Cenizas de pasión y muerte
EL LOBO DETRÁS DE LA PUERTA êêêê
(O LOBO ATRÁS DA
PORTA)
DIRECTOR: FERNANDO
COIMBRA.
INTÉRPRETES: MILHEM
CORTAZ, LEANDRA LEAL, FABIULA NASCIMENTO, TAMA TAXMAN, KARINE TELES, ANTONIO
SABOIA.
GÉNERO: DRAMA / BRASIL
/ 2013 DURACIÓN: 100 MINUTOS.
La mentira es un cáncer que corroe las
relaciones de pareja, en verdad, la mentira lo pudre todo. El debut del
director debutante Fernando Coimbra
parece apoyarse en este mantra para
construir un áspero y lacerante relato sobre la infidelidad, el engaño, los
peligros de las relaciones espontáneas, los celos y las profundas heridas
sentimentales que se abren cuando la mentira aflora, y lo que comienza como un
intrascendente culebrón acaba derivando en un cuento de horror insoportable. El
argumento, basado en un hecho real sacado de la crónica negra brasileña de la
década de los sesenta, nos sitúa en un Río de Janeiro actual para narrarnos la
inquietud de unos padres porque su pequeña hija ha sido secuestrada por una
supuesta amiga de su madre a la salida del colegio. En la comisaría, Sylvia y Bernardo (Milham Cortaz y Fabiula Nascimento), los padres, y Rosa (Leandra Leal), principal
sospechosa y amante de Bernardo, dan testimonios contradictorios que conducen a
los más sombríos rincones del deseo, la mentira y la perversidad de las
relaciones de esos tres personajes, lo que hace sospechar que alguien esconde
un oscuro secreto.
EL
LOBO DETRÁS DE LA PUERTA es un excelente film sobre los horrores
cotidianos, las tragedias que engendra el ser humano cuando se deja llevar por
los instintos primarios y desconecta todos los mecanismos de alerta. Coimbra acierta
con esa cámara impenitente siempre encima de los personajes dotando a la acción
de una pegajosa sensación de fisicidad y constante agobio. Resulta asombroso
que un debutante demuestre tanta pericia a la hora de situar la cámara,
logrando sutiles travellings, encuadres con gran relieve y sentido y unos
primeros planos que captan de forma tangible, la tensión, la emoción, el deseo
y el tormento.
Así, la purulenta verdad se va deslizando
como una procesión de gusanos por las entrañas de unos personajes que sienten
el escalofrío de su terrible naturaleza, sin por ello utilizar recursos
morbosos que hubieran restado verosimilitud a la trama. El buscado tono naturalista
es el elemento que infunde una dimensión escalofriante a la historia y confiere
una pátina malsana al hilo argumental que se va tejiendo alrededor de un triángulo amoroso del sobresale Leandra Leal dando oxígeno a Rosa, una mujer
despechada, temeraria, perturbada y tan ciega de venganza que es incapaz de
calibrar sus acciones porque piensa que la más atroz no superará nunca su
dolor.
Hacía tiempo
que el cine no nos regalaba tan elaborados, extensos e intensos flash backs, y
si bien no encuentro grandes hallazgos en las líneas de diálogos que forjan las
razones ocultas, las motivaciones y las vulgares vidas de los personajes (Rosa no parece tener oficio ni beneficio más allá de dar algún paseo por si
caza alguna presa), el espectador centrará su atención en una escena que va a
determinar el derrumbe mental de Rosa y su fatal desequilibrio, una de las
grandes secuencias de la función rodada con garra y calculada frialdad y que
tiene lugar tras hacerle saber a Bernardo que está embarazada y desea tener el
bebé. Un suceso que dejará a Rosa tocada y dispuesta para romper la cancela que
mantiene presos a los demonios en su interior.
Montada sobre una sólida estructura
narrativa, una espléndida puesta en escena y un sobrio aspecto formal, EL LOBO DETRÁS DE LA PUERTA es un film
deslumbrante en su apartado técnico que pone en el escaparate a un novel y
audaz cineasta que juega con las dotes detectivescas del espectador mediante
tenues pistas, sensibles cambios de iluminación y, sobre todo, la doblez de los
personajes, apartado que deja entrever que es un hábil director de actores. La resolución
del enigma, consecuente aunque pueda parecer atropellada, ilumina los más sórdidos
pasadizos del alma humana, su ardor por las soluciones extremas, su innata
voluntad manipuladora y depredadora. Los ruidos de la vida acompañan ese último
y espeluznante acto en un descampado para fundir las cenizas de la pasión y de
la muerte.
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