“UNDERWATER” êê
(William Eubank, 2020)
El especialista en ciencia ficción William Eubank debutó en el año 2011 con
Love,
film de ritmo pausado que no llegó a estrenarse por estos lares y que narra la
historia de un astronauta que al perder contacto con la Tierra se encuentra
perdido en una Estación Espacial Internacional. Tres años después nos presentó
la más interesante La Señal (2014), film que sigue a tres estudiantes que
desaparecen siguiendo la pista de un pirata informático y que cuenta con un magnífico
final.
Siempre
insistiendo en el género que más le apasiona, nos presenta ahora Underwater, su
película de mayor distribución y que cuenta con un reparto de prestigio
internacional. La trama sigue las desventuras de una tripulación compuesta por
seis integrantes entre los que se encuentran el Capitán (Vincent Cassel) y la mecánica Norah Price (Kristen Stewart) que quedan atrapados en una estación
submarina que se está inundando a gran velocidad como consecuencia de un sismo
devastador. La única oportunidad para sobrevivir de los tripulantes es caminar
por el suelo marino hasta una lejana plataforma petrolífera abandonada. Además de
los retos físicos que implica el viaje, descubren que están siendo cazados por
un depredador ancestral y monstruoso dispuesto a matarlos a todos.
Con
la inspiración de “La llamada de Cthulh”
de Lovecraft y el protagonismo de Kristen
Stewart y Vincent Cassel, esta
odisea submarina apela al terror más convencional en un espacio inquietante y
claustrofóbico como escenario para desarrollar una agobiante aventura que
persigue infundir miedo pero que se olvida del componente dramático. Eubank no
pierde el tiempo y va directamente al grano tras una rápida presentación,
apoyándose en unos resultones efectos visuales y un diseño de producción que
consigue plasmar un mundo creíble en las profundidades abisales. Cierto que algunas situaciones resultan
reiterativas y al espectador le faltan algunas explicaciones de origen, pero
sus responsables confían en que los elementos que se manejan para proyectar la
amenaza (la escasez de oxígeno, la tibia iluminación, el aislamiento, algún que
otro sobresalto) y el acoso implacable del monstruo son suficientes para
mantener viva la terrorífica odisea. No es así, primero por la falta de
originalidad de una película multirreferencial en la que escuchamos los ecos de
Odisea bajo el mar, The Abyss, Alien…; y segundo la insustancial línea de diálogos y porque el
interés de los personajes, de perfiles muy difuminados, es prácticamente nulo.
Cine de evasión sin instrospecciones psicológicas y una lectura ecologista
intrascendente.
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