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sábado, 12 de marzo de 2022

CRÍTICA: "TRES" (Juanjo Jiménez, 2921)

 

El enigma de los orígenes

“TRES” êêê

DIRECTOR: Juanjo Jiménez.

INTÉRPRETES: Marta Nieto, Miki Esparbé, Francisco Reyes, Cristina Iglesias, Fran Lareu, Julius Cotten, Carmen Méndez.

GÉNERO: Thriller psicológico / DURACIÓN: 104 minutos / PAÍS: España / AÑO: 2021

   Desde el debut en el largometraje del director barcelonés Juanjo Jiménez han pasado ya 21 años. Aquella ópera prima titulada Nos hacemos falta (2001) versa sobre un tipo que al salir de la cárcel se encuentra con un viejo amigo, la tumba de su madre, un nuevo hermano y un camión con un cargamento clandestino en el que viajar por el desierto. El trayecto les hará entender la falta que nos hacemos. No he visto esta película que se exhibió en el Festival de Montreal en la sección de largometrajes a concurso. ¿Alguien ha visto esta película? Creo que salvo los que asistieron a la proyección de la cinta en el citado festival y sus responsables no la ha visto nadie, como ocurre con tantas películas perdidas en la noche de los tiempos que mueren antes de haber nacido por no encontrar hueco en las salas.

   Tras ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes con su multipremiado cortometraje Timecode (2016), el director catalán nos presenta Tres, una historia que sigue a una diseñadora de sonido que pasa muchas horas en el estudio grabando efectos, mezclando y editando. El estudio es un refugio donde postergar las maltrechas relaciones que mantiene con su expareja, con su anciana madre y con los compañeros de trabajo. Aunque ella aún no lo sabe, está comenzando a desincronizarse. Como si fuera una película mal sonorizada, su cerebro procesa el sonido más tarde que las imágenes.

    La protagonista de la función, a la que conocemos por C., no está atravesando su mejor momento. Dijo adiós a su relación sentimental y también al apartamento donde vivía perteneciente a su ex, que ya tiene otra pareja. Tampoco su relación con su madre es muy fluida y será precisamente en su casa donde pernocte hasta que encuentre un nuevo piso. Sus problemas se agravan cuando comienza a percibir los sonidos desincronizados en varios “frames”, pero el desfase irá aumentando provocando una descoordinación auditiva que la sitúa en otra realidad. Con esa singular premisa, Juanjo Jiménez plantea una anomalía que, tal y como evoluciona el relato, puede ser entendida como un superpoder. Tal vez por el excesivo tiempo que pasa en el estudio de sonido, la protagonista tiene un aspecto doliente y cansado, pero su padecimiento le permite recuperar ecos, palabras y frases perdidas en el pasado. Con un buen trabajo interpretativo de Marta Nieto, una mujer angustiada y confundida, pero con voluntad para desentrañar el perturbador enigma que la asalta, y que poco a poco se irá deslizando por terrenos que el espectador no imagina apartándose del paraje del fantástico para desembocar en un drama familiar sobre los orígenes.

     En realidad, toda la película transcurre como si esa sensación vertiginosa espacio-temporal y el retardo en la percepción que sufre C., sólo fuera el vehículo para encontrar su verdadera voz, sincronizar las emociones y volver al lugar primigenio. Desde su afligida soledad, la protagonista debe romper el dique de su aislamiento para poder encontrar, entre el silencio y el sonido, el caudal de sentimientos anclados en los meandros de la memoria, recuperarlos para conseguir el equilibrio en la percepción, la estabilidad de sus emociones, la posibilidad de una isla donde los latidos de las imágenes estén armonizados con los del sonido, y tal vez, alcanzar así la paz espiritual. Queda el misterio, el viaje al pasado como descubrimiento personal, explorando hasta las últimas consecuencias el laberinto de su existencia y desentrañar el valioso arcano que se oculta allí, porque esa grieta entre imagen y sonido que invade el universo de C., acabará iluminando su porvenir. Interesante película.

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