La actriz y
cantante MILEY CYRUS nació el 23 de
noviembre de 1992 en Nashville (Tennessee) y es conocida mundialmente por su
papel de Miley Stewart en la serie
original de Disney “Hannah Montana”. En realidad, fue inscrita con el nombre de
Destiny Hope (Destino Esperanza) porque sus padres creyeron que llevaría la
esperanza a toda la gente.
Esta bobada de resonancias pseudohippie,
típica de algunas generaciones de norteamericanos colgados, sólo se ha
traducido en un retahíla de ceros en la cuenta corriente de su familia, pues en
2007 fue la actriz juvenil mejor pagada con 25 millones de dólares. No la
recuerdo en el pequeño papel que interpretó en el film de Tim Burton Big
Fish, en el que quedaba acreditada con el nombre de Destiny Cyrus.
Desde entonces ha protagonizado varias
películas intrascendentes: High School Music 2, Hannah
Montana The Movie, La Última
Canción, Sex and City 2, LOL y So Undercover. Se
comprometió sentimentalmente con el actor teen Liam Hemsworth, aunque este
mismo mes decidieron romper un compromiso que duraba desde mayo de 2012.
Ha causado impacto su actuación para
los MTV Video Music Awards junto a Robin
Thicke, en donde Miley se descolgó contoneando el culo y rozando los
genitales de Robin, una actuación que lleva implícita una carga de excitación y provocación. Su transgresión
comercial no acaba ahí, pues con su vídeo Wrecking
Ball, en donde aparece desnuda, acaba de arrebatar el récord de visitas en
Vevo a One Direction, con 19,3 millones de visitas en 24 horas. Rob Sheffiel,
crítico de Rolling Stone, comentó en 2010 que Cyrus “tras cuatro años de
carrera está, como otros ídolos
juveniles antes que ella, consiguiendo mal humor por su imagen”. No sé qué coño
quiere decir pero me importa un carajo, desde luego a mi Miley no me gusta para
que me cante sino para hacer otras cosas.
A
ver, cielo, no sé cómo llamarte: ¿Destiny Hope Cyrus? ¿Miley Cyrus? ¿Destiny Cyrus?
¿Miley Ray Cyrus? Joder, qué manía tenéis en tu país con los dichosos cambios
de nombres, te llamaré Miley, sobrenombre que según me dicen proviene de
“Smiley”, porque sonreías mucho cuando eras pequeña, sonrisa que ni el amargo
acoso escolar que sufriste en la escuela logró borrar. Te quería contar, Miley,
que el motivo de que aparezcas en este rincón no es que yo, que hasta ayer ni
te conocía, sea un declarado fan tuyo, la razón es lo mucho que me recuerdas a
una amiguita de mi adolescencia con la que jugaba mientras mamá cantaba viejas
canciones de traición, desamor y venganza. Éramos tan torpes y pobres.
Jugábamos con un aro y un trineo roto. Mi amiguita llevaba trenzas y le
asustaban los ojos de las muñecas. Recuerdo que un día papá se fue sin darme un
beso en la frente y no regresó. Ahora los besos de mamá me llaman llorando. Aún
puedo sentir los fríos dedos de mi amiguita secando mis lágrimas.
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