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lunes, 14 de julio de 2014

LA PELÍCULA QUE MARCÓ A TODA UNA GENERACIÓN


AMERICAN HISTORY X
Drama - USA, 1998 - 118 Minutos.
DIRECTOR: TONY KAYE.
INTÉRPRETES: EDWARD NORTON, EDWARD FURLONG, FAIRUZA BALK, STACY KEACH, ELLIOTT GOULD, BEVERLY D´ANGELO.


  Tony Kaye no ha dejado escapar la ocasión para plasmar el hecho, constatando que salvo en contadísimas excepciones -y a pesar de lo que nos cuenta Antonio Salas en su “Diario de un Skin”, una experiencia válida pero bastante localista- el germen de la violencia, la desesperación y la sinrazón, enraíza con vigor en el humus que se crea intrínsecamente entre las clases más desprotegidas y excluidas. Lo que AMERICAN HISTORY X nos cuenta, con notable realismo, es la historia de Derek Veinyard (Edward Norton) líder callejero de un grupo neonazi, y su hermano Danny (Edward Furlong). Derek asesina brutalmente a un pandillero negro cuando intentaba  robarle el coche. Detenido y juzgado es enviado a prisión, y es allí donde tiene lugar su transformación, mortificado ante los sufrimientos del sistema carcelario y su amistad con un joven presidiario negro. Ahora, toda su preocupación se centra en salir de la cárcel cuanto antes y evitar que su hermano Danny , para quien es un ídolo y que sigue sus mismos pasos, acabe como él.

   Es esta una historia americana dolorosa, incómoda y polémica, película de grandes interpretaciones que reúne, seguramente, a los dos mejores actores jóvenes de aquel momento y unos estupendos secundarios, con un fenomenal Stacy Keach en el papel de pérfido ideólogo que sabe tocar las fibras de unos jóvenes desorientados y desencantados, ya de por sí predispuestos en un medio caótico de competitividad y conflictos raciales, y que cuenta con varias escenas impactantes -la de la patada en la cabeza es de las de taparse los ojos- , una majestuosa estética, un armónico empleo del color y el blanco y negro, además de una perfecta utilización del flash-back. Tony Kaye, un director proveniente del campo de la publicidad - algo que se nota en los cuidados primeros planos y en los múltiples punteos sobre detalles visuales- consigue expresar un contundente alegato contra el fascismo suburbial y doméstico, reflejado en las dos escenas de comidas hogareñas, donde queda demostrado que la influencia cáustica de un padre hipermachista, fanfarrón y lleno de prejuicios puede ir pervirtiendo la débil personalidad de unos, lógicamente, inmaduros adolescentes. 
                                   

      Es también, una vez más, una crónica sobre el castigo y al expiación, sobre la bondad de la naturaleza humana para transformarse, para soportar la condena y llevar a cabo la redención. El discurso racista que brota del argumento del film, es el mismo razonamiento primitivo que late entroncado en la sociedad americana, y que como las nieves de Minnesota se repite desde hace doscientos años. Nada nuevo, pues, bajo el sol, un discurso tan plano y simplista que nos cuesta trabajo creer -a pesar de la excusa de la muerte del padre, un bombero que falleció en un incendio provocado por negros- que haya podido arraigar en un muchacho de gran inteligencia, cualidad que se enfatiza. El fracaso de estos jóvenes es el fracaso y la derrota de todos nosotros. Tras el purgatorio en la cárcel del protagonista -inmenso Edward Norton, que se merecía más que nadie el Oscar- el trágico final de su hermano encarna un motivo de alerta para todos los adoradores de becerros de oro, y para todos aquellos que siembran tormentas y dejan que otros -los más débiles, los de siempre- recojan las tempestades más negras.  

                         

4 comentarios:

  1. Me parece un film sobrevalorado. Su discurso es simplista y la transformación del protagonista en la cárcel poco creíble. Se salva la excelente interpretación de Edward Norton. Un abrazo.

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  2. Respeto tu opinión, Ricard, pero no la comparto. El film tiene nervio y lanza un mensaje demoledor, las interpretaciones, hasta en los más insignificantes extras, son realmente de altura (Edward Norton se merecía el Oscar), tiene una potente carga emocional, la fotografía en blanco y negro es deslumbrante y los flash backs están perfectamente medidos. Lo cierto es que se ha convertido en una película de referencia para un amplio sector de público perteneciente a una determinada generación. Eso sí, Tony Kaye tiene un film superior, una obra maestra protagonizada por Adrien Brody titulada "El Profesor" (Detachment), puedes encontrar mi crítica aquí.

