(LE PACTE DES LOUPS)
Aventura Fantástica - Francia,
2001 - 142 Minutos.
DIRECTOR: CHRISTOPHE GANS.
INTÉRPRETES: SAMUEL LE BIHAN, MARK DACASCOS,
VINCENT CASSEL, ÉMILIE DEQUENNE, MONICA BELUCCI, JÉRÉMIE RÉNIER.
Dentro del nuevo cine francés, Chistophe
Gans, cinéfilo confeso y fundador de la revista especializada Starfix,
es uno de sus cachorros más mimados. Debuta con el largometraje Crying
Freeman (1995) que adapta un célebre manga japonés sobre yacuzas
protagonizado por Mark Dacascos. Anteriormente había realizado uno de los
episodios de Necronomicon (1993) film que con una estructura dividida en
tres capítulos recreaba un horror sobrenatural a partir de la obra de H. P.
Lovecraft. Perteneciente a una nueva generación de jóvenes directores franceses
(Besson, Kassovitz, Kounen, Pitof) que alguien bautizó como Generación
Terminator, y que suponen, en su conjunto, una esperanzadora inyección de savia
nueva. Amantes, casi todos ellos, de la acción anfetamínica, las emociones
fuertes, los cómics, el humor ácido y referentes claramente marginales.
El pacto de los lobos está inspirada
en los sucesos acaecidos durante el reinado de Luis XV y que dieron lugar a la
leyenda de la bestia de Gévaudan. Situados ya en la Francia del siglo XVIII, un
cuarto de siglo antes de la Revolución Francesa, unos brutales crímenes
sacudieron la región francesa de Gévaudan, que la imaginería popular atribuye a
una criatura diabólica. Un naturalista, Grégoire de Fonsac (Samuel Le Bihan) es
enviado por el monarca, junto con su hermano de sangre, Mani (Mark Dacascos) un
indio canadiense, para investigar el caso. Tras quedarse colgado con la hija
del señor de aquellas tierras (en realidad, el marqués de Apcher) y cuando está
a punto de descubrir el misterio de la bestia que despedaza campesinas, el rey
le aparta de la investigación
No comparto la inquina o animadversión que
muchos críticos o cronistas españoles demuestran hacia casi todo lo nuevo que
nos llega firmado por los jóvenes componentes de la citada generación francesa,
será chauvinismo, un síndrome o una fijación, pero lo cierto es que el
desprecio colectivo se repite casi obsesivamente. En mi opinión personal (puro pleonasmo) el
actual panorama cinematográfico francés es, con diferencia el más interesante y
prometedor de Europa, y películas como Ocurrió cerca de su casa (1992), La
Reina Margot (1993), El profesional (1994), El odio
(1995), Dobermann (1997), El quinto elemento (1997), Fóllame (2000),
Los ríos de color púrpura (2001), Vidoq (2001), Irreversible
(2002) han encontrado acomodo en mi, por otra parte atestada dvdteca -¡vaya palabro!-
, lo dice alguien que nada tiene que agradecer a Francia ni a los
franceses -salvo su incuestionable
aportación cultural- pero, para ser
sinceros, tampoco arrastro ningún trauma. La leyenda medieval sobre la región
rural atemorizada por una criatura extraordinariamente asesina inspiró también
la erótica La Bestia (Valerian Borowczyk, 1975), carnal -y
brutal- revisitación del mito de la bella y la bestia que obtuvo un importante
éxito comercial. No obstante, sobre la historia hay que decir que todos los
personajes existieron menos el indio Mani, la leyenda nunca se aclaró y los
últimos rastros de animales degollados datan de 1973, convirtiendo al monstruo
que también existió -y que en el film de Gans aparece como una especie de
enorme y aterrador ¿león?, ¿oso?, ¿lobo?, cubierto por una imponente coraza- en
el escalofriante icono de una arraigada mitología. Sobre la causa de tan
espeluznantes degüellos -más de 100 personas fueron atacadas y devoradas por
tan enigmático animal- los lugareños lo
atribuyen a la cólera divina, o al yeti, o al hombre lobo.
