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miércoles, 9 de julio de 2014

CRÍTICA DE: "LOCKE"

Brutal tour de force interpretativo de mi actor favorito
LOCKE êêêê
DIRECTOR: STEVEN KNIGHT.
INTÉRPRETES: TOM HARDY. VOCES DE: OLIVIA COLMAN, ANDREW SCOTT, BEN DANIELS, TOM HOLLAND.
GÉNERO: THRILLER / REINO UNIDO / 2013  DURACIÓN: 85 MINUTOS.   


     El actor británico Tom Hardy (Hammersmith, 1977) es para este cronista el actor del momento. Con una filmografía de más de 25 películas que incluye títulos tan atractivos Origen, El Topo, El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace, Sin Ley, y a la espera de que se entrene la cuarta entrega de Mad Max, el biopic gangsteril dirigido por Brian Helgeland Leyend y el film en clave musical Rocketeman, que se centra en la vida de Elton John, Hardy sigue siendo un intérprete desconocido para el gran público. Casi nada. Pero una cosa es el gran público y otra el aficionado cinéfilo, para el que sería imperdonable haberse perdido la ascendente carrera de este magnífico y sobrio actor, capaz de modular registros interpretativos al alcance de muy pocos.
      
  Lo que no esperaba es que Steven Knight (Birmingham, 1959, el firmante de la olvidable Redención (2013), un film protagonizado por ¡Jason Statham! sobre un soldado de las Fuerzas Especiales, vagabundo y atormentado por un trágico pasado y que acaba convirtiéndose en un ángel vengador, nos regalara esta joya de carácter minimalista cuya trama nos presenta a Ivan Locke (Tom Hardy), un eficaz jefe de obra que ha trabajado duro para conseguir una buena vida y que está a punto de realizar el trabajo soñado: un edificio de 55 pisos que se levantará imponente tocando las estrellas. Sin embargo, un día, inesperadamente, recibe una llamada que trastoca todo su mundo. Desde ese momento, se enfrascará en una peligrosa huída contrarreloj.


   Lo que sí tenía sobradamente demostrado Steven Knight es su calidad como prestigioso guionista, suyo es, por ejemplo, el sólido libreto de Promesas del Este (David Cronenberg, 2007), algo que se nota en la perfecta estructura del guión de LOCKE, obligando a Ton Hardy a un tour de forcé interpretativo que marca un punto de inflexión en su carrera: los 85 minutos de metraje se los pasa sentado al volante de su flamante y lujoso BMW X5 como único protagonista físico de la función, comunicándose únicamente a través del teléfono del vehículo y con un montaje que hace que la acción se desarrolle en tiempo real. Tom Hardy da oxígeno a un hombre bajo presión en una labor actoral magistral que se eleva como un perfecto estudio psicológico de un personaje honesto que a medida que avanza hacia su destino, y a pesar del dolor,  irá perdiendo todo aquello por lo que ha luchado durante toda su vida: su familia, su hogar, su trabajo. Todo ello lo dará por amortizado si finalmente encuentra la ansiada redención.


        Locke sólo ha cometido un error en su vida, pero ese fallo le martiriza y no deja su conciencia en paz, está dispuesto a enmendar ese error cueste lo que cueste en un ejercicio de expiación que dice mucho de su integridad pero que va a tener una incidencia muy negativa sobre su estable y confortable existencia. Trama y ambientación se circunscriben al interior del vehículo, y Knight juega con el limitado habitáculo con descriptivos primeros planos e imágenes nocturnas de las carreteras de Londres y sus reflejos luminosos. Por extraño que parezca, la premisa argumental da mucho más juego de lo esperado, a lo que ayuda las dinámicas conversaciones y las reflexiones de Locke, que en determinados momentos se derrumba y llora haciendo tangible la congoja y la carga emocional, sometido, a medida que avanza en su viaje, a un insufrible estrés y una inabarcable soledad. Locke no es sólo una persona modélica a la que no le gusta mentir (de ahí su inquietud y mala conciencia), toma decisiones pensadas y está dispuesto a partir de cero si con ello logra la liberación de su alma, algo que sirve para lanzar reproches a la figura invisible de su padre, en quien descarga su ira y que actúa de foco distorsionado de un pasado borrascoso. Locke es un tipo incorruptible, actúa de manera justa, pero es posible que su intachable proceder no sea comprendido por todo el mundo. Un film bello, sentido, profundo y de gran equilibrio emocional que encumbra a un actor como la copa de un pino.

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