lunes, 24 de noviembre de 2014

CRÍTICA: "LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO (PARTE 1)

¿Dónde está el horror, Mister Lawrence?
LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO (1ª PARTE) ê
DIRECTOR: FRANCIS LAWRENCE.
INTÉRPRETES: JENNIFER LAWRENCE, JOSH HUTCHERSON, LIAM HENSWORTH, PHILIP SEYMOUR HOFFMAN, STANLEY TUCCI.
GÉNERO: CIENCIA-FICCIÓN /EE. UU. / 2014.
DURACIÓN: 123 MINUTOS
   

      Al fin llegamos a la recta final de una saga que a mí, particularmente, me ha dejado muy frío y me ha emocionado muy poco. Lo he comentado en alguna ocasión, estas sagas teenagers, creadas para el placer orgásmico de un público adolescente huérfanos de verdaderos héroes y de una buena cultura cinematográfica, siempre más interesados por la estética, el look visual y la verborrea huera que desprende un tono épico, sentencioso y lapidario, no han conseguido nunca engancharme debido a su milimetrado diseño y su impostada filosofía combativa. Salvo honrosas excepciones como Harry Potter, la historia del cine luciría más impoluta sin artefactos como Crepúsculo, Percy Jackson, Las Crónicas de Narnia, Cazadores de Sombras, Divergente, Soy el Número Cuatro y que de no ser por los réditos en taquilla (paupérrimos, por cierto, en algunos casos) nada han aportado al universo de lo fantástico más allá de una galería de cuerpos lozanos y rostros bonitos.


    En esta primera entrega del capítulo final de Los Juegos del Hambre, la heroína Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) se encuentra en el Distrito 13 después de destrozar los Juegos para siempre. Bajo el liderazgo de la comandante Alma Coin (Julianne Moore) y el consejo de sus amigos más leales, Katniss extiende sus alas mientras lucha por salvar a Peeta Mellark (Josh Hutcherson) capturado por el Capitolio, y a una nación alentada por su valentía. La vida en el Distrito 13 no es tan fácil como Katniss se imaginaba, a lo que hay que sumar su difícil relación con la presidenta del distrito, Coin, que quiere convertir a Katniss en el símbolo de la revolución y valerse de su categoría de Sinsajo para contagiar al resto de los distritos.


     En mi crítica de la anterior entrega escribí que tanto las novelas de Suzanne Collins como sus adaptaciones a la pantalla grande partían de una premisa nada original, con la seguridad de que gran parte de los aditivos pegados a la historia habían sido vampirizados de aquella película de culto japonesa titulada Battle Royale (Kinji Fukasuku, 2000) y de clásicos de la literatura de anticipación como “1984” de George Orwell, por poner sólo dos ejemplos. Tras ver este primer capítulo de la aventura final, uno tiene la sensación de que el artefacto no ofrece nada nuevo y todo parece más antiguo que la pana, esto unido a la inanidad e insipidez de la función convierte a Los Juegos del Hambre: Sinsajo (1ª parte) en un relato decepcionante que sirve para constatar la innecesaria prolongación de la saga. No hay en las dos horas de metraje una sola escena que merezca ser mínimamente reseñable en su vertiente visual o narrativa, todo resulta plúmbeo hasta el punto de sentir añoranza por la primera entrega que tampoco era gran cosa.



      La cinta, diseñada exclusivamente para hacer caja, rebosante de palabrería muy poco estimulante y ausencia casi total de acción, se enreda en dar explicaciones y Francis Lawrence se olvida por completo de dotar de dinamismo a la historia, pero también de proporcionar mayor entidad a unos personajes que podían haber dado más juego en un escenario distinto al de los juegos. Tomada como una introducción al capítulo que cerrará la saga, el film se podía haber liquidado en poco más de una hora, el tiempo suficiente e incluso excesivo para desnudar emocionalmente a Katniss (una Jennifer Lawrence con el piloto automático) a la espera del clímax final, esa decisiva traca donde todo parece previsible. En este punto, yo sólo recomendaría esta película sin garra ni tensión a los fanáticos seguidores de la saga, muy dados, por sus trastornos hormonales, a los desgarros melodramáticos, y a los que seguramente no les importen los misérrimos efectos especiales y el infumable diseño de producción. No hay horror en esa sociedad distópica tal y como la retrata el director, y carecen de enjundia sus panfletarios eslóganes y consignas, más propias de un campamento de boy scouts, el horror y el infierno, Mister Lawrence, están reflejados en la mirada de Marlon Brando cuando se pasa sus dedos romos por su reluciente calva en Apocalypse Now. No juegue usted con palabras y conceptos tan graves como “revolución”  (el nuevo opio de los intelectuales) para lo que sólo es un aburrido y  pueril juego de niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario