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sábado, 17 de marzo de 2018

CRÍTICA: "ANIQUILACIÓN" (Alex Garland, 2018)


ANIQUILACIÓNêêêê
DIRECTOR: ALEX GARLAND.
INTÉRPRETES: NATALIE PORTMAN, ÓSCAR ISAAC, JENNIFER JASON LEIGH, GINA RODRÍGUEZ, TESSA THOMPSON, DAVID GYASI, SONOYA MIZUNO.
 GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN / EE.UU. / 2018 / DURACIÓN: 115 MINUTOS.


     
   El novelista, guionista y director británico Alex Garland debutó como realizador en el año 2015 con Ex Machina, que a partir de un libreto original propio narra la historia de un programador cuya última creación es Ava (Alicia Vikander) un robot-mujer con inteligencia artificial. Tras esta dignísima ópera prima que dejó el listón alto, nos presenta ahora Aniquilación, film del catálogo Netflix que adapta la novela de Jeff VanderMeer de nuevo con un guión firmado por el director.
   
  
     Película de culto instantáneo, Aniquilación sigue a una bióloga, Lena (Natalie Portman) que cuando su marido regresa sin recordar nada después de haber desaparecido en una misión secreta, se embarca en una expedición a una misteriosa región acordonada por el gobierno de los Estados Unidos. El grupo, compuesto por cinco mujeres científicas, investiga la Zona X, un enigmático lugar controlado por una poderosa fuerza alienígena. La Zona X es un lugar al que han ido otras expediciones, pero del que ninguna ha vuelto.

  
   La mezcla de ciencia ficción y terror no es la novedad en esta película, muchas obras de prestigiosos nombres como Ridley Scott (Alien), David Cronenberg (La Mosca, ExistenZ) o John Carpenter (La Cosa, Fantasmas de Marte) ya han explorado esa mixtura, lo que diferencia a estos veteranos directores es que ellos no han tenido ningún problema para que sus películas fueran exhibidas en las salas y Garland, que vio tildada de “demasiado intelectual y compleja” su cinta ha visto como la Paramount cedió los derechos internacionales a Netflix. Malos tiempos para la lírica. Adaptación de la primera entrega de la trilogía Southern Reach de VanderMeer, que Garland hace menos inextricable para el espectador arrojando luz sobre algunas claves tanto identitarias como psicológicas, lo que ayuda a comprender las motivaciones de los personajes que forman parte de la arriesgada expedición, que como se ve a medida que avanza el metraje, conlleva una irremisible degradación física y psíquica.

    
   Con un sentido de la poesía visual absolutamente fascinante y una capacidad sensorial extasiante (atención a los efectos de sonido), la acción avanza en su primer y contemplativo tramo prolongando la tensión de manera sostenida aunque constante, con un cuidadísimo aspecto visual y una bella puesta en escena que no sólo hace brillar los 40 millones de dólares invertidos, también el gran talento de Garland como gran potenciador de imágenes. Aniquilación nos hace ver de nuevo esa obsesión del escritor y cineasta británico por mostrar a sus personajes en entornos alejados de nuestra cotidiana existencia con el objetivo siempre inherente  de explorar así sus reacciones más allá de lo racional en una labor de introspección que nace de su carácter humanista y su curiosidad por los misterios del alma y lo desconocido.

    
   Así, tras ese primer tramo en el que asistimos a la presentación de los personajes, Alex Garland va diseminando enigmas que captan la atención del espectador con elementos propios de la ciencia ficción, el cine de supervivencia y el terror (presencia alienígena, situaciones límites, criaturas sanguinarias), un arco dramático con buenas dosis de suspense y una línea narrativa filosófica que dota a la función de un tono de alegoría científica nada delirante sobre el desarrollo evolutivo y mutante de las especies.

  
    Con especial atención al análisis psicológico de los personajes, Garland siempre envuelve a sus criaturas cinematográficas de un halo de profundidad reflexiva rayana con el misticismo (la naturaleza del bien y del mal) y un tratamiento visual que transita los páramos de la fantasía onírica y los misterios latentes del hombre y la humanidad. Sin disimular las referencias innegables de Stalker y Solaris de Tarkovsky, Aniquilación triunfa tanto en su sentido metafórico como en los miedos más físicos y cercanos. Un film magnífico que merecía ser visto en las salas de cine para las que fue concebido.

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