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jueves, 5 de marzo de 2015

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: ELEPHANT (GUS VAN SANT, 2003)

ELEPHANT
Drama - USA, 2003 - 81 Minutos.
DIRECTOR: GUS VAN SANT      
INTÉRPRETES: JOHN ROBINSON, ELIAS McONNELL, ALEX FROST, ERIC DUELEN, NATHAN TAYLOR.


        Elephant fue con mucho uno de los mejores estrenos del año 2003. Dirigida por Gus Van Sant (Descubriendo a Forrester) el film penetra allí donde el magistral documental de Michael Moore, Bowlig for Columbine, sólo merodeaba. Inspirada en la misma matanza ocurrida en el instituto Columbine (dos quinceañeros asesinaron a doce compañeros y un profesor) la cámara se encarga de ir sondeando una realidad cotidiana, si se quiere aburrida, destellos de mediocridad en unos personajes anodinos que no avanzan más allá de unos simples escarceos amorosos, jugando a vídeo-juegos brutales, desperdiciando su juventud haciendo insignificantes compras en grandes superficies y comprando armas vía internet para sentirse los dueños del mundo. 
      
      
        En apariencia todo es vulgar, pura superficialidad que engendra monstruos de destrucción. Así, es posible que al principio tengamos la sensación de estar ante una película plana, insustancial, nada más lejos, el espectador debe ser paciente, dejarse arrastrar por esa rutina para sumergirse en el horror. El director nacido en Kentucky recrea con frío virtuosismo la vida y el trajín del instituto antes de que el infierno se desate por el comedor, sus aulas y pasillos. El film avanza lento pero inexorable hacia la tragedia, una lentitud que llega a exasperar y que sin embargo se hace inevitable, pues no son precisamente esos muchachos representantes de una vida de ensueño con muchos elementos que destacar. Lo hace bien Van Sant, atrapa el pathos del inconformismo, la vaciedad y el malestar en el tejido de una juventud despojada de los más mínimos principios y sentimientos, moviéndose en un sustrato cultural y psicológico del que al parecer no pueden escapar. Es por eso que la sinrazón, la explosión delirante de violencia que se desencadena cuando Alex y Eric (Alex Frost y Eric Duelen) entran en la escuela armados hasta los dientes, adquiere una mayor carga de locura, estupidez y bestialidad.


         En apariencia todo es vulgar, pura superficialidad que engendra monstruos de destrucción. Así, es posible que al principio tengamos la sensación de estar ante una película plana, insustancial, nada más lejos, el espectador debe ser paciente, dejarse arrastrar por esa rutina para sumergirse en el horror. El director nacido en Kentucky recrea con frío virtuosismo la vida y el trajín del instituto antes de que el infierno se desate por el comedor, sus aulas y pasillos. El film avanza lento pero inexorable hacia la tragedia, una lentitud que llega a exasperar y que sin embargo se hace inevitable, pues no son precisamente esos muchachos representantes de una vida de ensueño con muchos elementos que destacar. Lo hace bien Van Sant, atrapa el pathos del inconformismo, la vaciedad y el malestar en el tejido de una juventud despojada de los más mínimos principios y sentimientos, moviéndose en un sustrato cultural y psicológico del que al parecer no pueden escapar. Es por eso que la sinrazón, la explosión delirante de violencia que se desencadena cuando Alex y Eric (Alex Frost y Eric Duelen) entran en la escuela armados hasta los dientes, adquiere una mayor carga de locura, estupidez y bestialidad.


       Van Sant, desde la ficción, eleva esta terrorífica metáfora sobre la sociedad estadounidense a ejemplo impecable de oficio y magisterio. Su mirada flamígera, el tono hiperrealista, la cadena de sensaciones que desprenden sus imágenes, la angustia lacerante, la sensibilidad dañada y el corazón convertido en un martillo que te alerta como un gong en la butaca. El título, por lo visto, alude a la fábula oriental de los cinco ciegos que acarician un elefante y cada uno de ellos emite una descripción del animal según la parte que toca. Ese cuento sufi se apoya en la moraleja de que ninguno de ellos está capacitado para ofrecer una imagen general de la realidad. Los adolescentes del film tienen esa corta visión de lo que les rodea, la encrucijada diaria, ese tránsito al vacío focalizado en esos muchachos de un instituto de Portland desemboca en un clímax sorprendente e irracional de violencia, un suceso terrible para el que casi no existe justificación moral. Realizador inteligente, Van Sant sabe que no son psicópatas, ni máquinas entrenadas para matar, no emite juicio ni condena, sólo intenta descubrir, a través de las cosas más sencillas y banales, la médula de una sociedad enferma y los insondables abismos del alma. Elephant se nos presenta como una película necesaria e inolvidable


2 comentarios:

  1. Pues yo no acabé de entrar en esta película. Tanto travelling llegó a cansarme.

    Un abrazo.

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    1. Siento que te produjera esa sensación de fatiga. Por el contrario, para mí supuso una conmoción tremenda, una visión analítica, didáctica aunque nada academicista de la célebre e infame matanza de Columbine. Un film escalofriante e innovador despojado de todo lo innecesario que sirve para levantar acta sobre el alarmante estado de degradación de una sociedad utilizando de forma pegajosa y obsesiva la cámara como fría y subjetiva herramienta. Una obra maestra que por su originalidad, carencia de referentes y demoledora mecánica me sigue produciendo hoy un horror indescriptible

      Un abrazo.

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