Páginas

jueves, 22 de agosto de 2013

CRÍTICA DE "EL LLANERO SOLITARIO"


Una larga e insufrible tontería
EL LLANERO SOLITARIO ê
DIRECTOR: GORE VERBINSKI.
INTÉRPRETES: ARMIE HAMMER, JOHNNY DEPP, TOM WILKINSON, WILLIAM FICHTNER, RUTH WILSON, ELENA BONHAM CARTER.
GÉNERO: AVENTURAS / EE. UU. / 2013  DURACIÓN: 149 MINUTOS.   

    Mucho tiempo ha pasado desde que la figura de El Llanero Solitario fuera creada para la radio por la inspiración de George W. Trandle y posteriormente desarrollada por el novelista Fran Striker. Fue exactamente en 1933 cuando irrumpió ese Ranger enmascarado del viejo Oeste que con su uniforme azul galopa sin cesar a lomos de su caballo blanco Silver/Plata para impartir justicia acompañado de su sagaz y lacónico compañero, el indio comanche Tonto (nombre original que en algunos países  se cambió por el de Toro por considerarlo peyorativo). Después de míticas series televisivas, cómics y alguna que otra película olvidable dedicada al personaje, la exitosa pareja de la saga Piratas del Caribe, es decir, el director, Gore Verbinski, y el protagonista, Johnny Depp, intentan repetir la fórmula sacudiendo el polvo a unos personajes octogenarios con la intención de crear una franquicia a partir de esta primera entrega que no es otra cosa que una larga retahíla de sandeces.   


      En 1933, en un museo de San Francisco, un niño escucha por la radio las aventuras de El Llanero solitario, por lo que se acerca al diorama que tiene por atracción un indio muy  anciano. Para su sorpresa, el piel roja está vivo y reconoce en él a Tonto (Johnny Depp), el compañero de aventuras del Llanero. Pronto el guerrero espiritual nativo le contará las historias que convirtieron a John Reid/El Llanero Solitario (Armie Hammer) en un hombre de ley y una leyenda para la justicia.


       Peligrosas aventuras como cuando El Llanero, junto a un grupo de Rangers de Texas, persiguen a una banda de forajidos liderada por el despreciable villano Burt Cavendish (William Fichtner). La banda monta entonces una emboscada en la que aparentemente no quedan supervivientes, pero gracias a la ayuda de Tonto un Ranger sobrevive, será el momento de que se ponga una máscara, y montando su caballo blanco Silver, intentará, junto a su nuevo amigo, que se imponga la justicia y que caiga todo el peso de la ley sobre los forajidos.


      Sangre, sudor y lágrimas (sobre todo esto último) les costará a los responsables de esta tontería que ha costado 250 millones de dólares recuperar lo invertido. Y todo ¿para qué?, más allá de la belleza expositiva de unos majestuosos escenarios naturales, uno se muestra incapaz de comprender –y mucho menos asimilar- lo que Verbinski ha querido hacer con esta aburrida adaptación en la que se adivina una estúpida traslación de las constantes que “tan bien” funcionaron en la saga Piratas del Caribe, adaptando su estrambótica acción a los rituales y códigos del salvaje Oeste


     Como a este cronista tampoco le emocionó nunca la popular y estrafalaria saga y tampoco estoy para perder el tiempo con chorradas de este tipo, que sin ningún aspecto reseñable sólo existe para hacer caja, tendré muy en cuenta su más que presumible batacazo comercial (el fracaso crítico es ya una realidad) mientras me tomo un Daikiri y le doy unas caladitas a un Montecristo… A ver si estos niñatos se dejan de engañabobos y por la décima parte de lo que ha costado este pestiño se proponen hacer un cine más serio.


      No se puede ser más torpe, el inerme de Verbinski (un tipo al que sólo le reconozco una cinta medianamente aceptable, El hombre del tiempo, 2005) ha tenido la feliz idea de contar con el concurso de un actor tan cara de palo, inexpresivo y mediocre como Armie Hammer para dar oxígeno a un personaje de leyenda en el imaginario colectivo, situándole al lado de un Johnny Depp desatado en su exacerbado histrionismo y que no me logra arrancar ni media sonrisa forzada.


       EL LLANERO SOLITARIO desprende un tufo comercial despreciable en su descarada maniobra, una película fallida y atonal con un guión horroroso que se mueve a medio camino entre la comedia y el cine de acción y aventuras, un espectáculo lamentable que ni sus mismos responsables se toman en serio. Ni hablemos de las secuencias de acción, configuradas con unos efectos digitales que las convierten en algo esperpéntico, y unos flash-backs tan mal montados que desubican constantemente al espectador.


      Hay algo más, la infame función, montada como un nuevo vehículo para el lucimiento de Depp y su insoportable catálogo de muecas, aspavientos y tics, deja totalmente en la sombra al personaje principal, un Llanero sin carisma, torpe y desconcertado. El indio Tonto es el listo, un listo eso sí, imbécil, porque toda la película se traduce en una mala parodia que cabreará mucho a los fans sentimentales de los míticos personajes de ficción, entre los que gracias a Dios no me encuentro. De vergüenza ajena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario