“LA FAVORITA”
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(Yorgos Lanthimos, 2018)
Ídolo de modernos y de la vanguardia
festivalera, el director griego Yorgos
Lanthimos goza de un gran predicamento entre los cinéfilos gafapasta.
Películas como Canino, Langosta y El sacrificio de un ciervo
sagrado se han convertido en obras de culto para cierta intelectualidad
siempre sedienta de nuevas formas escénicas y narrativas. En La
favorita, un drama de época que el realizador confiesa que fue un
encargo, nos sitúa en la guerra entre Inglaterra y Francia a principios del
siglo XVIII. Una reina debilitada, Ana
Estuardo (Olivia Colman) ocupa el trono británico, mientras su amiga Lady Sarah (Rachel Weisz) gobierna en
la práctica el país en su lugar, debido al precario estado de salud y el
carácter inestable de la monarca. Cuando la nueva sirvienta, Abigail (Emma Stone) aparece en palacio,
Sarah, embriagada por su encanto, no se da cuenta de que Abigail ve en su nueva posición una
oportunidad para regresar a sus raíces aristocráticas. Como la política ocupa
una parte del tiempo de Sarah, Abigail comienza a acompañar con más frecuencia
a la reina.
Con un guión que por primera vez no firma el director,
La
favorita nos traslada a la corte de la reina Ana Estuardo de Inglaterra
para narrarnos el ascenso desde lo más humilde y servil de una mujer, Abigail
(la criada encarnada con gran fuerza por Stone) hasta la más alta instancia del
palacio real. Lo hará del brazo de su prima, protectora y finalmente rival, la
duquesa Lady Sarah, a quien da vida de forma excelsa Weisz. Con ellas en la
corte, tendrán lugar todo tipo de intrigas, conspiraciones, traiciones y
sospechas que lindan con la paranoia, derivadas de estas dos mujeres que forman
un triángulo tan temible como ridículo junto a la inclasificable reina, a la
que Colman confiere un tono depresivo e histérico, brutal sin conciencia. Tres
personajes terribles, comenzando por la primera gran soberana británica, una
mujer aquejada de gota, frágil, sexualmente voraz, caprichosa, ciclotímica,
rodeada de 17 conejos en recuerdo de los 17 hijos que ha perdido, que necesita
estar protegida por mujeres dominantes y fuertes para que, ante su incapacidad,
gobiernen en la sombra.
El error de Lady
Sarah fue rescatar a su pobre prima Abigail, una noble a la que la suerte fue
esquiva, porque será testigo de su codicia sin escrúpulos para arrebatarla sin
pudor su condición de nueva favorita de la reina. Con un muestrario de recursos
técnicos (el uso del ojo de pez, del gran angular y los contrapicados), Lanthimos
arma un relato sobre el absolutismo del poder, la naturaleza depredadora humana
y su carácter despiadado, en un retrato de personalidades tan tóxicas como
espeluznantes. Buena película.
Coincido en casi todo contigo. No sólo me parece una buena película sino la mejor de las tres que he visto de él (incluyo "Canino" y "Langosta"). Esta vez, el hecho de que el guión no sea de él lo saca de esa obsesión por epatar que tiene, incluso por ser innecesariamente desagradable. No obstante, en esta película hay mucho de él, su ritmo, su uso de la banda sonora. Y unas actrices excelente.
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