La mejor serie española de la historia
“ANTIDISTURBIOS” êêêêê
DIRECTOR: Rodrigo Sorogoyen.
INTÉRPRETES: Vicky Luengo, Raúl Arévalo, Hovik
Keuchkerian, Álex García, Roberto Álamo, Raúl Prieto, Patrick Criado, Tomás del
Estal.
GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 6 capítulos de 50 minutos
/ PAÍS: España / AÑO: 2020.
Tras haber firmado cuatro largometrajes en solitario (recordemos que junto a Peris Romano codirigió en 2008 la comedia 8 citas), podemos afirmar sin temor a equivocarnos que Rodrigo Sorogoyen es hoy uno de nuestros más sólidos valores cinematográficos. Sorprendió (y mucho) con su ópera prima Stockholm (2013), una descarnada radiografía de la juventud con un giro absolutamente brutal. Pero fue su segunda película el trampolín que le hizo saltar a un público más amplio, Que Dios nos perdone (2016), uno de los mejores thrillers de la historia de nuestro cine, con un mensaje devastador sobre nuestras más oscuras miserias cotidianas. Madre (2019) creada a partir de un corto del propio director, es hasta la fecha su película más floja, y sólo el trabajo de Marta Nieto se salva del naufragio de un relato lento y cansino.
Con su inseparable coguionista Isabel Peña, Sorogoyen pergeña la que es para el arriba firmante la mejor serie española desde la primera entrega de La Huella del Crimen (1985). Antidisturbios sigue a seis policías antidisturbios que tienen orden de ejecutar un desahucio problemático en el centro de Madrid, pero el desalojo se complica y sucede una tragedia: un hombre muere tras caer al vacío. Un equipo de Asuntos Internos de la policía se encargará de investigar los hechos, ante los cuales los seis policías podrían enfrentarse a una acusación de graves consecuencias. El grupo de agentes busca una salida por su cuenta, lo que hará que la cosa se complique más. La joven Laia Urquijo (Vicky Luengo) de Asuntos Internos, se obsesiona con el caso y comienza a investigar, descubriendo mucho más de lo que hubiera imaginado.
Resulta imposible ponerse en la piel de un antidisturbios, un trabajo duro, peligroso, mal pagado, estresante y que genera no pocas antipatías. Algo que deja muy claro el primer capítulo de la serie en donde los protagonistas tienen que ejecutar un desahucio en la denominada “Operación Corrala”. Una escena en la que Sorogoyen hace un virtuoso manejo de la tensión, de la narrativa adrenalítica y del escenario. El pálpito, la confusión y el caos genera una insufrible incomodidad en el espectador viendo como se desarrollan los hechos con todos los figurantes presentes: los antidisturbios, los tocapelotas de la Plataforma Antidesahucios, los inmigrantes, los vecinos e incluso el secretario judicial. Todo lo que podía salir mal, sale peor, y la chapuza acaba en tragedia. Los antidisturbios no lo imaginaban, ni siquiera el secretario judicial, pero la decisión intransigente de desalojar el inmueble por parte del juez cueste lo que cueste esconde una trama corrupta que la agente de Asuntos Internos Laia (espléndida Vicky Luengo que nos muestra su terco carácter en la primera escena de la serie) se encargará de investigar aun poniendo en riesgo su vida.
Policías antidisturbios nobles, impulsivos,
asqueados y deprimidos por la presión y el estrés que genera una profesión que
les procura pocas satisfacciones. Con un excelente montaje y el concurso de un
plantel deslumbrante de intérpretes, Sorogoyen no condena ni absuelve a los
protagonistas, aunque su mirada se muestra compasiva con los dramas familiares
y las imposiciones profesionales que sufren cuando son utilizados al antojo de
las decisiones políticas y judiciales. En cualquier caso, si la arquitectura
narrativa del excelso guión no estuviera construida desde la ambivalencia moral
sería difícil de entender la rutina y los desengaños de un cuerpo tan
estigmatizado. La serie no decae en ninguno de sus seis capítulos y
lo que más interesa a Sorogoyen y a Peña es bucear por las apestosas aguas de
las cloacas del poder. La policía de casco, escudo y porra son sólo el pretexto
para desnudar las corruptelas de la especulación inmobiliaria y los sórdidos
personajes que mueven los hilos de la trama. Esa es la obsesión de Laia Urquijo, la agente
de Asuntos Internos que no cejará hasta desenmascararlos y ponerlos delante de
un banquillo. Rodrigo Sorogoyen capta de manera magistral la pulsión y el ritmo
en escenas como la caótica del desahucio, en de la cena final en donde la
tensión in crescendo se puede cortar con un cuchillo o en la secuencia de la
carga contra los ultras italianos de fútbol de consecuencias dramáticas. Antisisturbios es cine en estado puro, y
mi gran pena es no poder visionarla en una pantalla de cine.
Lo mejor que he visto este año.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro, Ricard, y en muchos años.
ResponderEliminarUn abrazo.