Acabo de
visionar esta fallida película francesa dirigida por los hermanos Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu,
y eso que el potencial del elenco prometía y daba para mucho más, c'est la vie:
EL
AMOR ES UN CRIMEN PERFECTO nos narra una historia que transcurre en una
región nevada de montañas y lagos en algún lugar entre Suiza y Francia: Marc (Mathieu Amalric) es un maduro
profesor de literatura en la Universidad de Lausanne. Tiene un idilio detrás de
otro con sus estudiantes. Está soltero y vive con su hermana Marianne (Karin Viard). El invierno
casi ha terminado cuando una de sus más brillantes alumnas, Bárbara (Marion Duval) desaparece. Dos días
más tarde, conoce a Anna (Maïwenn)
que se presenta como la madrastra de Bárbara y quiere saber más acerca de su
hija.
El film chirría en su mezcla de géneros
que se nos antoja muy artificiosa, como lo es también el buscado tono
chabroliano de una función que está muy condicionada (iba a escribir penetrada)
por el majestuoso paisaje, para este cronista, el personaje más atractivo del
film junto con la galería de preciosas actrices que van desfilando a lo largo
de todo el metraje, y que se imponen como lo más sugerente de un relato que
fusiona sin tino el polar francés y la comedia negra. Tampoco Mathieu Amalric
luce especialmente en esta adaptación de la novela “Incidences” de Philippe
Djian, aunque su personaje consigue vagamente sostener el interés del
espectador gracias a su ambigüedad (pendientes de su culpabilidad o inocencia),
ya que se ve afectado por una sospechosa memoria selectiva.
Queda apuntado,
la gélida atmósfera y el trío de espectaculares féminas: la jovencita que acosa
al profesor (Sara Forestier, las
fotos de la piscina); la joven desaparecida (Marion Duval, la chica “sin tetas”); y la policía que investiga
(la exótica Maïwenn, el cuerpo en la
penumbra), son los mayores estímulos de un film demasiado afrancesado y que
evoluciona embelesado por la belleza del entorno y de las mujeres que lo
transitan.
Quedan claros los alicientes de la película.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, amigo, Ricard, c'est l'amour. Bueno, y los instintos primarios que, no jodamos, viene a ser lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.