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martes, 4 de diciembre de 2012

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "HABLANDO CON LA MUERTE"

HABLANDO CON LA MUERTE (TALK RADIO) êêêê
DIRECTOR: OLIVER STONE.
INTÉRPRETES: ERIC BOGOSIAN, ALEC BALDWIN, ELLEN GREENE, LESLIE HOPE
GÉNERO: DRAMA / EE. UU. / 1988  DURACIÓN: 107 MINUTOS.    
   
     Nacido en la ciudad de Nueva York, Oliver Stone (1947) dejó la universidad de Yale para marchar a Vietnam, en donde trabajó en la enseñanza, país al que regresó dos años más tarde, esta vez como soldado en primera línea de fuego. A su vuelta desempeña diversos oficios, entre ellos el de marino mercante, todo esto antes de matricularse en la escuela de cine de su ciudad, estudios que terminó en 1971. Debuta en el largometraje con Seizure (1974) que resulta un auténtico fracaso, pifia que repetiría años más tarde con La mano (1981), una ridícula historia de terror a la que no salva ni la presencia como protagonista de Michael Caine. Paralelamente alcanza gran prestigio como guionista firmando los libretos de El expreso de medianoche, Conan “El Bárbaro”, El precio del poder y Manhattan Sur. Con Salvador (1985), una historia sobre la convulsa y trágica historia centroamericana que aún hoy se cuenta como una de sus mejores películas, le llega por fin el reconocimiento

      Platoon (1986), con cuatro Oscar de Hollywood, es la primera entrega de la trilogía sobre la Guerra del Vietnam, compuesta además por Nacido el 4 de julio (1989) y El cielo y la tierra (1993). Otras películas de este autor son: Wall Street (1987), con la que Michael Douglas gana el Oscar. The Doors (1990), biopic sobre la legendaria banda liderada por Jim Morrison. J.F.K. Caso abierto (1991), que basada en el informe de fiscal Jim Garrison analiza las claves del magnicidio de John Fitgerald Kennedy, el primer presidente católico de los Estados Unidos. Asesinos Natos (1994), polémico y anfetamínico film sobre una pareja de asesinos. Nixon (1995), relato sobre el político más decisivo de la reciente historia de Norteamérica. Giro al infierno (1997), producción polvorienta y manierista que acoge muy pocas virtudes de su autor y casi todos sus defectos. Un domingo cualquiera (1999), film sobre el mundo del fútbol americano. Comandante (2002), pestilente documental hagiográfico sobre la vomitiva figura de Fidel Castro, “el carnicero de La Habana”. Oliver Stone está casado, tiene tres hijos y actualmente vive en Los Ángeles. De su última película, Salvajes (2012), podéis encontrar la crítica en las páginas de este blog.  

       Sinopsis: Dallas, un programa local de radio, “Charlas en la noche”, se ha convertido en el refugio de toda una variopinta fauna de insomnes y noctámbulos. El espacio radiofónico está conducido por Barry Champlain (Eric Bogosian), un cínico y algo cruel animador que ha conseguido situar en programa en unos altos índices de audiencia, tanto que una compañía está dispuesta a comprarlo para ser emitido a nivel nacional. Barry es una persona voluble, en ocasiones simpático y agradable, pero en otras insultante y odioso, una actitud personal que le está generando gran cantidad de enemigos. Tras recibir múltiples amenazas de organizaciones extremistas y neonazis, los responsables, de la emisora le piden, por su seguridad, que modere el tono de sus manifestaciones, auténticos alegatos antifascistas. Barry, que es de origen judío, no sólo no hace caso, por el contrario, eleva el tono de sus denuncias.
      
