La semilla de las flores del Mal
STOKER êêêê
DIRECTOR: PARK CHAN-WOOK.
INTÉRPRETES: MIA WASIKOWSKA, MATTHEW GODE, NICOLE KIDMAN,
DERMOT MULRONEY.
GÉNERO: THRILLER
/ EE. UU. / 2013 DURACIÓN: 110 MINUTOS.
Conocimos al
realizador surcoreano por su potente film de culto Old Boy (2003) una obra
maestra sin concesiones que nos narra una demoledora historia sobre la
violencia, la venganza y la culpa. El prestigioso cineasta irrumpe ahora en
Hollywood adaptando un interesante guión del británico Wentworth Miller (actor protagonista
de la serie televisiva Prison Break), y aunque el texto se ve necesitado de un
mayor dibujo de los personajes, tiene la virtud de crear una tensión in
crescendo que se hace abrumadora a medida que va avanzando el metraje, y que de
manera muy sugerente nos muestra la evolución de las raíces del Mal hasta
agrietar los cimientos.
STOKER
nos narra cómo la vida de India (Mia
Wasikowska) se hace mil pedazos cuando el día de su 18 cumpleaños su padre, Richard Stoker (Dermot Mulroney) muere
en un extraño y trágico accidente. Pese al doloroso trance, Mia muestra una
actitud impasible que esconde unos sentimientos que sólo su progenitor podía
conocer. El día del funeral de su padre aparece por allí su tío Charlie Stoker (Matthew Gode), que
decide quedarse junto a ella y su emocionalmente inestable madre, Evie (Nicole Kidman). Mia desconfía al
principio de su encantador y misterioso tío, pero poco a poco va quedando fascinada a medida que descubre
lo que tienen en común, y al mismo tiempo que Charlie va desplegando sus
tendencias violentas y manipuladoras, India se obsesiona con su tío y cae en la
cuenta de que su llegada no fue fruto de la casualidad. Con la ayuda de
Charlie, Mia descubrirá el inesperado camino al que está predestinada.
Tomada como un hipnótico ejercicio de estilo
que define la personalidad intransferible de su director, esta rara avis de
inspiración hitchcockiana (es fácil adivinar reminiscencias a La
sombra de una duda) aborda el tema de la psicopatía de una manera tan sensorial
como original, enfatizando los sonidos, los aromas, la sensualidad, la
gestualidad, las miradas y los objetos con planos detalles absolutamente
estimulantes y unos sutiles movimientos de cámara que sumergen al espectador en
una atmósfera claustrofóbica que toma como epicentro a India (personaje en el
que más fija la atención el director), una adolescente inadaptada, introvertida
y dueña de una soledad inabarcable, que encontrará en el siniestro tío Charlie
el adalid diabólico para su sangriento ritual de iniciación.
Sangre y sexo como evocación freudiana
de Eros y Tánatos, la vida y la muerte, subliminando una estética entre el
gótico y el camp que eleva a poesía visual cada plano, las medidas transiciones
(una cabellera que funde su textura con la hierba de una pradera), los
encuadres y el juego de sombras, luces y colores de una fotografía impecable. STOKER es un magnífico film que se
adentra en el terreno del thriller psicológico buscando el sustrato ideal para
sembrar las semillas de las flores del Mal, que germinarán vigorosas en un
microclima favorable.
Park Chan-wook
logra en su debut hollywoodiense una obra de culto instantáneo sin renegar
nunca de los elementos identitarios que caracterizan su obra: la plasticidad de
la violencia y la morbosidad sexual: la vibrante forma en que Charlie se quita
en cinturón (su arma favorita) que a modo de ofidio se desenrosca de su
cintura; esa escena en que India y Charlie tocan una pieza a piano a cuatro
manos y donde la tensión sexual se puede cortar con un cuchillo; o esa otra en
que India se masturba en la ducha rememorando el terrible crimen que acaba de
perpetrar su tío. Momentos impagables de una sórdida fábula que indaga en los
designios del destino: “Al igual que una flor no puede elegir su color,
nosotros tampoco podemos elegir en qué nos convertimos”, aserto con el que se
abre el film sobre un paisaje bucólico que ha quedado salpicado de un rojo
escarlata.
STOKER
(título que seguramente evoca al autor de Drácula) contiene incontables
imágenes que quedarán grabadas en la retina y la menoría del espectador, una excelente
dirección de actores que hace que los intérpretes se ajusten a la trama como
guantes de cirujano, y entre los que cabe destacar a una Mía Wasikowska capaz
de dotar de todos los matices posibles a un personaje inquietante, casi autista
y en fatal proceso de depravación. Sin olvidarnos del elegante y amenazador
Matthew Gode y una Nicole Kidman que después de mucho tiempo brilla en un
papel. Amante de la lírica y la belleza
agreste que fusiona con inusitado virtuosismo, Park Chan-wook nos presenta una
obra para verdaderos gourmets cinematográficos y mórbidos fetichistas, que nos
hace reflexionar sobre los instintos homicidas como un gen hereditario, un
cáncer para el que serán inútiles todos los tratamientos preventivos.
Hola Pedro: acabo de ver la película y sí que me ha gustado. Yo también pensé en "La sombra de una duda", pero al final me ha parecido más polanskiana que otra cosa. Lo que más me ha gustado es el tratamiento del sonido para hacerte conectar con la sensibilidad de India. ¿De dónde viene realmente esta familia?
ResponderEliminarES UNA INCÓGNITA,REALMENTE CONTIENE IMÁGENES QUE QUEDARÁN POR MUCHO TIEMPO RETENIDAS EN LA RETINA Y LA MEMORIA. CLARO, SUPONGO QUE POLANSKI HABRÁ TENIDO TAMBIÉN SU INFLUENCIA,COMO DAVID LYNCH, PERO MUCHO MÁS HITCHCOCK: EL MÉTODO PARA ASESINAR (ECOS DE FRENESÍ); EL FETICHISMO POR LA ROPA (ECOS DE VÉRTIGO); LA CABINA COMO UNA TRAMPA MORTAL (ECOS DE LOS PÁJAROS), LA ELEGANCIA EN EL VESTUARIO DE TÍO CHARLIE (ECOS DE EXTRAÑOS EN UN TREN). EN FIN, UNA AGRADABLE SORPRESA Y DE LO MEJORCITO EN LO QUE VA DE AÑO. ME ALEGRA QUE TE HAYA GUSTADO, A VER SI VEO ALGO MÁS QUE TE PUEDA RECOMENDAR.
ResponderEliminarUN ABRAZO, SEGUIREMOS EN CONTACTO.
POR CIERTO, EL HERMOSO TEMA QUE SUENA EN LOS TÍTULO FINALES ES DE EMILY WELLS Y SE TITULA "BECOMES THE COLOR"
ResponderEliminarCHAO