Mal, en su más más pura esencia se encuentra entre el cemento del bloque de pisos y tiene aspiraciones mayores que el mundano trapicheo de drogas. Venus prometía más en su sinuoso declive como relato noir que como una muestra más del trillado terror sobrenatural, donde finalmente todo se desmadra en un tan atropellado como desmedido final que a mí me deja frío, pero que seguramente a Álex de la Iglesia habrá satisfecho.  


 

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