LA FILMOGRAFÍA DE ÁLEX
Tras un cortometraje, Mirindas asesinas, y un
largo, Acción mutante
(1992), producido por Almodóvar, el director vasco Álex de la
Iglesia -con el soporte económico de Andrés Vicente Gómez y manejando un
presupuesto de 350 millones (de pesetas, claro)- logra que su segunda película
sea una de las mejores, más celebradas y originales de la década,
convirtiéndose por ello, gracias al gran impacto comercial y el notable éxito
de crítica, en venerado icono de la postmodernidad y las nuevas formas dentro
del cine de nuestro país, reverenciado incluso por los detractores de sus
anteriores trabajos. Con su film Perdita
Durango (1997) una superproducción con aires de western
moderno, fronterizo e hiperviolento, adaptación de una novela de Barry Gifford
impregnada de la cultura Tex-Mex, para la que contó con un reparto
internacional y gran disposición de medios -1000 millones de pesetas, el mayor
presupuesto de una película española hasta esa fecha- el director bilbaíno se sitúo lejos del
talento, la inspiración y la imantación visual de El día de la
bestia, con mucho, su mejor película. Muertos de risa (1999) es una comedia ácida
que se pasea por los entresijos de la cultura y los espectáculos de la década
de los 70.
La comunidad (2000) creada bajo la
influencia de El quimérico inquilino (Roman Polanski,
1976) es una mezcla de comedia, thriller y película te horror. 800 balas (2002) peculiar
homenaje al western hispano que constituyó un auténtico fracaso. Crimen ferpecto (2004) es
una magnífica comedia cáustica en la mejor tradición de la sátira social y el
esperpento nacional. Los crímenes de Oxford (2008) es un
thriller milimetricamente medido que resulta en exceso frío y cerebral. Balada
triste de trompeta (2010) es un espernto freak, una rara avis, un film
surrealista e inclasificable. La chispa de la vida (2011) se impone
como un invento fallido a mayor gloria de José Mota. Las brujas de Zugarramurdi
(2013) es una comedia negra y fantástica a la que penaliza en exceso su aparatoso
final. Mi gran noche (2015) no pasa de ser un histriónico homenaje al
desfase de la Nochevieja. De la Iglesia, además de todas sus iconoclastas
películas, ha publicado una divertida novela, “Payasos en la
lavadora”.
EL DÍA DE LA BESTIA
Sinopsis: un cura, Ángel Barriartua (Álex
Angulo) catedrático de la universidad de Deusto, lleva mucho tiempo estudiando
obsesivamente “El libro del Apocalipsis”. Después de veinticinco años de investigación
ha llegado a una conclusión: el anticristo va a nacer en Madrid el día de
navidad. Para enfrentarse a él reúne todo un arsenal y desarrolla de paso todo
un itinerario delictivo. Seguro del advenimiento busca la ayuda de un tipo heavy
(Santiago Segura) y un presentador de un reality show ocultista
(Armando De Razza). A través de la noche madrileña se sumergen en una
sangrienta cruzada, en la que entre oros obstáculos está el intentar conseguir
la sangre de una jovencita virgen (Natalie Seseña) para llevar a cabo una
invocación.
Aficionado a la literatura de aventuras,
terror y los cómics, y preferentemente dentro de estos géneros a autores tan
clásicos como Stevenson, Poe, Stan Lee, el realizador español se nos presenta,
a través de su corta filmografía, como uno de los más claros ejemplos de
gravitación temática, exposición plástica y definición de estilo. Como
consecuencia de esa mirada, tan lúcida como imaginativa, y del más puro
concepto del cine como espectáculo generador de sueños, diversión y emociones, El día de la bestia es un film revitalizante, original, y sin exagerar,
liberalizador de ciertos complejos que se sustentan y eternizan por medio de
unos ridículos clichés entroncados en la cinematografía española, y porqué no
decirlo -salvo el caso de Francia- también en Europa. Es por eso, que si el
resultado no hubiera sido tan redondo, el film de Álex habría cumplido
igualmente con un objetivo cardinal: desencorsetar el cine de autor español,
con demasiada frecuencia tan pedante, ombliguista y pagado de sí mismo,
elevando a obra de arte una historia fantástica tan singular como sencilla,
bautizada crípticamente como “Comedia satánica”, que a pesar de su tono
costumbrista obtuvo gran éxito y la suficiente resonancia más allá de nuestras
fronteras.
El director elabora con maestría unos mecanismos narrativos y
visuales en los que se aúnan y complementan varios géneros, entre ellos la
comedia y el fantástico, produciendo en el espectador efectos sorprendentes,
confirmando además que, con la simbiosis de esos dos géneros, se puede crear
una obra magistral si se tienen las dotes y el ingenio suficiente, reafirmando
también que a pesar de lo denostados -hay absurdamente quien los etiqueta como
menores- resultan los menos limitados en cuanto al campo de acción o
posibilidades imaginativas, sobre todo cuando la realidad dice que son los que
más suelen multiplicar sensaciones y activar emociones compartidas. Aproximándonos a los gustos del autor,
expuestos por el mismo repetidas veces, reflejados manifiestamente en la
película, uno no puede sino conectar y sentir simpatía por este director que,
de forma calculadamente desafiante, actualiza rasgos de la mejor tradición
americana y española, embarcándose en un proyecto altamente arriesgado para la
endeble industria española. Simpatía que se extiende hacia los personajes de su
película, ese trío de héroes visionarios cuya misión es salvar a la humanidad
de las garras del maligno.
Cosas del rodaje: aprovechando la
iluminación navideña y los permisos del ayuntamiento, Álex de la Iglesia se vio
obligado a rodar las escenas más difíciles que había que dejar para el final al
principio, movilizado a más de 500 personas en la calle Preciados hasta altas
horas de la madrugada. A destacar el libreto del mismo Álex y su colaborador
habitual Jorge Gerricaechevarría, sólido y competente... Y la banda sonora a
cargo del grupo Def Con Dos, que en el film sale actuando con el seudónimo de
“Satánica”.
Pese a que es un tanto irregular, considero a Álex de la Iglesia uno de nuestros directores más interesantes. Me encanta esta película, aunque a mi parecer es todavía mejor "La comunidad", menos rompedora pero más redonda.
ResponderEliminarUn abrazo.
El gran problema de "La comunidad" es que es un plagio nada soterrado de "El quimérico inquilino" de Polanski (ésta sí una obra maestra total, redonda y absoluta) cosa que no es óbice para que me lo pase muy bien cada vez que la veo a pesar de su estruendosos final, un desparrame que emborrona los muchos logros de la función. "El día de la bestia" es para mí la mejor peli de De la Iglesia y una de las 100 mejores de la historia del cine español, una afirmación nada categórica si observamos el paupérrimo del legado del cine fantástico español.
ResponderEliminarUn abrazo.