Que Sliver (Acosada, Phillip Noyce,
1993) es una mala película nadie parece dudarlo, pero hay películas que por alguna
extraña razón y desde luego por motivos más prosaicos que la excelencia
artística, se han mantenido indelebles en la memoria cinéfila de muchos
espectadores. Bien sea porque están asociadas a una época y el cine siempre
conduce a la melancolía. No nos engañemos, Sliver sólo fue un vehículo para el
lucimiento de su estrella protagonista, una Sharon Stone en la cima de su carrera y que ya había triunfado apoteósicamente
el año anterior con el film de Paul Verhoeven Instinto básico (1992)
junto a Michael Douglas. Aquí se intentó repetir de nuevo la fórmula
contratando al mismo guionista John Eszterhas para que adaptara la novela de
Ira Levin en que está basado la función y a la misma protagonista que dejó a
los espectadores ojipláticos con aquel sugerente cruce de piernas durante la
escena del interrogatorio policial y que con el tiempo se ha convertido en uno
de los momentos más celebrados de la historia del cine. El problema es que
Eszterhas firmó un libreto zarrapastroso que se tuvo que rehacer varias veces,
se cometieron evidentes errores de casting y Phillip Noyce se confirmó como un director incompetente para hacer
creíble cualquier secuencia de la película, con el hándicap además de contar
con una pareja protagonista, Stone y William Baldwin, que no destilaban ninguna
química.
El film nos presenta
a la bella editora Carly Norris (Sharon
Stone) que tras divorciarse dejando atrás un matrimonio convulso, se ha
trasladado a vivir a un lujoso edificio de la zona alta de la ciudad de Nueva
York, donde se vienen produciendo algunos accidentes inexplicables. Entre los
vecinos de Carly están Zeke (William
Baldwin) un atractivo soltero, y Jack (Tom Berenger) autor de unos best sellers
sangrientos sobre crímenes reales y que vive obsesionado con los misteriosos
accidentes mortales acaecidos en el edificio.
Queda claro que Sharon Stone debió de seleccionar mejor sus
papeles a raíz del exitazo obtenido con Instinto básico, que William Baldwin demostró con su interpretación
que nunca llegaría ser un buen actor (como su hermano Alec) y que el resultado
final del artefacto, destinado en un principio a estar dirigido por Roman
Polanski, nos llevó a preguntarnos qué hubiera sido de esta historia si la
hubiera dirigido el realizador polaco. Dicho está; continuos cambios en el guión,
un montaje final absurdo y un reparto equivocado dieron al traste con una
película de la que se hace difícil salvar nada: algunas escenas de sexo (la
pareja protagonista es muy atractiva) y algún destello interpretativo de un Tom
Berenger algo pasado de rosca. Se trataba,
en fin, de estirar el chicle y aprovechar el negocio del cine erótico que en
los 90 resultó muy rentable: Instinto
básico, Atracción fatal, Fuego en el cuerpo, Acoso, Nunca hables con extraños, Showgirls… En esta ocasión con la
temática del voyeurismo y la morbosa invasión de la intimidad salpicando la
trama, pero la cinta no consigue desatar la pasión lujuriosa del espectador,
atento a las diversas cámaras situadas en varias habitaciones del edificio y al
que finalmente poco le importa quién sea el asesino y aun con esa indiferencia
lo adivina pronto. Siendo esto así, el mayor error de bulto de la función es
presentarnos a Sharon Stone como una mujer insatisfecha que cuando alcanza el
orgasmo ve el cielo abierto. Lo mejor, imaginarse a uno mismo satisfaciéndola.
Hubiera sido interesante ver el resultado de haberla dirigido Polanski. Aunque, visto el argumento, Brian de Palma tampoco hubiera sido una mala elección.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mejor no imaginármelo porque hubiese sido la leche teniendo en cuenta la mirada morbosa con que suele rodar el director polaco las escenas sexuales. Pero Brian De Palma ya hizo algo parecido con "Doble cuerpo", que aunque con reminiscencias a "La ventana indiscreta", guardaba algunas conexiones con "Sliver". Por cierto, "Double body" era la película favorita de Patrick Bateman, el psicópata de la novela de Easton Ellis "American psycho", al menos en el libro, no recuerdo si en la película.
ResponderEliminarUn abrazo.