Lo llaman “americanada”
“JEFA POR ACCIDENTE” ê
(Peter Segal, 2019)
Si un director debuta con
un engendro cuyo título es Agárralo como puedas 33 1/3: El insulto
final (1994), jamás podrás esperar de él una filmografía prometedora.
La profecía se cumplió con rotundidad con Peter
Segal, con un currículum jalonado por títulos como Tommy boy, El
profesor chiflado II, Ejecutiva agresiva, 50
primeras citas, El clan de los rompepelotas, Superagente
86 de película, una retahíla de birriosas producciones que no hará que
Segal figure en el Olimpo de la historia del cine. Tampoco hace falta, porque
su fábrica de churros es una mera empresa crematística y lo que menos importa
son los aspectos artísticos.
Su nuevo
engendro se titula Jefa por accidente, un film a mayor gloria de la diva latina Jennifer López (que el próximo verano
cumplirá 50 años) y que da vida a Maya
Davilla, una mujer inteligente que ha trabajado diligentemente en una
tienda local y que le ha sido negado un puesto directivo por carecer de
titulación universitaria. Después de una trola en su currículum, Maya
impresiona al CEO de una de las mayores
corporaciones de Nueva York y consigue un trabajo en la compañía. Ante la
increíble oportunidad de tener la carrera y el estilo de vida que siempre soñó,
deberá demostrar que su inteligencia puede ser tan valiosa como un título
universitario, y que nunca es demasiado tarde para una segunda oportunidad.
Película recomendada sólo para los seguidores
incondicionales de Jennifer López y los espectadores de los baratos telefilms
domingueros. Jefa por accidente no aporta nada a este invento (ya se sabe
que español) del cine y parte de una premisa muy trillada: alguien que adopta
una identidad o condición que le es ajena y se le presenta la oportunidad de su
vida para, a través de un montón de enredos y obstáculos que tendrá que
superar, alcanzar la felicidad sentimental y profesional que siempre imaginó.
Es decir, pasar de ser una simple jefa de sección en un super sin poder llegar
a la dirección por ser mujer, a ejecutiva de la más prestigiosa firma de
cosméticos de la ciudad debido a una
trampa que ha hecho su ahijado inflándola el currículum. Una vez instalada,
tendrá que demostrar su valía a base de pruebas un tanto absurdas y sin
gracia. El mensaje sobre el
empoderamiento femenino queda muy diluido por su voluntad de producto fast-food
evasivo. Una historia de segundas oportunidades y una protagonista que se debate
entre ser honesta y decir la verdad (aunque es evidente que está cualificada) o
mantener la mentira y el puestazo. Todo muy previsible: el conflicto
sentimental, el apoyo de sus amigas y los consabidos mantras de autoayuda. Un
truño importante.
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