El pacto de los
lobos es una aventura épica y algo esquizoide que aúna la lucha de artes
marciales y la tecnología digital, en la que se apunta una clara referencia a
Sergio Leone y sus spaghettis-western, y, cómo no, del calculado
esteticismo de John Woo y sus incalculables émulos. La lógica nos incita a
pensar que la génesis de aquella espiral de horror y muerte no nació de un modo
casual, moviendo los hilos, todo un avieso lobby de aristócratas,
terratenientes y señores nobles de la más diversa calaña que, interesados en
mantener sus dominios y privilegios feudales, hacían uso del terror y la
opresión como mejor arma para alcanzar sus bastardos y siniestros fines. Imagen
lúdica y estremecedora de ese terror representada por Jean-François de
Morangias (Vincent Cassel), pérfido y satánico personaje con maña en el arte de
la magia y la brujería, al cual nos imaginamos como oficiante, e incluso
maestro de ceremonias, en el diabólico pacto sellado en la franja frondosa de
los bosques de la región de Lozére.
A Christophe Gans le hemos de reconocer un
estilo propio, su abanico de influencias -que además de las arriba citadas bebe
también de los cómics y los vídeo-juegos-
nos hace percibir un ser mitómano e iconoclasta, que navega lejos de la
sobria tradición y los arquetipos clásicos del cine francés. Le pacte des
loups se me antoja como un entretenido cocktail abundante en
personajes estereotipados, situaciones extremas y de un claro afán rupturista.
El gusto por el vértigo, el ritmo perfectamente medido, los impresionantes
monstruos infográficos (con secuencias que pasarán a los anales del cine
fantástico por su colosal belleza; esa en la que la bestia acude a la llamada
de su amo y que se apoya en una soberbia luz a cargo de Dan Lausten) el impacto
visual acompañado de un brillante diseño, convierten este film, a pesar de su
tremendismo delirante, en un fascinante viaje por los ritos, los miedos y la
leyenda de un tiempo irrepetible. Es, sin lugar a dudas, la última gran obra
maestra del cine fantástico de aventuras.
La recuerdo como un tanto irregular pero muy impactante a nivel visual. Saludos.
ResponderEliminarYa sabes, amigo ricard, que los gustos son como el culo: todos tenemos uno. Déjame decirte que para mí es una de las últimas obras maestras del fantástico, en los posteriores años nadie me ha presentado una película superior a ésta dentro de ese género, ninguna me ha regalado postales tan absolutamente hipnóticas. Podría ver una copia muda de este film y me seguiría pareciendo igual de magnética.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Pedro. A mí sí me gusta esta película. Tiene grandes momentos como la primera escena, que creo que Valenti o Salas asemejó a "Tiburón", el magnetismo de Cassel, la tremenda Bellucci y el enfrentamiento final, con un punto de paganismo ritual contra la Razón que me resulta muy actual. En fin, un abrazo.
ResponderEliminarCreo, amigo José, que sólo Jesús Palacios es más fan de esta película que yo. Si, realmente esa escena te atrapa y prepara para el resto del metraje. Como digo, una deslumbrante fotografía en la que se apoya Gans para lograr momentos inolvidables como esa de la llamada del amo a la bestia o la escena de la irrupción de ésta en la cabaña. Tras la separación de Cassel y Mónica Belucci yo lo que espero es que el vampiro no la haya vaciado.
ResponderEliminarUn abrazo
Una de mis favoritas, sobre todo porque aparte de lo visual que es grandiosa en ese sentido, y que conjuga muy bien el suspense con la acción (el primer intento de caza es genial) y los momentos más teatrales (véase esa cena con poeta incluído) se atreve a trazar un guión en el que entra desde la Revolución Francesa y el ahorcamiento de señores feudales (ese prólogo y epílogo) con un trasfondo de filosofía vs iglesia (razón vs misticismo cristiano personificados en un libro y una bestia) mezclado todo con artes marciales, personajes carismáticos y una fotografía magistral. A ver qué tal le ha quedado a Gans la nueva versión de "La Bella y la Bestia".
ResponderEliminarUn abrazo!
De acuerdo contigo: un guión compacto, grandes interpretaciones, metáforas políticas, excelente luz, pulso en la dirección, fantástica ambientación y unos escenarios naturales deslumbrantes. Lo mejor es que la peli está siendo reivindicada por las nuevas generaciones de aficionados, lo que dice mucho del legado cultural y, sobre todo, de cómo el tiempo pone en su lugar a la obra, a su autor, y a quienes en su momento mostraron su indiferencia o la denostaron.
EliminarUn abrazo