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jueves, 1 de septiembre de 2016

CRÍTICA: THE NEON DEMON (Nicolas Winding Refn, 2016)


Pintando de colores el vacío
"THE NEON DEMON

    
    Tengo claro que si Nicolas Winding Refn sigue por el camino que ha elegido últimamente lo va  a tener muy negro en esto del cine. Tal vez debería volver a sus orígenes cuando nos regaló películas tan interesantes como Pusher (1996) o intentar encontrar otro guión tan potente como Drive (2011) que supo plasmar con maestría. Tras aquella bobería supuestamente trascendente titulada Solo Dios perdona (2013), una paja mental en forma de autohomenaje engolado y carente de lógica interna, nos presenta ahora The Neon Demon, la historia de Jesse (Elle Fanning) una aspirante a modelo menor de edad que llega a Los Ángeles para triunfar y se ve atrapada en un mundo de belleza y muerte. De hecho, el film se vende como una historia de terror sobre los vicios de la belleza y su lema reza “Los malvados mueren jóvenes”.

    
     Supongo que Winding Refn no es consciente de la tontería que ha firmado y piensa que el sugerente look visual de la función será suficiente para que el espectador más cool quede hechizado con su inaccesible onanismo. Puede que sí, pero a estas alturas de la película yo no estoy para que me den gato por liebre y The Neon Demon es sólo un film pesado y vacío, un relato cargante y aburrido que en ningún momento logra alojar una reflexión seria, serena o profunda sobre los aspectos más crueles del mundo de la moda (encarnizada competencia, la dictadura de las dietas y la cirugía plástica, las envidias y los celos, el culto a la belleza y la delgadez) y se queda en la superficie desarrollando unas secuencias contemplativas y de tono onírico que no son sino un ridículo homenaje a David Lynch, Dario Argento y Jonathan Glazer, supuestos héroes del tipo.

    
    En The Neon Demon no hay una sola línea de diálogo que resulte relevante, pero es que además contiene secuencias que producen vergüenza ajena como esa en la que una maquilladora no ha podido follarse a la dulce, virginal y extasiante ninfa Jesse y decide ponerse al frente de una conjura para destruirla junto a las dos envidiosas compañeras de la jovencísima modelo (Argento se reirá de la chapucería). Winding Refn es dueño de un ego estratosférico, de un narcisismo tan sideral que con dos cojones firma los créditos como NWR, como si fuera un diseñador de moda. Sí, la cosa puede ser entendida como un guiño sarcástico a ese universo, pero también como una muestra de su inabarcable narcisismo.

      
     El director danés, para dar forma a un guión hueco, coge la paleta de colores y trata de hipnotizar al espectador con el hechizo de los espacios, la música de sintetizador y la suspensión aletargada del tiempo narrativo. Con Keanu Reeves en un papel irrelevante, se hace necesario subrayar esa escena en la que el diseñador de moda interpretado por Alessandro Nivola desprecia la belleza interior (se supone que para él en el interior de las personas sólo hay tripas y vísceras) para hacer una loa a la belleza exterior como la única que importa. Esa metáfora puede servir para definir esta película esteticista que no esconde nada en su interior, pues más allá de intentar epatar con una escena muy mal rodada de necrofilia lésbica y el vómito de un ojo, todo se reduce a un desfile de personajes turbios o evanescentes con quienes es imposible empatizar (tal vez con el amigo de Jesse), una galería de fantasmas absortos e impasibles que pululan por espacios de diseño bajo las luces de neón y con el martirio de su inane existencia. Un fiasco.


4 comentarios:

  1. Y sin embargo tengo muchas ganas de verla.

    Un abrazo.

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  2. También yo tenía muchas expectativas, Ricard, por eso la decepción ha sido más grande. No sé qué pasa con estos cineastas daneses que parece que se han comido una tarta de setas alucinógenas. Winding Refn se cree muy moderno pero últimamente sólo filma tonterías, se encontró un guión muy bueno con "Drive" y lo desarrolló con suma excelencia, pero hace ya tiempo que se le ha acabado el crédito y me temo que la crítica, con razón, va a despellejar este invento.

    Aunque sé que no hay cines en Igualada, te recomendaré una película que se estrenó ayer: "No respires", del uruguayo Fede Álvarez. De lo mejor que he visto este año en cines junto a "La invitación". Haz lo posible por verla pues estoy seguro de que te gustará.

    Un abrazo.

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    1. Tomo nota. No la echan en Igualada pero quizás pueda verla en Manresa.

      Un abrazo.

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  3. De acuerdo. Estoy sorprendido por el hecho de que esta película se haya colocado nº 1 en la taquilla desbancando por fin a ese bodrio de "Escuadrón suicida". Me alegro por Fede Álvarez, un director comprometido con el buen cine de género.

    Un abrazo.

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