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jueves, 14 de junio de 2018

CRÍTICA: "JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDO" (J.A. Bayona, 2018)


JURASSIC WORLD: EL REINO CAÍDOêêê
DIRECTOR: J.A. BAYONA.
INTÉRPRETES: CHRIS PRATT, BRYCE DALLAS HOWARD, JAMES CRONWELL, TOBY JONES, RAFE SPALL, DANIELLA PINEDA.
GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN / EE.UU. / 2017 / DURACIÓN: 128 MINUTOS.


    Lo he confesado en más de una ocasión, el aficionado más cinéfilo está mostrando ya un verdadero hastío ante el estreno de tantos blockbusters y la cada vez más precaria presencia de un cine adulto de calidad en las carteleras. No soy un fan del cine de J.A. Bayona y ninguno de sus tres anteriores largometrajes (El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme) han logrado convencerme a pesar de mi predisposición para ello. 


   No hará falta subrayarlo, las tres películas citadas han sido gloria para las taquillas, pero a estas alturas de mi vida el crédito comercial de un director no me impresiona y es una cuestión que atañe más a los productores, distribuidores y exhibidores que a los aficionados como el arriba firmante, que sólo le pedimos a una película que deje algún poso, por escaso que sea, en nuestra saturada memoria cinéfila.

   
   Veamos: Han pasado cuatro años desde que el parque de atracciones y centro vacacional de lujo Jurassic World fuera destruido por los dinosaurios. La isla Nublar está ahora abandonado por los humanos, mientras los dinosaurios intentan sobrevivir por sí mismos en la jungla. Cuando el volcán durmiente vuelve a la vida, Owen Grady (Chris Pratt) y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) organizan un equipo de búsqueda para rescatar a aquellos dinosaurios que han quedado con vida tras la extinción. En su expedición, Owen tratará de encontrar a Blue, su dinosaurio favorito, que se encuentra perdido en la jungla. Mientras Claire, que tiene un gran respeto por estas criaturas, considera que su misión es salvarlas. Juntos aterrizan en una isla inestable en la que la lava supone una amenaza.

     
   Quinta entrega de la franquicia Jurassic Park basada en las novelas de Michael Crichton. Es curioso que son los críticos españoles los que mejor han valorado esta secuela, a diferencia de los anglosajones que mayoritariamente la han puesto a caer de un burro. En esta ocasión y sin que sirva de precedente voy a coincidir con mis compatriotas porque Jurassic World: El reino caído es por ahora la película de Bayona que más me ha gustado y tal vez la mejor entrega (tendría que refrescar la memoria) de la saga Jurassic Park desde el film seminal. Tampoco es que el artefacto me haya emocionado, pero esta secuela en cuyo guión ha participado el director de Jurassic World, Colin Trevorrow, tiene bastantes elementos significativos, como volver a dar un mayor protagonismo a los dinosaurios convirtiéndolos en el epicentro de las mejores secuencias. Además Bayona ha dotado de un halo de poesía gótica al relato aumentando la sensación de terror que en anteriores entregas era un ingrediente que se había mostrado muy evanescente.   

    
   Si hay algo  que se le da bien al director catalán es modular las emociones de un público muy permeable a los sentimentalismos primarios y que siempre se muestra muy bizcochable si se le intenta llevar hasta la lágrima fácil. Sin embargo, en esta ocasión Bayona ha preferido recurrir a la taquicardia para mostrar el hálito de un terror tangible, sin coartadas ni dramas íntimos o catárticos.

     
   Jurassic World: El reino caído  es al mismo tiempo una película autorreferencial que con nostalgia rinde tributo a la franquicia y su creador, Steven Spielberg, por lo que Bayona dota a su película de un cierto aire anacrónico, ochentero, con dosis medidas de sensibilidad y cine espectáculo. Dejando de lado la abierta denuncia sobre la voracidad de las grandes corporaciones, el mensaje ecológico y los peligros de la manipulación genética (con momentos impactantes como ese en el que vemos a los dinosaurios enjaulados y tratados como carnaza en una subasta entre ricachones), la película explora con acierto el espacio por momentos fantasmal de la Isla Nublar para originar tensión y tensar los nervios del espectador, que encuentra la piedra Rosetta de sus reflexiones al preguntarse por el difícil equilibrio en la convivencia de los seres humanos con esas criaturas que deben ser protegidas a pesar del peligro que suponen para la civilización. Cine de evasión de calidad.

2 comentarios:

  1. Coincido contigo: también es la película que me ha gustado más de Bayona.

    Un abrazo.

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  2. Las escenas de la mansión están muy conseguidas.

    Un abrazo.

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