¿Dónde está el horror, Mister
Lawrence?
LOS JUEGOS DEL
HAMBRE: SINSAJO (1ª PARTE) ê
DIRECTOR: FRANCIS LAWRENCE.
INTÉRPRETES: JENNIFER LAWRENCE,
JOSH HUTCHERSON, LIAM HENSWORTH, PHILIP SEYMOUR HOFFMAN, STANLEY TUCCI.
GÉNERO: CIENCIA-FICCIÓN /EE. UU. / 2014.
DURACIÓN: 123 MINUTOS
Al fin llegamos a la recta final de una
saga que a mí, particularmente, me ha dejado muy frío y me ha emocionado muy
poco. Lo he comentado en alguna ocasión, estas sagas teenagers, creadas para el
placer orgásmico de un público adolescente huérfanos de verdaderos héroes y de
una buena cultura cinematográfica, siempre más interesados por la estética, el
look visual y la verborrea huera que desprende un tono épico, sentencioso y
lapidario, no han conseguido nunca engancharme debido a su milimetrado diseño y
su impostada filosofía combativa. Salvo honrosas excepciones como Harry
Potter, la historia del cine luciría más impoluta sin artefactos como Crepúsculo,
Percy
Jackson, Las Crónicas de Narnia, Cazadores de Sombras, Divergente,
Soy
el Número Cuatro y que de no ser por los réditos en taquilla
(paupérrimos, por cierto, en algunos casos) nada han aportado al universo de lo
fantástico más allá de una galería de cuerpos lozanos y rostros bonitos.
En esta primera entrega
del capítulo final de Los Juegos del Hambre, la heroína Katniss Everdeen
(Jennifer Lawrence) se encuentra en el Distrito 13 después de destrozar los
Juegos para siempre. Bajo el liderazgo de la comandante Alma Coin
(Julianne Moore) y el consejo de sus amigos más leales, Katniss extiende sus
alas mientras lucha por salvar a Peeta Mellark (Josh Hutcherson)
capturado por el Capitolio, y a una nación alentada por su valentía. La vida en
el Distrito 13 no es tan fácil como Katniss se imaginaba, a lo que hay que
sumar su difícil relación con la presidenta del distrito, Coin, que quiere
convertir a Katniss en el símbolo de la revolución y valerse de su categoría de
Sinsajo para contagiar al resto de los distritos.
En mi crítica de la anterior entrega escribí
que tanto las novelas de Suzanne Collins como sus adaptaciones a la
pantalla grande partían de una premisa nada original, con la seguridad de que
gran parte de los aditivos pegados a la historia habían sido vampirizados de
aquella película de culto japonesa titulada Battle Royale (Kinji Fukasuku, 2000) y de clásicos de la
literatura de anticipación como “1984”
de George Orwell, por poner sólo dos ejemplos. Tras ver este primer capítulo
de la aventura final, uno tiene la sensación de que el artefacto no ofrece nada
nuevo y todo parece más antiguo que la pana, esto unido a la inanidad e
insipidez de la función convierte a Los
Juegos del Hambre: Sinsajo (1ª parte) en un relato decepcionante que sirve
para constatar la innecesaria prolongación de la saga. No hay en las dos horas
de metraje una sola escena que merezca ser mínimamente reseñable en su
vertiente visual o narrativa, todo resulta plúmbeo hasta el punto de sentir
añoranza por la primera entrega que tampoco era gran cosa.
La cinta, diseñada exclusivamente para
hacer caja, rebosante de palabrería muy poco estimulante y ausencia casi total
de acción, se enreda en dar explicaciones y Francis Lawrence se olvida por completo de dotar de dinamismo a la
historia, pero también de proporcionar mayor entidad a unos personajes que
podían haber dado más juego en un escenario distinto al de los juegos. Tomada
como una introducción al capítulo que cerrará la saga, el film se podía haber
liquidado en poco más de una hora, el tiempo suficiente e incluso excesivo para
desnudar emocionalmente a Katniss (una Jennifer
Lawrence con el piloto automático) a la espera del clímax final, esa
decisiva traca donde todo parece previsible. En este punto, yo sólo recomendaría esta película sin garra ni tensión
a los fanáticos seguidores de la saga, muy dados, por sus trastornos
hormonales, a los desgarros melodramáticos, y a los que seguramente no les
importen los misérrimos efectos especiales y el infumable diseño de producción.
No hay horror en esa sociedad distópica tal y como la retrata el director, y
carecen de enjundia sus panfletarios eslóganes y consignas, más propias de un
campamento de boy scouts, el horror y el infierno, Mister Lawrence, están reflejados
en la mirada de Marlon Brando cuando se pasa sus dedos romos por su reluciente
calva en Apocalypse Now. No juegue
usted con palabras y conceptos tan graves como “revolución” (el nuevo opio de los intelectuales) para lo
que sólo es un aburrido y pueril juego
de niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario