El regreso a la dirección del veterano Walter Hill tras la olvidable Una
bala en la cabeza (2012) irregular action
movie creada para mayor gloria de Sylvester Stallone soltando mamporros, es
ésta peliculita de serie B que nos presenta a un asesino a sueldo de élite Frank Kitchen (Michelle Rodríguez barbuda)
que tras ser traicionado por unos gángsters liderados por John “El Honesto” (Anthony Lapaglia) es enviado a un cirujano
plástico con la licencia retirada, la Dra.
Rachel Kay (Sigourney Weaver) que le convierte en una mujer. Ahora,
transformada y con otra identidad pero con su genética de asesino implacable,
buscará la venganza ayudada por Johnnie
(Caitlin Gerard) una enfermera que también oculta sus propios secretos.
Con música de Ry Cooder y un libreto
escrito por Denis Hamill y el propio Hill, The Assignment cuenta con un
ajustadísimo presupuesto de 5 millones de dólares y tiene como mayor
atractivo ver a la hermosa Michelle Rodríguez totalmente desnuda
por primera vez en su carrera y en su doble papel de hombre y mujer en una de
las peores labores de maquillaje que se han visto en una pantalla de cine:
primero en su papel de asesino letal y
gatillo fácil: más tarde, reconvertida en una mujer con sed de venganza que irá
eliminando uno tras otro a todos los que participaron en la operación que le ha
transformado en mujer en contra de su voluntad. Y lo hará con la determinación
de un loco.
Olvidándonos
de la polémica de los grupos trans, la función no puede ser considerada
transfóbica, sólo un clásico thriller de venganza, pues es imposible obviar que
despertar con el sexo opuesto puede ser una experiencia terriblemente
traumática para mucha gente. Y ese es el tema central de la película.
Con Sigourney Weaver interpretando
bien el papel de doctora fría, calculadora, sarcástica y pragmática, que
desprecia a todo el mundo desde su atalaya de superioridad intelectual, The
Assignment es una película de acción rebosante de violencia seca y
contundente en la que el odio y la traición se mezclan con cuestiones
psicológicas y filosóficas derivadas del salvaje cambio de sexo que le
practican a la protagonista y las razones de la doctora para llevar a cabo tal
acción. Por supuesto que no hay que
tomarse muy en serio la propuesta, que sólo es un divertimento extravagante con
cierto tono ochentero, con set pieces
de acción bastante simples, la utilización del flash back para explicar lo
innecesario y unas extraordinarias carátulas comiqueras intercaladas que ponen
énfasis en la condición de serie B de la producción, y que puede elevarse como
un pequeño film de culto para muchos aficionados.
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