      Oliver Stone logra la que es para mí su película más conseguida y la que mejor ha resistido el paso del tiempo, con una reflexión tan trágica como mordaz sobre los peligros que lleva aparejados la libertad de expresión –siempre amenazada- y el carácter poco tolerante del ser humano en general y de algunas organizaciones radicales en particular. Stone, bautizado, no sé si despectivamente, “la conciencia de América, declaró: “fui a Vietnam de derechas y volví de izquierdas”. En realidad, lo que trata de demostrar en este film denunciatorio, es que en su país, camuflado bajo la bandera estrellada de la libertad y la democracia, a poco que levantes la tela aparece una sociedad intransigente, reaccionaria, revestida de salvajismo, brutalidad y racismo sistemático. Barry Champlain llegó a la radio por casualidad, vendía trajes en una tienda cuando un día conoce en ella a un locutor que le propone ser el invitado de uno de sus programas, sus intervenciones en el mismo son inteligentes y llenas de de un corrosivo cinismo, lo que hace que la dirección de la cadena se fije en él y le ofrezca un programa de radio que rápidamente alcanza los primeros puestos del ranking de audiencia. Al personaje, el director neoyorquino no lo retrata de forma angelical, es más, le confiere un matiz ambiguo cercano a la doble moral: lleva una vida caótica, engaña a su mujer más por hacerla daño que porque realmente lo necesite, sale con una chica a la que casi dobla la edad y a la que tampoco ama, y su relación con los demás compañeros de trabajo, lejos de ser afable, es autoritaria e inflexible.

Por otra parte, su fiero verbalismo, sus ácidas soflamas radiofónicas se van haciendo cada vez más flamígeras y provocadoras, esa doble moral, esa hipocresía queda reconocida por Barry en su última alocución de resonancias catárticas antes de ser asesinado. Un monólogo duro e implacable y sobre todo sincero: Deberían colgarme, soy un hipócrita. Pido sinceridad y miento, denuncio un sistema que abrazo, quiero poder, dinero, prestigio, quiero índice de audiencia y éxito, y usted y el mundo me  importan un carajo. Esa es la verdad, podría decir lo siento, pero no quiero ¿por qué debería hacerlo? ¿Quién diablos es usted, ustedes, el público? Sólo sé que me atacan cada noche como una manada de lobos porque no pueden soportar lo que son ni lo que han hecho. Me dan pena, desprecio a todos y cada uno de ustedes, no tienen nada, absolutamente nada, ni cerebro ni poder ni futuro ni esperanza ni Dios. Ustedes sólo creen en mi ¿Qué sería de ustedes si no me tuvieran? Yo no tengo miedo, estoy aquí todas las noches, argumento mis puntos, sostengo aquello en lo que creo. Voy a decirles lo que son, tengo que hacerlo, no tengo alternativa… ustedes me asustan, estoy aquí todas las noches, me meto en sus vidas, les degrado, les insulto, y ustedes siguen volviendo para recibir más. Doy margaritas a los cerdos”.

      Palabras que serán leyenda cuando Barry, que se sabe amenazado, salga del estudio para respirar el aire purificador de la noche, y alguien de entre esa jauría desafíe la libertad ejecutando un plan perfecto para silenciarle. Desde una lógica terrorista se puede llegar a pensar que Barry Champlain muere víctima del mundo que él mismo ha creado, pero no nos engañemos, en la tejana y ultraconservadora Dallas, ciudad donde se desarrolla la acción del film, el presidente Kennedy fue asesinado, otro hombre que, reconociendo sus muchos errores, odiaba las mordazas, elegir dicha urbe no es para Stone, una cuestión aleatoria. HABLANDO CON LA MUERTE es un film en el que Eric Bogosian es el único y absoluto protagonista, con un guión escrito también por él, la cinta tiene ritmo, suspense, una cierta pátina de cine negro y se aprecia en ella el apasionamiento crítico de su autor, alejado del caótico montaje de otras obras suyas consigue una mayor sobriedad artística. TALK RADIO es una modestísima producción que sin las pretensiones de otras películas de su realizador, alcanza objetivos más nobles. Oso de Plata en el Festival de Berlín al Mejor Actor y al Mejor Guión para un film que nos ayuda a reflexionar sobre el tremendo fracaso de una sociedad que desprecia los más elementales valores de convivencia: la tolerancia y el humanismo. 

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