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domingo, 16 de febrero de 2020

CRÍTICA: "DIAMANTE EN BRUTO (UNCUT GEMS)" (Ben y Joshua Safdie, 2020)


La ansiedad de un loser
“DIAMANTE EN BRUTO (UNCUT GEMS)” êêêê
DIRECTOR: Ben y Joshua Safdie.
INTÉRPRETES: Adam Sandler, Julia Fox, Kevin Garnett, Idina Menzel, Keith Stanfield, Eric Bogosian.
GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 135 minutos / PAÍS: EE.UU / AÑO: 2019


   He de confesar que la anterior película de los hermanos Ben y Joshua Safdie titulada Good Time (2017) me dejó bastante frío a pesar del éxito crítico casi generalizado. Protagonizada por Robert Pattinson, no consiguió engancharme la alocada odisea de un tipo excéntrico a través de zonas muy peculiares de la ciudad para intentar conseguir el dinero suficiente para sacar a su hermano de la cárcel después de ser detenido en un chapucero atraco a un banco. A pesar de ciertos hallazgos estéticos y visuales llamativos, la película me resultó muy cargante en su cúmulo de absurdas y febriles peripecias.  

   
   Pero los hermanos Safdie ya habían demostrado un talento efervescente que estaba buscando el cauce adecuado. Lo han logrado con Diamante en bruto (Uncut Gems) sobre la base de un libreto firmado por ellos mismos y Ronald Bronstein. El argumento del film se centra en Howard Ratner (Adam Sandler) el propietario de una joyería ubicada en el barrio de los diamantes de Nueva York que vende exclusivamente a ricos y famosos. Tanto en sus chanchullos como en su vida personal, Howard siempre asume el máximo riesgo, y por eso siempre está en bancarrota. Ahora está a punto de culminar un jugoso negocio que comporta una apuesta de alto riesgo que podría hacerle millonario. Para ello tendrá que hacer equilibrios entre sus negocios, su familia, su amante y sus adversarios, que le acosan incesantemente.


   Benny y Joshua Safdie firman su mejor película hasta la fecha con un relato taquicárdico referencialmente anclado en el clima asfixiante y febril  de los 70 cuando Nueva York era un hervidero infernal. Lo hacen con el concurso esencial de un superlativo Adam Sandler, que deja aparcada su vis cómica y se echa la película a la espalada dando oxígeno a un joyero al que todo le sale mal; enredado en un matrimonio en demolición, encoñado de una bella amante con aspiraciones con la que se desfoga y una importante deuda con un prestamista. Un personaje capaz de estresar a cualquiera que pase unas horas a su lado, se mueve por pálpitos y se lo juega todo a una carta. El dinero le quema en el bolsillo porque es un ludópata, un obseso de las apuestas deportivas aunque los signos no estén de su parte. Pero la suerte parece sonreírle cuando recibe un ópalo negro iridiscente  de varios quilates que los mineros etíopes judíos le han vendido por una décima parte de lo que pueden pagar por él en una subasta.

   
    En ese punto, el espectador comienza a adivinar que Howard es un perdedor, un loser al que ningún golpe de suerte salvará de su condición hasta la tragedia final. Toda su vida es una huida hacia delante, una ansiosa y vertiginosa carrera hacia el abismo. En la vida de Howard entra la estrella de los Boston Celtics Kevin Garnett, que se enamora del ópalo, le da suerte, irradia una energía especial, y Howard se lo presta. La tensión va in crescendo, es una carrera contra el tiempo, la sensación de agobio es tan viscosa que el espectador, sin conectar empáticamente con ningún personaje, se siente abrumado, alterado, la acción se convierte en una cuestión de supervivencia.

  
   Distribuida por Netflix, producida por A24 y Martin Scorsese, con el deslumbrante debut de la exuberante Julia Fox en el papel de amante del espídico joyero (un personaje clave en el devastador clímax final), Diamante en Bruto (Uncut Gems) es una historia sobre la adicción al juego, pero sobre todo es un relato sobre un personaje desbocado que vive al límite, sin aliento, capaz de desquiciar a cualquiera con su vitalidad, verborrea, mentiras y quiméricas ilusiones. Contando con una deslumbrante fotografía del iraní Darius Khondji que ilumina con desesperación y magnetismo el paisaje urbano y una puesta en escena que da énfasis a los primerísimos planos con el uso del formato anamórfico, los brothers Safdie apuestan por la machacona música electrónica de Daniel Lopatin para horadar el cerebro  del espectador excitado hasta el paroxismo. Diamante en bruto (Uncut Gems) es algo más que una película sobre la codicia, pues se impone como un triple salto mortal sin red al vacío de una vida que sólo encontrará la paz en la quietud de la oscuridad más absoluta. Como evidencia el seco y brutal final, un desenlace que sólo pueden adivinar los que asumen el riesgo de caminar por el alambre y se aferran a un espejismo para iluminar la esperanza. Gran película, una ausencia obscena en la última edición de los Oscar.


4 comentarios:

  1. Como tú, vi primero "Good Time", que un buen amigo me había recomendado entusiásticamente. Me pareció curiosa pero me costó un poco entrar. Desde luego, "Diamante en bruto" es más redonda y más adrenalínica, aunque creo que estos hermanos todavía nos deben un título a la altura de sus posibilidades. Como el título del film, son diamantes sin pulir.

    Un abrazo.

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  2. Claro, Ricard, y buscarán esa obra maestra que les otorgue la inmortalidad. Todos la buscan. Pero de momento, esta película está entre lo mejor del pasado año.

    Un abrazo.

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  3. La película me parece que fue lo mejor de todo el 2019, razón por la cual empecé a realizar una serie de videos en mi canal de YouTube, en los cuales hablo acerca de Uncut Gems y sinceramente me encantaría que vayas a verlos si es que así lo deseas. Por otra parte te comento que empecé a seguirte en el Blog, ya que me resultó realmente muy interesante. Te mando un fuerte abrazo.

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    1. Pues sí, marianciri, una excelente película entre el abanico de magníficas películas que nos regaló 2019. A los hermanos Safdie les pedimos más.También yo te seguiré en tu canal.

      Un fuerte abrazo.

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