    Un abrazo

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  3. Estimado Pedro: tanto si se trata de una película que marcó a un generación como si está sobrevalorada, no lo sé; leo poca crítica de cine y mucho menos ensayos sociológicos. La actuación de E. Norton es soberbia. ¿Ha hecho este actor alguna película mala? yo al menos no la he visto (¡ay! otra vez la Marvel! se me olvidaba, cuanto daño esta haciendo en las carreras de los actores estas historietas pensadas para entretener a los preadolescentes estadounidenses de los años 60 y 70 y que ahora hacen las delicias en las salas de cine de la sociedad adulta del mundo occidental,¡cuánto hemos avanzado!) . La historia es simple el aprendizaje a través de la imitación, conductas propias de la mayoria de los animales incluidos la raza humana desde el principio de los tiempos. Otra cosa es como se cuente y que excusas (o Macguffin, más apropiado para este blog)ponemos para tratarlo. A mí la película me gustó mucho, casí tanto como otra, por lo de paralelismos que encuentro: aprendizaje como imitación de conducta, sobrevalorada en su tiempo, y que marcó a una generación (al menos de actores) y curioso también en blanco y negro; efectivamente "La ley de la calle". Estoy de acuerdo contigo (o con vosotros) lo mejor es la interpretación de E. Norton. No sé porque, quizá esté equivocado, pero después de la loa que hiciste en tu última entrada (de cine) a Tom Hardy, parece como si te sintieras en deuda con Norton y que fuera de justicia que lo trajeses a tu blog a través de esta película, seguramente son divagaciones mías. Por esa época protagonizó junto a B. Pitt "El club de la lucha" una película posiblemente más imperfecta desde el punto de vista técnico, cinematogáfico, pero que a mi me sedujo más. Bueno ya se sabe para gustos: los colores.
    Un fuerte abrazo amigo.

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  4. Yo tampoco, querido Pascasio, leo mucha crítica de cine, bastante tengo con escribirlas, hace poco me comentaba el director del semanario comarcal que me había publicado ya 1.025 críticas en ese medio, más otros centenares que sólo se han comentado aquí y otras que componen libros inéditos. Lo de película de referencia viene por una encuesta que se realizó a bloggers menores de 40 años en diferentes países y todos la citaban junto con "Drive".

    Edward Norton, Ryan Gosling, Christian Bale... son todos magníficos actores, pero ya tienen a mucha gente que les alaban. Tom Hardy sólo me tiene a mí y a los directores con los que ha trabajado. Y, sí, le considero superior a esos que he citado y a otros de su misma generación, sólo te recomendaré un par de películas para que te hagas una idea de sus recursos y registros: "Warrior" (2011) de Gavin O´Connor y "Sin Ley" (2012) de John Hillcoat, además claro está de la comentada "Locke" (2013) de Steven Knight. Estoy seguro que después de disfrutar de esas lecciones interpretativas también para ti será, a partir de ahora, un nombre a tener en cuenta. A veces, el que te guste más un actor no sólo tiene que ver con la identificación emocional de sus personajes, también con la manera de majarse lejos de platós y las bambalinas.

    Claro, "La ley de la calle" está entre mis películas favoritas, de hecho está metida en este blog así desde hace tiempo (búscala arriba, en el buscador de la lupa en el margen izquierdo del blog) y es la película que más veces he visto de Coppola. Lo que pasa es que no encuentro demasiadas semejanzas con "American History X", salvo que, como apuntas, pueda ser considerada una película generacional de actores, aunque eso es más cierto en el film del italoamericano que en el relato de Tony Kaye, ya que los actores de su film eran ya bastante conocidos y en el caso de Furlong ha tenido una carrera fugaz y borrascosa. La película de Coppola es superior.

    "El Club de la Lucha" de David Fincher me gusta mucho, se estrenó un año después que esta película, sin embargo es una cinta muy despreciada por cierta crítica aquí en nuestro país (supongo que también fuera), yo creo que es de lo mejor que ha escrito Chuck Palahniuk, que junto con Douglas Coupland y Bret Easton Ellis formaron la santísima trinidad de aquella publicitada ola literaria llamada "Generación X" .

    Un abrazo fuerte también para ti, seguiremos en contacto.

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