Una larga e insufrible tontería
EL LLANERO SOLITARIO ê
DIRECTOR: GORE VERBINSKI.
INTÉRPRETES: ARMIE HAMMER, JOHNNY DEPP, TOM WILKINSON,
WILLIAM FICHTNER, RUTH WILSON, ELENA BONHAM CARTER.
GÉNERO: AVENTURAS
/ EE. UU. / 2013 DURACIÓN: 149 MINUTOS.
Mucho tiempo ha
pasado desde que la figura de El Llanero
Solitario fuera creada para la radio por la inspiración de George W.
Trandle y posteriormente desarrollada por el novelista Fran Striker. Fue exactamente
en 1933 cuando irrumpió ese Ranger enmascarado del viejo Oeste que con su
uniforme azul galopa sin cesar a lomos de su caballo blanco Silver/Plata para
impartir justicia acompañado de su sagaz y lacónico compañero, el indio
comanche Tonto (nombre original que en algunos países se cambió por el de Toro por considerarlo
peyorativo). Después de míticas series televisivas, cómics y alguna que otra
película olvidable dedicada al personaje, la exitosa pareja de la saga Piratas
del Caribe, es decir, el director, Gore
Verbinski, y el protagonista, Johnny
Depp, intentan repetir la fórmula
sacudiendo el polvo a unos personajes octogenarios con la intención de crear
una franquicia a partir de esta primera entrega que no es otra cosa que una
larga retahíla de sandeces.
En 1933, en un
museo de San Francisco, un niño escucha por la radio las aventuras de El
Llanero solitario, por lo que se acerca al diorama que tiene por atracción un
indio muy anciano. Para su sorpresa, el
piel roja está vivo y reconoce en él a Tonto
(Johnny Depp), el compañero de aventuras del Llanero. Pronto el guerrero
espiritual nativo le contará las historias que convirtieron a John Reid/El Llanero Solitario (Armie Hammer) en un hombre de ley y una leyenda
para la justicia.
Peligrosas aventuras
como cuando El Llanero, junto a un grupo de Rangers de Texas, persiguen a una
banda de forajidos liderada por el despreciable villano Burt Cavendish (William
Fichtner). La banda monta entonces una emboscada en la que aparentemente no
quedan supervivientes, pero gracias a la ayuda de Tonto un Ranger sobrevive,
será el momento de que se ponga una máscara, y montando su caballo blanco
Silver, intentará, junto a su nuevo amigo, que se imponga la justicia y que
caiga todo el peso de la ley sobre los forajidos.
Sangre, sudor y
lágrimas (sobre todo esto último) les costará a los responsables de esta
tontería que ha costado 250 millones de dólares recuperar lo invertido. Y todo ¿para
qué?, más allá de la belleza expositiva de unos majestuosos escenarios
naturales, uno se muestra incapaz de comprender –y mucho menos asimilar- lo que
Verbinski ha querido hacer con esta aburrida adaptación en la que se adivina
una estúpida traslación de las constantes que “tan bien” funcionaron en la saga
Piratas
del Caribe, adaptando su estrambótica acción a los rituales y códigos
del salvaje Oeste
Como a este
cronista tampoco le emocionó nunca la popular y estrafalaria saga y tampoco
estoy para perder el tiempo con chorradas de este tipo, que sin ningún aspecto
reseñable sólo existe para hacer caja, tendré muy en cuenta su más que
presumible batacazo comercial (el fracaso crítico es ya una realidad) mientras
me tomo un Daikiri y le doy unas caladitas a un Montecristo… A ver si estos
niñatos se dejan de engañabobos y por la décima parte de lo que ha costado este
pestiño se proponen hacer un cine más serio.
No se puede ser más torpe, el inerme de
Verbinski (un tipo al que sólo le reconozco una cinta medianamente aceptable, El hombre del tiempo, 2005) ha tenido la
feliz idea de contar con el concurso de un actor tan cara de palo, inexpresivo
y mediocre como Armie Hammer para dar oxígeno a un personaje de leyenda en el
imaginario colectivo, situándole al lado de un Johnny Depp desatado en su
exacerbado histrionismo y que no me logra arrancar ni media sonrisa forzada.
EL
LLANERO SOLITARIO desprende un tufo comercial despreciable en su
descarada maniobra, una película fallida y atonal con un guión horroroso que se
mueve a medio camino entre la comedia y el cine de acción y aventuras, un
espectáculo lamentable que ni sus mismos responsables se toman en serio. Ni hablemos
de las secuencias de acción, configuradas con unos efectos digitales que las
convierten en algo esperpéntico, y unos flash-backs tan mal montados que
desubican constantemente al espectador.
Hay algo más, la infame función, montada
como un nuevo vehículo para el lucimiento de Depp y su insoportable catálogo de
muecas, aspavientos y tics, deja totalmente en la sombra al personaje
principal, un Llanero sin carisma, torpe y desconcertado. El indio Tonto es el
listo, un listo eso sí, imbécil, porque toda la película se traduce en una mala
parodia que cabreará mucho a los fans sentimentales de los míticos personajes
de ficción, entre los que gracias a Dios no me encuentro. De vergüenza ajena.
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