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domingo, 28 de enero de 2018

CRÍTICA: "EL PASAJERO" (Jaume Collet-Serra, 2018)


Un thriller a la vieja usanza
EL PASAJEROêêê
DIRECTOR: JAUME COLLET-SERRA.
INTÉRPRETES: LIAM NEESON, VERA FARMIGA, PATRICK WILSON, JONATHAN BANKS, SAM NEILL, ELIZABETH MCGOVERN, CLARA LAGO.
GÉNERO: THRILLER / EE.UU. / 2018 / DURACIÓN: 118 MINUTOS.


     
  Cuarta colaboración del director catalán Jaume Collet-Serra con el veterano actor irlandés Liam Neeson tras Sin identidad (2011), Non-Stop (Sin escalas) (2014) y Una noche para sobrevivir (2015), un thriller que sigue a Michael McCauley (Neeson), un hombre felizmente casado que cada día a la misma hora realiza su trayecto habitual de casa al trabajo en tren. Un día lo aborda una misteriosa desconocida (Vera Farmiga) que le ofrece cien mil dólares a cambio de localizar a cierto pasajero del tren. Sólo tiene dos pistas: el alias del sujeto y el detalle de llevar un bolso consigo. Pronto Michael se verá envuelto en una conspiración criminal que amenaza con poner en peligros su seguridad y la de sus seres queridos.  


     Con una correcta banda sonora a cargo de Roque Baños y un libreto resultón escrito por Byron Willinger y Philip de Blasi, el director español afincado en Los Ángeles marca otra muesca en su idilio con el thriller, un género en el que se ha especializado en los últimos años formando tándem con Liam Neeson, hasta el punto que hay quien dice que forman ya un género en sí mismo. Y la verdad es que la unión funciona tanto a nivel artístico como de taquilla, porque El pasajero vuelve a demostrar la pericia técnica del director con un prólogo fantástico que es un prodigio de planificación y montaje, y la sobriedad interpretativa del altísimo actor irlandés que es presentado en su rutina doméstica diaria como padre de familia y empleado de una agencia de seguros, que incluye ese trayecto en tren desde su casa hasta su trabajo. La monótona cotidianeidad no varía nunca, encontrándose con las mismas caras conocidas en el tren que ya se han hecho familiares.


     En este punto, la película me recordó en su arranque a aquel irregular film de Mikael Hafström titulado Sin control (2005) protagonizado por Clive Owen y Jennifer Aniston. En El pasajero la monotonía se rompe cuando el padre de familia al que da oxígeno Neeson se queda sin trabajo y los nubarrones se ciernen sobre su futuro laboral en una edad (cercana a la jubilación) en la que ya no existe un punto de retorno. Un drama, si se piensa en la imposibilidad de poder sufragar ahora los gastos universitarios de su hijo.


      Si en Non-Stop (Sin escalas), Collet-Serra encerraba a sus personajes en un avión, aquí lo hace en un tren para desarrollar una trama en la que tras la efímera y crucial aparición de una espléndida Vera Farmiga, al protagonista se le va a presentar la oportunidad de poder solventar sus problemas económicos. Comienza así la impactante transformación del personaje, la verdadera intriga, el vértigo, y la fiebre de un juego que puede resultar letal.



    Como siempre, el director de La casa de cera no necesita saturar la acción de efectos digitales para crear el armazón de un thriller robusto, sin ornamentos ni coartadas y entretenido. Aprovecha como nadie el tiempo (se supone que la acción transcurre en 24 horas) y el espacio reducido del tren para crear potentes set-pieces y elevar la tensión con los ritos artesanales de la vieja usanza. Con las magníficas participaciones de Sam Neill y Patrick Wilson y un papelito de nuestra Clara Lago, El pasajero es una buena apuesta para los amantes del cine descarnado y de evasión, que quedarán satisfechos con esa pelea que Neeson mantiene con el enigmático hombre de la guitarra. Un ejemplo de cine sin anestesia que tanto se echa de menos en tiempos de tanta infantilización del Séptimo Arte. 

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